Abuelas de Plaza de Mayo: detectives de la identidad

Por quinto año consecutivo, la organización de derechos humanos argentina, Abuelas de Plaza de Mayo (APM), está nominada al Premio Nobel de la Paz. Compite con 329 candidatos de todo el mundo y la propuesta fue elevada ante el comité noruego por el exministro de Educación del fallecido Néstor Kirchner, Daniel Filmus, quien destacó la lucha de este grupo de mujeres durante más de 40 años.

Recordemos en claves algunos aspectos que las hacen merecedoras de dicho reconocimiento:

Objetivo: Restituir la identidad de personas nacidas en cautiverio y hurgar en el ADN de aquellos argentinos que circulan por la vida sin conocer su origen. Se les conoce como las soberanas de la memoria e iniciaron su búsqueda en plena dictadura de 1976-1983, aunque se consolidaron como fundación en 1977. Desde entonces han restituido 127 identidades.

Aliados: Trabajan de la mano del Banco Nacional de Datos Genéticos, creado por decreto del expresidente Raúl Alfonsín en 1987 y el cual funcionará hasta 2050. Esparcidas por diversas provincias argentinas, pero no aisladas de llevar a cabo una labor en equipo, realizan constante monitoreo e investigación. Han preparado, además, a un grupo de jóvenes que serán herederos del legado una vez ellas no estén.

Historia: El 24 de marzo de 1976 el régimen militar argentino conocido como «Proceso de Reorganización Nacional», desapareció a 30 mil personas, entre las que figuraban mujeres embarazadas que dieron a luz alrededor de unos 500 niños que, más tarde, serían vendidos, abandonados o entregados a familias de militares, privados de libertad e identidad. A partir de allí nace su lucha.

Exigencias: No solo se esfuerzan por dar con el paradero de nietos y bisnietos sino también por evitar que situaciones como esta se repitan en la historia y por hacer pagar a los culpables detrás de la ruptura familiar. Entre 1986 y 2003 hubo 18 condenas por 13 casos de robo de bebés. En 2012 el «Plan sistemático de apropiación de menores» investigó 35 casos, 25 de ellos nietos restituidos por Abuelas de Mayo. Se logró dar 50 años de cárcel al ex dictador José Rafael Videla sólo por el delito de secuestro y sustracción de identidad a menores de edad (ha sido hasta la fecha el caso más emblemático de justicia logrado por la organización).

Mecanismos: En vista de que muchos de los progenitores de los infantes habían sido ejecutados, la organización avanzó de la mano de la ciencia para lograr lo que se conoce como «índice de abuelidad«, que garantizaba un 99,99 por ciento de eficacia en la determinación de parentesco. La primera vez que se usó fue en 1984. Es una de las técnicas que se ejecutan en el Banco Nacional de Datos Genéticos en el que yacen almacenadas muestras de los familiares que buscan a niños desaparecidos y de personas que sospechan ser hijas de algún desaparecido.

Aportes: Todos los años, durante el mes de mayo, presentan balances anuales ante la Inspección General de Justicia argentina.

Financiamiento: La organización recibe apoyo económico de instituciones y organismos internacionales, países solidarios y del ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Argentina, de acuerdo a las disposiciones de la Ley 11.672. También donaciones de la sociedad comprometida a través de particulares, asociaciones y empresas.

Logros: Cuentan con la Casa por la identidad, espacio en el que una serie de profesionales formados y capacitados avanzan en la reconstrucción de las piezas del rompecabeza familiar. «Es una Casa con memoria que trae las huellas de un pasado con terror, pero también con la esperanza de un país más justo. Aquí se cuentan historias individuales y colectivas. Historias con dolor, pero también con alegría, que fueron recuperando identidad, justicia, derechos y esperanza», exponen en su portal oficial: www.abuelas.org.ar. Se suma a esta casa, una biblioteca/fototeca/hemeroteca (en la que se encuentran publicaciones e investigaciones), y un Archivo biográfico familiar con registro oral, escrito y fotográfico, fundado en 1998.