El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, cuestionó nuevamente al gobierno venezolano, esta vez lo calificó de «criminal». Afirmando además que el presidente Nicolás Maduro y otras figuras destacadas del chavismo estarían vinculados al narcotráfico.
El temerario señalamiento lo hizo durante una cena con miembros de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa, realizada en Panamá. “Venezuela es un régimen que tiene una impronta criminal muy fuerte”, afirmó.
Seguidamente acusó a la familia del mandatario venezolano, Nicolás Maduro y a otros miembros del gobierno venezolano, así como a figuras destacadas del chavismo de estar acusados de narcotráfico.
«Venezuela tiene una lógica criminal que hace que sea muy difícil revertirlo». Señaló.
Almagro agregó que el gobierno venezolano utiliza el diálogo para perpetuarse en el poder. “Lo que ha quedado demostrado desde 2014 hasta ahora es que el régimen venezolano ha usado completamente cada una de las instancias de diálogo simplemente para consolidar el statu quo basado en la represión, el miedo, el terror, la miseria de la gente, la tortura y los presos políticos”, expresó.
Constante injerencia
No obstante, esta no es la primera vez que el secretario general de la OEA realiza acusaciones contra el gobierno venezolano, su presidente y funcionarios.
En vísperas de las elecciones parlamentarias de 2015, el diplomático uruguayo publicó una carta en la que pidió al Gobierno venezolano «el cese de toda violencia, las garantías más absolutas para todos, y transformar la contienda electoral en una fiesta y no en un ejercicio de fuerza, violencia y miedo».
La acción marcaría la narrativa que luego se traduciría institucionalmente, en 2016, en reuniones y sesiones extraordinarias para tratar el «tema Venezuela», con miras a aplicar la Carta Democrática a Venezuela. Medida que no resultó viable por no contar en la plenaria con el consenso de todos los Estados miembros.
El gobierno venezolano ha rechazado la postura «intervencionista» de Almagro y denunció al alto funcionario de utilizar los espacios del foro multilateral para agredir a la nación suramericana rompiendo con ello las reglas internas de la institución, como parte de una política regional dirigida desde Washington, que incluye extorsiones económicas, bloqueo financiero, declaraciones antigubernamentales.
Los intentos fallidos de Luis Almagro al aplicar una política intervencionista contra Venezuela, le valió el rechazo en la OEA como Secretario General por una gran cantidad de países que ven a la organización, como ente subyugado directamente a los intereses de Estados Unidos y a un pequeños grupo de países que buscan impulsar un golpe de Estado en Venezuela.