Con promesas de pragmatismo, sentido común y «revolución de la alegría», el macrismo llegó al poder en Argentina anunciando un «país normal» que tiene todo para crecer. Sin embargo, a dos semanas de asumir, las noticias son más malas que buenas.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, afirmó que recién en «enero se tendrán buenas noticias» ya que se buscará un acuerdo con empresarios en el primer mes de 2016 para «ir logrando, de mínima, que no haya más aumentos». Remarcó que la inflación «no se va a corregir de un día para el otro».
Cabe recordar que la promesa del macrismo era retrotraer los precios al 30 de noviembre. Cuando tras la victoria de Macri y las promesas de devaluación, llevaron a todos los empresarios y comerciantes a especular con la mercadería y las ventas hasta que llegue la subida del dolar.
En ese sentido, el funcionario agregó que el gobierno está trabajando para “ir logrando, de mínima, que no haya más aumentos y, en algunos casos, pueda haber retrocesos, ya que fueron excesivos en términos de la especulación”.
Poco confiado, Peña dijo que el gobierno tiene «expectativa» de poder alcanzar un acuerdo con empresarios y consideró que es posible ir «logrando políticas razonables y de colaboración para cuidar el bolsillo de los argentinos».
Así entonces, la «revolución de la alegría» tendrá que esperar, al menos, hasta enero para recibir buenas noticias.