Al menos 11.000 trabajadores luchan para salvar la represa en construcción de la central hidroeléctrica de Ituango, que corre el riesgo de derrumbarse por la fuerza de las aguas del río Cauca, y evitar así una tragedia en el noroeste del país.
A los tres derrumbes causados por una «condición geológica imprevisible», que desde el 28 de abril taponaron un túnel de Hidroituango y obligaron a inundar el pasado jueves la casa de máquinas, se sumó la aparición de un flujo constante de agua por una galería auxiliar que conduce a la base de la presa.
«Es una situación indeseable y compleja; no es bueno que esté pasando. El agua que está golpeando la base podría ir erosionando y posiblemente desestabilizando la infraestructura de la presa», manifestó el gerente general de la compañía Empresas Públicas de Medellín (EPM), Jorge Londoño de la Cuesta, dueña de la obra.
Por eso, la EPM y otras empresas que participan en la construcción de la hidroeléctrica tienen a todos los trabajadores posibles, que son unos 11.000, dedicados a la tarea de concluir la estructura y evitar que colapse.
Expertos calculan que solo la inundación del cuarto de máquinas, que no estaba terminado, causó pérdidas del orden de los 400.000 millones de pesos (unos 138 millones de dólares) y que si la represa se rompe el desastre humano y financiero será incalculable.
El nuevo flujo de agua tiene en alerta máxima a cuatro departamentos del norte y noroeste del país, pues el eventual rompimiento de la represa, «en el peor de los escenarios», desataría una «ola de grandísimas proporciones», según Londoño.
De desatarse esa crisis, el río Cauca, el segundo de mayor caudal en el país, podría alcanzar incluso los 26 metros de altura a su paso por el corregimiento de Puerto Valdivia, de donde ya fueron evacuadas más de 2.000 personas.
En ese sentido, Londoño dio un parte de tranquilidad al confirmar que por ahora la presa se ha comportado «completamente estable» con el agua fluyendo por su base.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, reveló que se está dando prioridad a las obras para «mitigar los riesgos» y evitar un colapso que inunde a los municipios de Valdivia, Tarazá, Cáceres, Caucasia, Nechí e Ituango, entre otros.
«Se realizarán unas intervenciones físicas como poner un enrocado para que esa caída de agua no afecte la base de la presa», informó Gutiérrez.
Adicionalmente, las autoridades consiguieron habilitar una vía para que los trabajadores y la maquinaria puedan trabajar y continuar con el objetivo de subir la altura del muro de la presa en unos seis metros, hasta llegar a una cota de 410 metros.
De igual forma, la presa está bajo vigilancia permanente para detectar si se presenta erosión o un movimiento estructural.
Mientras tanto los organismos de emergencia avanzan en la definición de planes de evacuación masivos en varios municipios aguas abajo en caso de que el caudal del río siga aumentando.
En el caso específico de Puerto Valdivia, EPM indicó que más del 80 % de sus habitantes están ubicados en los albergues, donde hay problemas de desabastecimiento de alimentos y agua, situación que llevó a habilitar la recepción de ayudas humanitarias.
En el sitio conocido como Crucecitas, a cinco kilómetros de Puerto Valdivia, se encuentran refugiadas cerca de 100 personas, quienes claman por atención luego de dejar el miércoles sus viviendas.
«Ha sido muy triste porque nadie ha llegado hasta el lugar en el que estamos nosotros. No nos fuimos para Valdivia porque allá está más complicado porque no hay agua y hay una multitud de gente», relató a Efe Jeníbera Taborda, que trabaja cuidando niños como madre comunitaria.
Señaló que antes de empezar la evacuación «hubo pánico» y corrieron hacia un cerro cuando se presentó una salida intempestiva de agua.
«Nosotros perdimos parte de nuestra casa porque el río se la llevó y mi compañero perdió su microempresa de bloques. Una situación así nunca había ocurrido. Nos da miedo que se estalle la presa y se lleve todo el pueblo», comentó Taborda.
Según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), hasta el momento han sido evacuadas 4.985 personas de los municipios de la región del bajo Cauca de Antioquia, mientras que otras poblaciones río abajo, en los departamentos de Sucre, Córdoba y Bolívar, mantienen la alerta de evacuación preventiva.
El río Cauca, que nace en el Macizo Colombiano, en el suroeste del país, tiene una longitud de 1.350 kilómetros y antes de desembocar en el Magdalena, en el norte, sus aguas riegan una extensa región cenagosa de Sucre, Córdoba y Bolívar en cuyas márgenes hay decenas de pueblos.