Foro de Sao Paulo: Una respuesta contra el neoliberalismo

Nace una respuesta ante el orden mundial dominante

Foro de Sao Paulo: Una respuesta contra el neoliberalismo

Autor: Victor Lara

Esta tesis implantada por Estados Unidos y sus aliados para construir el «nuevo orden mundial» hizo que las izquierdas de América Latina y El Caribe se organizaran para proponer nuevas formas de lucha


El 9 de noviembre de 1989 el mundo veía como caía el Muro de Berlín, esa estructura que separaba a la actual Alemania en dos y que, además, fue el símbolo de la lucha entre dos modelos ideológicos, económicos, políticos y sociales que se enfrentaban en un mundo que venía arrastrando una grave crisis luego de los desmanes producidos por la segunda «Guerra Mundial», conflicto bélico desarrollado mayormente en Europa entre 1939 y 1945.

Por un lado estaba el socialismo, representado por la Unión de Naciones Socialistas Soviéticas junto a sus aliados; y capitalismo, con Estados Unidos a la cabeza y los autoproclamados «vencedores» del conflicto bélico antes descrito (Francia, Inglaterra, Alemania y otros países satélites).

Pero para quienes estudian más de cerca este hecho, la caída de la «Cortina de Hierro» significaba que un «nuevo orden mundial» imperaría en el mundo a partir de la última década del Siglo XX, en la cual el neoliberalismo (tesis ideada por el economista austriaco Friedrich von Hayek), la cual ya era aplaudida por las trasnacionales que veían un futuro donde las regulaciones por parte de los Gobiernos dejarían de ser un problema para su sed insaciable de acumulación de Capital.

La excusa para quienes aceptaban este nuevo sistema era muy simple, ya que se hablaba de la caída del Comunismo; lo que servía como excusa para seguir dando fuerza a la tesis liberal implementada por Adam Smith con la implantación del «Estado Mínimo».

Se abre el debate

Este hecho hizo que la izquierda mundial comenzará a replantearse sus bases ideológicas, debido a que ya se veía en un futuro muy cercano la destrucción de la cara más visible del Socialismo, hecho que se concretó en 1991 con la disolución de la Unión Soviética (que para muchos se derrumbó sobre sí misma, al desvirtuar la esencia filosófica del marxismo como teoría y praxis).

Mientras que desde la izquierda tampoco se veía muy claro el panorama. Ya no se tenían las bases sólidas a la idea original del «Economía Planificada» implementadas por la Revolución Bolchevique en 1917, impulsada por Lenin y Trosky; mientras que por otro lado el «estalinismo» fue perdiendo más terreno ante la lógica implantada por el imperialismo estadounidense y sus aliados.

Muchos partidos comunistas en el mundo se estaban abriendo hacia la social democracia y las contradicciones dentro del seno de la izquierda, además se hicieron frecuentes y se evidenciaron cuando comenzaron las divisiones, no sólo geográficas, sino ideológicas.

Latinoamérica se organiza

Mientras esto ocurría en Europa, especialmente hacia occidente, en América Latina y el Caribe la preocupación de distintas organizaciones políticas de izquierda los llevó a unirse para discutir esta coyuntura mundial.

La iniciativa fue del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT), quien tenía como uno de sus dirigentes Luiz Inacio Lula Da Silva, la cual fue aceptada por las demás organizaciones.

El tema a discutir en este primer encuentro era más que conocido: «las consecuencias de la implantación de políticas neoliberales por la mayoría de los gobiernos de la región».

El encuentro finalmente sucedió en la ciudad de Sao Paulo (sur de Brasil) en el mes de julio, con la participación de 48 partidos y organizaciones que representaban distintas «experiencias y matrices político-ideológicas» de todo el continente.

Esta sería la génesis de lo que posteriormente se conocería como el «Foro de Sao Paulo (FSP)», tal y como se bautizó en la segunda edición de este encuentro que se realizó un año más tarde en Ciudad de México.

De esta manera el FSP se ha convertido en parte indisoluble de la historia de la izquierda latinoamericana durante la última década del siglo XX y las primeras décadas del siglo XXI.

Además sirvió como laboratorio para la creación de nuevos sistemas de integración regional y a la posterior toma de poder por parte de la izquierda latinoamericana en algunos países, ya que sólo tenía como referente a Cuba con Fidel Castro, debido a la destrucción de otros procesos políticos en la región contrarios al sistema dominante.

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