La Asociación Nacional de Alcaldes (ANAC) de México indicó que desde 2003 a la fecha han sido asesinados 47 alcaldes electos y en funciones. La cifra se eleva a 79 si se consideran también a exalcaldes que han perdido la vida de forma violenta, la mayoría de ellos a manos del crimen organizado.
Las estadísticas se completaron con los recientes asesinatos de los alcaldes de San Juan Chamula y de Pungabarato. Estos ataques se realizaron de modo separados: Ambrosio Soto Duarte, alcalde del municipios Pungarabato, fue acribillado mientras viajaba cerca de la medianoche a otro poblado, Huetamo, del vecino Michoacán, y había denunciado amenazas luego de emprender acciones para combatir extorsiones y tráfico de drogas.
Soto Durate solicitó que la policía estatal asignada a su resguardo se quedara con su familia, y solo dos policías federales que resultaron heridos lo custodiaban la noche del sábado.
Mientras que Domingo López González, alcalde del municipio San Juan Chamula, del estado de Guerrero y de Chiapas, fue asesinado durante una protesta en el centro del municipio de los Altos de Chiapas.
El reporte de la Asociación de Alcaldes indica que la mayoría de estos ataques han sido obra de grupos del crimen organizado, y que se intensificaron desde 2012.
Los estados con mayor riesgo para los ediles son Durango, Michoacán, Oaxaca y Veracruz; seguidos de los estados con alto riesgo que son Chihuahua, Estado de México, Guerrero, Nuevo León, Tabasco y Tamaulipas. Chihuahua, Guerrero, Michoacán y Oaxaca son también cuatro de los estados con más homicidios en todo el país.