www.andes.info.ec ya no existe. Cuando el internauta hace click en esa dirección que trasladaba al portal digital de la Agencia Pública de Noticias del Ecuador y Suramérica (ANDES), es redirigido automáticamente al sitio web de El Telégrafo, un diario tradicional fundado el 16 de febrero de 1884, que es controlado por el gobierno neoliberal de Lenín Moreno y que integra la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), asociación que tiene su sede principal en Miami, Florida.
El portazo a este medio de comunicación -un duro golpe a la libertad de expresión en Ecuador- no ha causado mayor revuelo en la mediática internacional, pues lo dio Lenín Moreno uno de sus nuevos aliados, el mismo personaje que el pasado 28 de junio sostuvo una reunión con el vicepresidente de Estados Unidos (EEUU), Mike Pence, en el Palacio de Carandolet en Quito.
Desde entonces, Moreno -quien decidió traicionar la voluntad del pueblo que lo eligió a través de los votos que le otorgó el abierto apoyo que le brindó su antecesor y mayor promotor de su campaña presidencial, Rafael Correa– ha venido aplicando una serie de políticas neoliberales que se traducen en un paquetazo económico que no llena las grandes portadas de los medios que integran la SIP y mucho menos es de su interés editorial.
Parte de ese paquetazo, además del aumento del precio de la gasolina, es el cierre de medios de comunicación del Estado, el despido de trabajadores públicos, la tercerización de contratos, cierre de empresas públicas, embajadas y consulados, así como ministerios e instituciones creadas para favorecer la atención social de la población.
En el caso de ANDES -creada durante la Revolución Ciudadana que lideró Rafael Correa- fue una agencia de noticias que nació con el objetivo de sumar a la labor informativa en defensa de las reivindicaciones y luchas históricas de los pueblos que, por décadas, fueron oprimidos y marginados por gobiernos de derecha de corte neoliberal que eran sumisos a los intereses de Estados Unidos.
Además, la agencia tenía un carácter integrador con profunda visión humanista e interés en promover la unidad y solidaridad suramericana, tal y como lo hicieron los líderes progresistas que consolidaron la Unión Suramericana de Naciones (Unasur) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), como plataformas de integración regional que hoy se encuentran saboteadas precisamente por el gobierno de Lenín Moreno y sus aliados continentales.
El cierre de ANDES -creada el 29 de diciembre de 2009- se oficializó el pasado viernes 17 agosto de 2018 y la noticia fue informada como una “fusión” de “sus proyectos” al resto de los medios públicos digitales ecuatorianos y responde a “un proceso de optimización de los recursos públicos”.
Vuelta hacia el tradicionalismo neoliberal
“La Agencia es innecesaria”, recalcó la gerente general de los Medios Públicos del gobierno, Martha Moncayo, quien dos semanas antes del cierre de ANDES -el viernes 3 de agosto de 2018- celebraba junto al presentador y periodista argentino Carlos Montero el lanzamiento de «Derechos Reservados», espacio que hablará sobre el periodismo y que dirigirá el mismo presentador que trabajó por 21 años para la cadena estadounidense CNN. El programa se estrenó por Ecuador TV el pasado domingo 19 de agosto.
El cierre de ANDES no preocupa para el régimen de Lenín Moreno, pues al iniciar el cese de las operaciones de este medio, se da paso a un proceso que viene a cercenar la libertad de expresión de los ecuatorianos para tomar control de los medios públicos e impedir que salgan a la luz las denuncias contra su gobierno.
Ha dicho Moreno que su gobierno viene a dar “apertura” y a “defender” la libertad de expresión, al menos esa es la máscara utilizada para hablar sobre los medios frente a los periodistas, pero su accionar ha sido otro. Su próxima víctima de cierre es el diario El Ciudadano, un medio creado también por el gobierno de Correa en abril de 2008 y que tenía como misión difundir todas las acciones emprendidas por la Revolución Ciudadana para solventar los requerimientos del pueblo.
Para la titular de Medios Públicos, estos cierres buscan “ser eficiente” al Estado en el uso del dinero y tienen como objetivo “poder dar un mejor servicio”. Lo cierto, dice Moncayo, es que la llamada “plataforma de medios públicos” será la que haga las labores que emprendía ANDES y –a su juicio- prestarán “el mismo servicio siendo mejores”.
“Lo que sucedió es que se elimina una marca, se moviliza a la gente a la dirección digital y se busca potenciar un área de mayor crecimiento, no solo por una decisión interna, sino porque las tendencias así lo manejan en comunicación”, dijo Moncayo, quien dejó la carga de eliminar a El Ciudadano a la Secretaría de Comunicación (Secom). “Es una decisión de la Secom que ya fue anunciada hace unas semanas, en donde también hay una optimización en ese sentido”.
Lenín y su reacomodo editorial
Lo que no se dice frente a las cámaras es el reacomodo editorial que ejecuta el gobierno de Moreno dentro de los medios públicos. Esa supuesta libertad de expresión y pluralidad es falsa, pues las voces críticas, de izquierda y las que se mantienen leales a la Revolución Ciudadana han sido calladas.
Parte de esa línea ajustada a los intereses de la derecha ecuatoriana sumisa al gobierno estadounidense, se evidencia en la designación de Fernando Larenas en la dirección de El Telégrafo, un periodista con un perfil verificado anticorrea y que maneja el medio de forma conveniente a los intereses “familiares” de Moreno y su gobierno. Lo que no se adecue a ello será suprimido.
Larenas tiene al menos 39 años de experiencia en el periodismo, fue parte -desde 2005- de la dirección editorial de diario El Comercio de Ecuador, un medio de marcada línea opositora al gobierno de Correa. Allí actuó como Jefe de Redacción, luego en enero del 2008 asumió el cargo de Editor General que ocupó hasta abril de 2014 cuando renunció. Desde entonces escribió artículos para ese diario que eran publicados los martes.
La carrera de Larenas, una vez graduado de periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad Central del Ecuador entre 1977 y 1981, lo ha llevado por diversos medios de derecha como Ecuavisa canal 8, el diario Hoy de Quito, entre otros. Destaca su paso como redactor e investigador en la corresponsalía de Quito por la agencia de noticias estadounidense The Associated Press (AP).
El giro que ha dado Lenín Moreno a su gobierno no es casual. Calificada como una puñalada trapera por las fuerzas políticas que lo llevaron a la primera magistratura ecuatoriana, esta traición que ejecuta Moreno a la confianza del pueblo que lo eligió y a un proyecto país que colocó a Ecuador -con políticas soberanas y sin injerencia estadounidense- como uno de los países progresistas con mayor crecimiento en la región, confirma que su complicidad con el gobierno de Donald Trump lo obliga a deslastrarse de todo lo que tenga que ver con las reivindicaciones económicas, culturales, sociales y la integración suramericana que logró el gobierno de Rafael Correa.
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