La calles de las principales ciudades brasileñas concentraron ayer de miles de manifestantes para protestar, por cuarta vez en este año, contra la presidenta Dilma Rousseff.
A pesar de la diferencia entre las cifras de las fuentes oficiales y las facilitadas por la organización -83.000 personas según las primeras, y 407.000 según la segunda, informó el portal G1 de Globo-, la convocatoria no consiguió la respuesta esperada y conseguida en las citas anteriores.
En este sentido, cabe recordar que según informó la policía, en pasado 15 de marzo fueron 2,4 millones los que salieron a protestar; el 12 de abril alcanzaron las 701.000 personas y el 16 de agosto fueron 879.000 los ciudadano que salieron a las calles.
«Esperamos menos gente hoy porque en las otras manifestaciones tuvimos dos o tres meses para organizarnos. La de hoy es una señal de que la población está volviendo a las calles, que está muy atenta al proceso de impeachment», dijo a la AFP el coordinador nacional del Movimiento Brasil Libre durante, Kim Kataguiri.
Y agregó: «Hoy vamos a fijar la fecha de la próxima manifestación, que será el año que viene e igualará a las otras tres que ya hicimos”
La Corte Suprema decidirá esta semana si continua con la comisión para investigar el juicio político que podría enfrentar la mandataria. Dicha comisión ha sido puesta en entredicho por haber sido elegida mediante una posible artimaña del presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, uno de los líderes que buscan la destitución de la presidenta Rousseff.
La mandataria brasileña fue acusada de modificar el presupuesto del Estado para permitir más gasto público y beneficiarse en su reelección. Por su parte, Cunha rompió con la coalición gubernamental del Partido de los Trabajadores (PT) en julio pasado tras la revelarse el escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras que lo acusa de pedir y recibir un soborno de cinco millones de dólares.