Entrevista a Álvaro García Linera, exvicepresidente de Bolivia.
DR: Bolivia se ha convertido en uno de los primeros países de América Latina en este siglo en enjuiciar activamente a los que fueran responsables de masacres, asesinatos y abusos contra los derechos humanos. ¿Cree que las detenciones y el juicio contra Jeanine Áñez y otros líderes del régimen se pueden comparar con los juicios de Videla en Argentina, Pinochet en Chile y de Fujimori en Perú?
AGL: Tiene que ser ese el objetivo porque de lo que se trata es de sancionar a quienes violentaron el sistema democrático del país, si no se establece justicia con quienes burlaron, destruyeron el sistema de democracia de mayorías para la formación de un Gobierno de un país y se establece la impunidad, entonces el día de mañana puede haber otro golpe de Estado.
La gran lección que dio en su momento Argentina es que enjuició a los responsables del golpe de Estado y eso fue una señal generacional para que no se vuelva a intentar repetir esa aventura, y en Bolivia hay que hacerlo, no puede haber impunidad hacia los golpistas en el marco del respeto del debido proceso, de los derechos humanos, por supuesto, de las garantías constitucionales, pues tiene que haber justicia.
El objetivo es que nunca más se vuelva a repetir una interrupción del proceso democrático con esa avalancha de racismo, discriminación, de masacre, de tortura, de persecución que se dio durante todo un año en Bolivia.
DR: En la última década hemos sido testigos del armamentismo de los derechos humanos por parte de varios Gobiernos de derecha y neoliberales, así como varias organizaciones alineadas con sus intereses, en particular la organización Human Rights Watch. Las palabras autoritario, dictadura y persecución política parecen aplicarse cada vez más como una forma de desacreditar, atacar y derrocar Gobiernos que se oponen a la agenda imperialista de Estados Unidos. ¿Cómo podemos revertir esta tendencia?
AGL: Se ha dado un proceso paradójico donde algunas instituciones de derechos humanos salen a defender a los genocidas. Aquí una organización, que es una ONG de derechos humanos, que ha salido a protestar en defensa de los militares encargados de masacrar 30 indígenas, de haber herido a más de 120 indígenas en Sacaba y en Senkata, ahora son los protegidos de estas instituciones de derechos humanos, es decir, es una perversión del concepto, los derechos humanos son siempre de la sociedad civil frente al Estado, y en este caso encontramos a instituciones defendiendo a funcionarios del Estado, encima acusados de genocidio, en contra de la sociedad civil.
Entonces, ese es un momento de perversión, de degradación moral del concepto de derechos humanos y la manera de enfrentar ello es con la verdad, reconstituyendo el principio fundamental de los derechos humanos que es la protección de la vida, de la justicia, del debido proceso, y pues claro eso va a tener que ser una nueva generación de activistas de los derechos humanos que permita recuperar la función original de esta demanda, de esta bandera, y de este tipo de instituciones, que en la última década, justamente a partir de la presencia de Gobiernos progresistas en el continente, se han convertido algunos, no todos, en herramientas de un asedio político en contra de los procesos de igualdad social que impulsan los Gobiernos progresistas.
DR: Uno de los argumentos más repetidos de la oposición derechista en Bolivia es que el MAS busca venganza por la persecución cometida contra ellos durante el régimen de Áñez. ¿Cómo respondería a eso?
AGL: Durante el Gobierno de Áñez aviones de guerra salieron a disparar a campesinos humildes en el norte de Potosí, se quemaron las casas de líderes sindicales, se quemó la casa del presidente, se quemó la casa de la hermana del presidente, se quemó la casa del presidente de la Cámara de Senadores, de diputados, se desnudó y se flageló públicamente a un hermano de un funcionario público, se quemaron sedes sindicales, se quemaron radios de los sindicatos campesinos, obreros. Cosas que uno tiene en la memoria de los tiempos de dictadura, cuando los militares entraban a disparar en contra de los sistemas de comunicación de los trabajadores, eso hicieron en tiempos de Áñez.
En tiempos de Áñez hubo mil seiscientos perseguidos políticos, detenidos, sin juicio, si entraban a las casas no había orden de detención, simplemente se los metía en la cárcel.
A la secretaría del presidente Evo se le detuvo no porque estaba conspirando o instigando sino porque tenía el carnet de identidad de Evo.
Cuando estuvo la señora Áñez se masacró deliberadamente, planificadamente, a indígenas, a obreros, a jóvenes que estaban protestando en contra del autoritarismo. En tiempos de Áñez mi hija de tres años estaba en la lista de las perseguidas y de las investigadas por filiación terrorista. Venganza sería repetir eso, eso es venganza, y nosotros no podemos repetir ese tipo de gestos brutales, fascistas.
¿Qué es lo que pedimos? Justicia a los responsables de las muertes, a los responsables de haber destruido el sistema normativo de mayorías de la democracia boliviana, esos responsables que la justicia evalúe sus delitos en base a las pruebas y se establezca la sanción, simplemente justicia, no se está torturando a nadie, no se le está quitando el derecho de hablar a nadie, no se está encadenando a nadie como la señora se encargaba de encadenar a los presos, como a la secretaria del presidente Evo que la encadenaron a una cama en el hospital, no, tienen derecho a defenderse, a hablar, a protestar, mostrar ante la justicia lo que hizo y la justicia establecerá si es responsable y cuál es su castigo.
Simplemente lo que queremos es justicia para que no haya impunidad y que nunca más se vuelva a masacrar a los indígenas, nunca más se vuelva a destruir el sistema de representación democrática que tanto nos ha costado a los bolivianos poder instaurarlo.
DR: El presidente Luis Arce prometió reconciliar y reunir el país, luego de casi un año del régimen autoritario parece que es necesario una comisión de verdad, justicia y reparación similar a las de Argentina y Chile después de sus períodos de las dictaduras. ¿Usted cómo ve el desarrollo de este proceso de crear esta comisión en Bolivia?
AGL: Podría ser una buena idea, cualquier cosa que ayude a esclarecer los hechos en base al debido al proceso, siempre, en lo personal, considero que debería ser bienvenido.
Pero lo que estamos ahorita en Bolivia, en este momento, es el enjuiciamiento de la ruptura del ordenamiento constitucional, y eso requiere un juicio particular. La investigación de todo el año, las masacres, las torturas, las persecuciones, requerirá otro juicio, y evidentemente ahí la posibilidad de una comisión de la verdad podría ser algo que las autoridades podrán definir como algo necesario o no.
Sin embargo, quiero hacerle notar lo siguiente, lo que ahorita se está enjuiciando es lo que de una manera cínica un alto jerarca de la Iglesia ha definido como el método de ipso facto ahorrando formalidades, el método del cambio de Gobierno, entre comillas titulado ipso facto ahorrando formalidades, así lo ha criticado un miembro de la jerarquía conservadora de la iglesia, que consistió simplemente en desconocer la estructura constitucional.
La estructura constitucional en Bolivia es garantista de mayorías, es decir, si usted tiene la mayoría del voto tiene la presidencia y la vicepresidencia, si tiene la mayoría de los senados tiene la presidencia del Senado, si tiene la mayoría de los diputados, la presidencia de diputados. Entonces la Constitución dice en caso de problemas o ausencia de presidente, vicepresidente, mayorías. En caso de ausencia de presidente y vicepresidente, presidente del Senado, sigue bloques de mayorías, en ausencia del presidente del Senado, presidente de la Cámara de Diputados, bloque de mayorías.
Pues este formalismo, que tanto incomodó a la señora Áñez, a la iglesia, a la Embajada brasilera, a la Embajada de la Unión Europea, al señor Carlos Mesa, este formalismo es un formalismo fundamental de la lógica democrática del país, Gobierno de mayorías.
Estos señores dijeron ese formalismo hay que ahorrárselo, dice la iglesia, y entonces establecieron que desconocer ese formalismo de las mayorías, para que la segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, es decir, el bloque de minorías, que no tenía ni el 5 % de la votación, pueda acceder a la presidencia, violentando, desconociendo esta lógica de mayorías que está en la Constitución, en la Ley del Senado, en la ley de la Cámara de Diputados.
Entonces esta manera displicente y ligera de considerar la democracia como un formalismo innecesario es el que también hay que enjuiciar y combatir, no puede ser que el día de mañana el señor diputado del 1 % de la Cámara de Diputados diga «me ahorro ipso facto los formalismos y me convierto en presidente porque detrás mío están los militares y los policías».
La lógica del golpe de Estado como una cultura política es lo que hay que combatir enjuiciando a las personas responsables de haber desconocido a la Constitución y de haber desconocido que siempre las mayorías tienen que gobernar, y eso era la garantía de la Constitución.
Entonces, se me hace un método de pedagogía democrática, no solamente justicia para que no se repita, sino pedagogía democrática, no se puede gobernar al margen de las mayorías de un país, al margen de la representación mayoritaria del voto a través de sus diputados, sus senadores, su presidente.
Yo creo que este tema muy puntual se convierte en un ejemplo continental de pedagogía democrática para refrendar que siempre las mayorías de un país tienen que ser las encargadas de definir quienes gobiernan ese país, no unas minorías, por muchos tanques que tenga uno atrás, por muchos medios de comunicación que tenga uno atrás, por muchas bendiciones de la iglesia con su biblia que tenga atrás, no señores, por encima de todo eso, está la lógica de las mayorías.
DR: Veo diferencias casi irreconciliables entre algunas partes de la sociedad boliviana. Por un lado, tenemos una minoría que se considera a sí misma clase media, media alta, de los latifundistas, y que también pertenece a secciones extremistas de la religión cristiana, incluso que desea formar su propio Estado, separándose del país. Por otro lado, tenemos a la mayoría que cree en una Bolivia Plurinacional y sus raíces están en la lucha en contra del colonialismo, neocolonialismo y neoliberalismo. ¿Cómo podemos evitar que esta minoría destruya el sueño de la mayoría?
ÁGL: En primer lugar, reafirmándonos como una sociedad democrática, este es un patrimonio de la sociedad. Se han dado momentos en que en democracia ellos han gobernado y las mayorías discriminadas y maltratadas lo aceptaron, pues se ha dado un momento de la historia revelador que ha permitido que esas mayorías asuman conciencia de lo que son, valoren su historia, su idioma, su traje, su piel, sus héroes, su manera de hablar, y eso lo conviertan en fuerza de dignidad, que luego se ha convertido en voto, y son la mayoría, y no los han vuelto a afirmar el año pasado cuando con el 55 % se ha impuesto esta gente, los humildes, en contra de los que creían que eran no solamente los civilizados del país, no solamente los blancos, los occidentales, los católicos, sino los encargados por naturaleza y Dios de mandar, resulta que no, que ellos tienen tanto derecho como los otros para poder gobernar o decidir el destino del país.
Entonces es en la democracia donde uno tiene que afincar la suerte del futuro personal, colectivo, y del país. Ellos no. Si hay alguien que es absoluta, radical y obstinadamente democrático es el pueblo, y lo que nos está mostrando este pequeño grupo, esta élite que ha descalificado a la mayoría de ser ignorante, les acaba de decir malnacidos por haber votado por un indígena, los han calificado de ser salvajes, terroristas, de ser peligrosos.
Ese sector que desprecia a la mayoría, es democrática superficialmente, si ganan son democráticos y exigen el respeto a la democracia, si pierden no son democráticos y reclaman la presencia de las tanquetas y los aviones, son los mismos que han salido a rezar a los cuarteles, no se olvide usted que después de la victoria de Luis Arce y de Choquehuanca estas élites que se atribuyen conocimiento en verdad son muy ignorantes y son las que han salido en cadena humana a los cuarteles para pedir que los militares impidan que el voto mayoritario se consolide con la presidencia.
Entonces, si hay alguien antidemocrático en Bolivia, y ese es un fenómeno mundial, son estas fuerzas conservadoras, y frente a ellos qué queda, defender y reafirmar la democracia, y defenderla en el voto, y defenderla en las calles, y defenderla en la cultura, y defenderla en las palabras, y defenderla en la prensa, y defenderla en los hábitos y defenderla en la moral, y defenderla absolutamente en todo, es la única herramienta con la que cuentan los sectores populares para consolidar y proteger su derecho democrático.
Entonces, a estas minorías tolerables en democracia no se trata de castigarlas, simplemente de reducirlas en su minoría, son minoría, no piensan asó todos los sectores sociales, y esa minoría la mejor manera de contenerla, de disuadirla es mediante la fortaleza de la estructura democrática, y ojo la democracia no es solo un tema que uno lo consolida en el voto, es la principal, pero no la única. También se consolida la democracia en la deliberación, en la participación, en la movilización en las calles, en la democratización del control de la riqueza, de los medios de comunicación, de las grandes decisiones del país, de todos los aspectos de la vida.
Es decir, la mejor manera de enfrentar al fascismo, al racismo, es mediante la mayor profundización de la democratización de los actos de la vida: voto, economía, salud, cultura, política, vida cotidiana, mayor democratización, eso es la mayor defensa de la democracia, y es ahí donde siempre triunfaremos.
DR: ¿Cómo ve el proceso de recuperación económica en el contexto de la pandemia de COVID-19?
ÁGL: La reconciliación es posible sobre la base de la justicia y no sobre la base de la impunidad, hay reconciliación entre los bolivianos y es necesaria, estableciendo justicia a los que masacraron. ¿Cómo puede haber reconciliación cuando el asesino que ordenó la masacre de 30 personas, hijos, padres, esté tomando feliz su helado en la calle? ¿Qué tipo de reconciliación es esa? Eso es impunidad, eso es premio a la masacre, al odio, al resentimiento, a la acción antidemocrática. Entonces, sí reconciliación sobre la justicia, y eso es lo que pide todo el pueblo boliviano.
Ahora, planteaba el tema de cómo se puede tomar un conjunto de medidas de justicia social en la economía en un momento tan complicado como el de la pandemia ciertamente, y después de un golpe de Estado que ha llevado a que buena parte de la economía boliviana, al margen de la pandemia, sea destruida, y buena parte de los recursos públicos, bajo la forma de propiedad del Estado, sean maltratados y hayan intentado ser privatizados. Le voy a dar un ejemplo, la línea aérea estatal, le quitaron vuelos fundamentales y más rentables para entregarle a la línea aérea privada, como solo ese hecho, a pesar de la reducción de los vuelos que hubo durante un tiempo, es una manera de liquidar a la línea aérea estatal.
Cerraron empresas públicas que garantizaban soberanía económica, la planta de Urea la cerraron, nosotros somos productores de gas, siempre hemos vendido materia prima, y con una planta de urea, la inversión más costosa de Bolivia en toda su historia, nos permitía exportar no solamente materia prima sino material procesado, urea, resulta que la planta la cierran con el objetivo de dar pie a que el negocio de la venta de empresarios privados de Brasil, con sus intermediarios bolivianos, prospere en detrimento de la soberanía económica y de una planta estatal que generaba ingresos para el país.
Ese tipo de cosas se han repetido en telecomunicaciones, obligaban a los funcionarios del Estado a que no usaran el servicio de telefonía de la empresa estatal sino que todo funcionario del Estado tenía que usar el servicio de telefonía de la empresa privada para aniquilar la estatal y potenciar la privada, cuando ambas estaban coexistiendo en nuestro tiempo.
Entonces, ha habido todo un proceso de esfuerzo por privatizar los recursos públicos, y no lo han consolidado porque duraron apenas un año en el Gobierno, pero si usted tenía un año o más de este Gobierno de Áñez hubieran desaparecido la totalidad de las empresas del Estado, que son las que solventan ingresos para el país para construir carreteras, para pagar salarios de maestros y médicos, para crear viviendas gratuitas para las personas, para mejorar el agua potable, los servicios básicos de la gente humilde, del campo.
La intención era asfixiar y que todos esos recursos que estaban en manos del Estado pasaran al sector privado. Entonces, la primera tarea ha sido hacer un recuento de los daños, de la catástrofe de esta pandilla que asaltó al Estado y volver a empujar las empresas estatales y volver a vincular el apoyo del Estado a la pequeña producción empresarial, campesina, microempresarial que hay en el país, pero la crisis igual ha generado una caída, un bajón casi del 5 % del Producto Interno Bruto boliviano, un aumento del paro, cierre de empresas, y se requiere entonces ahora nuevamente un impulso para relanzar la economía y recuperar las tasas de crecimiento, no se olvide que nosotros tuvimos la tasa de crecimiento más alta de todo el continente latinoamericano durante ocho años seguidos, 5 % de crecimiento, o sea somos unos izquierdistas, unos populistas que hemos dado cátedra en cuanto a manejo macroeconómico con justicia social. Somos también el país que ha logrado la mayor reducción de las injusticias sociales en una década y media, cuando entramos nosotros al Gobierno teníamos un país que la diferencia entre el 10 % más rico y el 10 % más pobre era de 150 veces, y la hemos reducido esa diferencia a 40, y lo ideal sería reducir a 20, pero hay una reducción notable de las desigualdades.
Pues bien, eso ahora es tarea pendiente, y el relanzamiento de la economía va a requerir varias de las medidas que ya se han tomado, este impuesto a las grandes fortunas se ha aplicado en Bolivia, no lo teníamos; se han establecido unos mecanismos de crédito con tasas de interés subvencionadas para los pequeños productores y para todo tipo de actividad de pequeña y mediana escala que ayude a sustituir algunas importaciones, porque somos un país que compra muchos no solo insumos sino también herramientas que las podemos sustituir, entonces el Estado va a ayudar a aquellos emprendimientos privados, de pequeña y mediana escala, que ayuden a que el Estado no tenga que estar usando divisas para importar cosas, son buenas medidas.
Pero hay que tomar otras más, creo que van a ser insuficientes, en lo personal, no lo he conversado con nadie del Gobierno, pero en lo personal considero que hay que hacer una reforma tributaria, que ajuste una mayor tasa impositiva a las personas que tienen muchos más recursos, el impuesto a las fortunas es el primer paso, eso hay que ampliarlo más, la gente que tiene más dinero en Bolivia tiene que pagar más impuestos. Por supuesto descartando al asalariado, al pequeño propietario, estamos hablando de los grandes potentados, de la gente adinerada que hay en el país.
En segundo lugar, hay que imponer un impuesto a las exportaciones del agronegocio en Bolivia, el cual tiene una subvención de la luz, del combustible, del diésel, se le devuelve parte de sus impuestos y paga 0 % de interés de sus exportaciones, entonces cuando el Estado tenía otras fuentes para pagar salud y educación, que venía del gas, se dejó que esto avanzara, pero ahora que se estrechan las opciones este sector de alta rentabilidad debería pagar una tasa del 5, del 10, del 15 % de sus exportaciones al Estado, ahí hay una excelente fuente de ingresos para el Estado que claramente se puede dirigir para mejorar el sistema de salud, construir nuevos hospitales, llevar a la población de base de los barrios la atención médica necesaria, esa es una medida que se la debería tomar, o hay que estudiarla.
Otra medida que también se podría tomar es una normativa que establezca sanciones a los que han evadido impuestos y han llevado sus capitales a paraísos fiscales, en la gestión nuestra comenzó un estudio de los paraísos fiscales, de hecho, el señor Camacho y su padre forman parte de esa estructura de evasores fiscales y tienen su dinero guardado en paraísos fiscales, y uno de los motivos del golpe de Estado fue impedir esta investigación sobre fortunas y evasión de impuestos. ¿Cómo es el mecanismo de evasión de impuestos que la burguesía boliviana implementó? Va a exportar madera, o exporto aceite, me invento una empresa en Las Bahamas, le vendo a esa empresa a 100, y reporto que he vendido a 100, y esa empresa le vende al destinatario final, puede ser Europa, Estados Unidos, a 500 y eso ya no queda reportado en Bolivia, queda reportado 100 y los 400 restantes quedan reportados en el paraíso fiscal, y entonces no pago impuestos, siempre estoy en quiebra, siempre estoy en deuda en Bolivia pero mi dinero está excelentemente guardado en Las Bahamas, en Holanda o en algún otro paraíso fiscal del mundo. Eso hemos detectado, sabemos cuáles son las familias y las empresas, al menos de lo que salió esta información que los norteamericanos sacaron para hacer algún tipo de juego político, falta todavía otro pedazo.
Pues eso ya nos da suficiente material para establecer un conjunto de premios y sanciones, un tiempo para la repatriación de capitales y poder invertir en el área privada donde ellos desean, pero en el país, no se cumple ese proceso. En función del dinero calculado que esté en el paraíso fiscal establecer un conjunto de penalidades a esos empresarios, a esas familias empresarias ricas para que paguen lo que le han robado al Estado porque ese dinero es un robo al Estado, han evadido impuestos.
Un ejemplo clarísimo de esto es Samuel Doria Medina, que vendió su empresa de cemento a los mexicanos, hizo este mecanismo, se vendió a sí mismo en otro país y luego les vendió a los mexicanos. Cuando uno ve el dinero que pagaron los mexicanos creo que es 300 millones de dólares y el dinero que reportaron acá no llega ni a 100. Hubo una evasión de millones de dólares, es decir, el método Doria Medianista o Doria Medista, digámoslo así, es algo que es muy común en Bolivia y hay que sancionar.
Traiga su capital, invierta en lo que le dé la gana, y si no trae su capital pues te cobro con lo que tienes, con tu propiedad, con tu empresa que tienes acá, con tu ahorro en el banco, como empresario evasor de impuestos te cobro lo que corresponde para el Estado. Entonces eso sería un excelente mecanismo para elevar rápidamente las recaudaciones del Estado boliviano para garantizar una mejor atención de salud, el pago para los profesores, mejorar las universidades, pagar a las escuelas, construir más escuelas, etc.
Otros mecanismos que está implementando Luis Arce que es ver métodos de sustituir importaciones, por ejemplo, una fábrica de biodiesel que permita que no estemos comprando diésel a precio de mercado internacional y vendiéndolo a precio subvencionado de mercado nacional, y hay que acelerar de manera soberana como lo veníamos haciendo el tema de la producción y diversificación del litio.
El Estado boliviano ha invertido en el proceso primario del control del salar del litio, de la extracción de las salmueras y del procesamiento del carbonato de litio, y a partir de allí, aguas abajo, porque la ley establece que eso tiene que ser el Estado, y esa fue nuestra pelea con las empresas extranjeras que querían entrar al salar y nosotros dijimos que no, en el salar es el Estado, aguas abajo del salar nos podemos asociar con personas que ya tengan la tecnología para hacer las baterías, ningún problema, pero aguas abajo del salar, pero no del salar para adentro, porque además del litio hay más riqueza en el salar, muchísima más riqueza de todo tipo al interior del salar, y eso es lo que querían controlar las empresas extranjeras, nos decían «no inviertan bolivianos, no se preocupen, nosotros invertimos todo, ustedes nomás autorícennos y van a tener sus regalías, su rentabilidad», y dijimos no, aunque nos cueste, aunque tardemos diez años, hicimos el método boliviano para extraer la salmuera, para separar las sales, y a partir con las aguas residuales comenzamos a asociarnos, puede ser con Alemania, con China, con Rusia, con quien sea, para el procesamiento ya más tecnificado de las aguas residuales que sacamos de la salmuera. Entonces, eso estaba planificado que en esos siguientes años 2021 y 2022 ya teníamos que haber pasado a otros derivados de litio, incluido el litio metálico, haber avanzado en elaboración de baterías pero ese sería entonces un método en el que el Estado siempre es mayoría, y por supuesto esta fue una de las cosas que, lo han mostrado los estudios, los medios de comunicación, que ha motivado el golpe de Estado porque somos los poseedores de la mayor reserva de litio del mundo e intereses muy grandes en el mundo que quisieran tener a unos lacayos, como sucedía antes y como iba a suceder con Áñez y con sus ministros que entregaran todo el salar, incluido la gente, su historia, su fuerza, y su cultura, a manos de empresas extranjeras.
No señores, el salar es nuestro, nosotros somos los que mandamos, los que tenemos mayoría y sobre nuestra mayoría en cualquier tipo de emprendimiento nos podemos asociar con las distintas empresas, pero nosotros siempre controlando el proceso de producción, la dirección, y la soberanía sobre este recurso tan fundamental que va a ser la fuente de la riqueza de Bolivia en los siguientes 50 años.
DR: ¿Cómo ve el desarrollo del MAS con Evo como líder y con Lucho como presidente? ¿Cómo deberían trabajar juntos y evitar conflictos internos de diferentes facciones del partido?
ÁGL: Cerrando la anterior pregunta, soy un convencido de que necesitamos pensar y debatir una segunda oleada de procesos de nacionalización. Corresponde comenzar a debatir, puntuales, quirúrgicas, pero solamente esto nos va a dar herramientas para poder seguir profundizando los procesos de igualdad social. Si algo ha caracterizado el proceso de cambios es que ha sido un proceso de igualdad social, de irradiación de igualdad social, en la economía, en la política, en la cultura, en la identidad, lo que hemos llamado la indianización del Estado es un proceso de igualdad social, lo que es la movilidad social y la emergencia de los sectores populares, indígenas, a mejores condiciones de vida, es un proceso de igualdad social. El hecho de que haya administración pública con funcionarios indígenas, campesinos, obreros, sindicalistas, es un proceso de igualdad social. El hecho de que hayamos reducido las diferencias de ingresos de las personas, entre los más ricos y los más pobres, es igualdad social. Entonces, este proceso de igualdad social va a requerir nuevos motores y también los nuevos motores van por el lado de mayores cargas impositivas a los sectores más ricos, de distintas maneras, distintos métodos, y una nueva oleada de procesos de nacionalización.
Ahora pasando al tema que usted plantea en esta pregunta, la gran virtud del Movimiento al Socialismo (MAS) desde su inicio es que ha sido capaz de articular la pluralidad de ideas que brotan, que existen al interior de lo popular. Está la lógica, la ideología sindical, que es toda una cultura la lógica del sindicalismo en Bolivia, lo cobija, está la lógica del mundo comunal, agrario, están las distintas corrientes de activistas de izquierda, comunistas, socialistas, marxistas, anarquistas, están cobijados ahí, la experiencia de la lógica barrial, de la autoorganización local, barrial, está articulada.
Entonces el Movimiento al Socialismo ha logrado una convivencia flexible, negociada de estas distintas corrientes, y en vez de verlo como algo que dificulta su fuerza, es la clave de su fuerza. El MAS puede ganar con el 64 % del voto o el 55 % del voto recientemente, a pesar de la dictadura, la persecución, porque es un articulador de la pluralidad de lo nacional popular en Bolivia, lo nacional popular por definición siempre es fragmentado, y el aporte que ha hecho Bolivia en el gran debate de la izquierda mundial es que no se necesita cohesionar y homogeneizar las múltiples fracciones de lo nacional popular, no, lo que se requiere es articularlas, respetando, articulando, entonces hacer como una sumatoria de muchos fragmentos como un solo cuerpo, no unificado, no homogenizado, sino articulado en su diversidad.
Es otra manera de entender cómo se construye una fuerza política tan potente que le ha permitido que después de un golpe de Estado al año se está regresando, las experiencias de los golpes de Estado hacen que uno tarde 15, 20, 10 años en regresar y Bolivia es un ejemplo de un año.
Entonces, a futuro la clave es no buscar homogenizaciones sino la coexistencia. Sí hay que potenciar cada una de estas fuerzas, de estas corrientes, en el sentido de renovación generacional, renovación discursiva, mejor vínculo de los niveles dirigenciales con la base social, que a veces tienden a separar.
Cuando lo popular tiende a convertirse en poder de Estado, es decir, en forma de organización universal de la sociedad, eso es ser Estado, puede darse en que los liderazgos políticos, sociales, vean la carrera política como un mero mecanismo de movilidad y ascenso social personal, separándose de las bases, ese es uno de los riesgos muy peligroso, y entonces se requiere permanentemente regeneraciones, intelectuales y morales, para que los liderazgos sociales no busquen la movilidad social individual sino la colectiva. Y eso es un tema de debate, de conciencia, de experiencia, de cultura política, de comunismo, de socialismo como horizonte político, por mucho que seas sindicalista, por mucho que seas de la comunidad, por mucho que seas socialista, por mucho que seas de corriente nacionalista, la idea de que avanzamos todos o no avanza nadie es una idea de lo común, pues este tipo de refuerzo de la conciencia política común de las dirigencias y de las bases es clave para que este proceso tenga mayor horizonte.
Eso en términos de lo que hay que hacer abajo en la coexistencia respetuosa pero potenciada, cualificada de las distintas corrientes, no homogenización, sí la pluralidad, pero la pluralidad potenciada en su compromiso por lo común.
En cuanto a los liderazgos, ciertamente hoy tenemos dos líderes políticos, Luis Arce y David Choquehuanca, en la gestión de Gobierno, y esa es su función, la gestión de Gobierno, la conducción de la toma de decisiones en el ámbito del Estado, pero tenemos un líder histórico que es Evo Morales, que es líder histórico no porque gobernó 14 años sino porque la gente se adhiere a él, cuando Evo camina por una comunidad la gente llora, sale la anciana le dice papá, salen los jóvenes lo tocan, salen los niños, es un liderazgo carismático de esos que no se forman cada día, ni cada mes, ni cada década, sino cada 50, cada cien años.
Evo es un líder carismático y eso, independientemente de que él sea tímido, sea muy sencillo, le incomode ese tipo de valoraciones que puede hacer la gente, es muy sencillo Evo, pero es la realidad, entonces ese liderazgo carismático que no es Gobierno, y está ahí, no tiene por qué ser un estorbo al liderazgo de Gobierno. Los gestores, nuestro presidente y vicepresidente conduciendo la máquina del Estado, las transformaciones desde el Estado, y Evo acompañando ese liderazgo político estatal desde la sociedad. En la medida en que como somos un Gobierno de movimiento sociales, esta dualidad de ser Estado y de ser sociedad antes estaba concentrado en una sola persona, Evo era parte del Estado y era parte fuerte de la sociedad, era más fácil llevar eso, pero ahora tú tienes un liderazgo estatal, necesario, excelente elegido por el voto y gobierna el país, y un liderazgo social, pues esta dualidad de nuestro ser político, movimiento social de Estado, ahora tiene como que dos cabezas y pueden coexistir, pueden coordinar, pueden ayudarse, y de hecho yo lo llevo más profundamente, la clave está en la buena coordinación de ambos porque gracias a lo social estamos en el Estado, pero el Estado a de poder hacer las cosas, a de poder implementar las buenas decisiones, no solamente porque lo social le pide sino porque es con la fuerza de lo social que va a poder defenderse de las fuerzas reaccionarias, incluso que pueden haber dentro del Estado, algunos militares y policías.
DR: ¿Cree que es posible otro golpe de Estado?
ÁGL: Sí, de hecho, cada vez que me reúno con los jóvenes los increpó con una pregunta, que es una pregunta organizadora, es como el qué hacer de Lenín, qué harían si hay un nuevo golpe de Estado. Es un golpe fuerte, es una frase fuerte, te obliga a organizarte desde tu celular, desde tu WhatsApp, desde tu vínculo de al lado con los demás compañeros, con los del barrio, qué vas a hacer, vas a salir a la calle, qué vas a hacer con los militares, con los policías, te obliga a repensar práctica, una nueva practica de las cosas, y yo les lanzó esa pregunta porque las fuerzas golpistas están ahí, no han sido desmontadas, han sido derrotadas electoralmente pero no han sido derrotadas en las calles ni han sido derrotadas intelectual y moralmente todavía, solamente cuando haya una derrota intelectual, moral y callejera, las fuerzas golpistas no serán un peligro, y hoy por hoy lo son, están ahí, están desmoralizadas, están fraccionadas, pero siguen ahí, claro que están más recortadas, no tienen la influencia de antes, ciertamente eso existe pero sus núcleos duros siguen allá y ¿por qué surgió el golpe de Estado? El golpe de Estado fundamentalmente es una reacción virulenta contra la igualdad social, ese es el fundamento material del golpe de Estado, luego hay procedimientos, mecanismos, golpistas, conspiraciones de un lado y otro lado, pero lo que le dio el sustento material al golpe de Estado fue esta movilización de sectores medios tradicionales con apetencia y con ambición, con una apetencia de linchamiento a los indios, al indio, son los que queman la bandera porque no tienen a Evo, porque si hubieran agarrado a Evo, porque querían atacar, quemar el parlamento y entrarse a la Casa del Pueblo y arrastrar el cadáver de Evo y botarlo si era posible de los 24 pisos que hay.
Ese era el espíritu, era una clase media en estado de efervescencia para linchar al indio y como no está el indio, queman la wiphala, en la quema de la wiphala para ellos está la quema de lo que está simbolizando, es una reacción contra la igualdad. ¿Qué había pasado en Bolivia a lo largo de estos 14 años? Que los campesinos, los indígenas, los hijos de obreros, los marginados de siempre ahora eran ministros, una trabajadora del hogar fue ministra de Justicia, un trabajador agrario del Altiplano era canciller, un obrero de la fábrica, humillado por la patronal, era el ministro de Trabajo, el tallerista de El Alto del Plan 3000, el comerciante del Plan 3000 en Cochabamba, el taxista se había convertido en diputado, en senador, en director de empresa, es decir, los descalificados durante siglos, que no poseían la capacidad para mandar ahora estaban mandando, pero además de eso, de ocupar puestos del Estado, la persona que tenía una casita de adobe había podido ahorrar, mejorar su salario, vender mejor, y ahora tenía una casita de ladrillo, y era de tez morena, hablaba aymara, hablaba quechua, vestía de pollera y ahora podía tener un auto de taxi allá afuera. Antes, jamás había imaginado que podía tener un auto, y la señora que lustraba, que barría en la casa del ricachón o que barría en la calle ahora había mandado a su hija a la universidad, ellos nunca habían acabado ni la escuela, pero ahora su hija estaba entrando en la universidad y esa hija se juntaba con los hijos de las personas que siempre habían estado en las universidades, y el alcalde, y el diputado ahora se reunía con los empresarios, iba al banco y contrataba empresas cosa que antes lo hacían el grupo de profesionales de la clase media tradicional y ahora habían otros.
Este hecho de igualdad, de indios subiendo, el pueblo emergiendo en sus derechos, en sus reconocimientos y en sus oportunidades para obtener un cargo en el Estado era más importante saber si eras de un sindicato que saber si tenías un doctorado en Harvard, valía más si tenías el respaldo sindical, nosotros premiamos a quien hablaba aymara y quechua y a quien había defendido la justicia a los sindicatos para ser miembro de la Corte de Justicia, no eran tus libros, era si habías defendido a la gente humilde.
Era un trastocamiento del mundo económico, pero también moral de las cosas y las clases medias tradicionales que se sublevan y que quieren linchar a los indios sienten que el orden moral del mundo natural se ha desmoronado y salen a la calle.
Nosotros en esta nueva gestión de Gobierno, no vamos a retroceder en nuestra búsqueda de igualdad y, por lo tanto, como vamos a seguir promoviendo igualdad de los de abajo hacia arriba, sin quitar a los del medio, no tienes por qué quitar a los del medio, o sea es una igualdad hacia arriba no es una igualdad hacia abajo, nuestro tipo de socialismo apunta a la igualación hacia arriba, es decir, que si eres campesino tienes derecho a tener agua potable, luz eléctrica, salud, educación, una buena carretera, internet, tu hijo en el colegio, en la universidad, no es que al que tenía eso le vamos a quitar, no, el que tenía eso por los últimos 50 años lo va a seguir teniendo, pero el que no tenía ahora va a tener.
Esa igualdad la vamos a seguir promoviendo y si este sector de clase media no entiende que la igualdad es el horizonte de la humanidad va a seguir siendo golpista, este resentimiento contra la igualdad está ahí, este resentimiento contra ver indios en el parlamento, obreros en los ministerios, comerciantes, transportistas que solamente han acabado el quinto de básico del colegio dirigiendo una institución o siendo contratados. Eso va a seguir continuando en el país, y si ellos no lo aceptan, no lo entienden, no asumen de que así será la vida, van a volver a incubar resentimientos golpistas y entonces el riesgo de un golpe de Estado va a seguir.
Frente a ello, lo que nos queda a nosotros es la organización y claro el año 2019 nos sorprendieron, no en el resentimiento antiigualitario de las clases medias tradicionales, nos sorprendieron en el soborno y la traición de los mandos policiales y militares. Pues bien, ahora ya no nos va a sorprender, y entonces hay que avanzar el respeto a la democracia, el respeto del voto, transformaciones económicas, defensa de la igualdad, democratización de la riqueza, pero también organización para defender nuestras conquistas de igualdad y creo que esta va a ser una constante continental y mundial.
En este momento de crisis mundial, lo que nos está enseñando lo que está pasando en EE. UU., lo que ha pasado en Bolivia, en Brasil es que la lucha por la igualdad y la lucha por la democracia va a tener el costo de tener que derrotar en las urnas y en las calles a una derecha fascistoide que se resiste a la igualdad en el ámbito político, en el ámbito de la vida familiar, en el ámbito de las clases sociales.
Entonces, van a ser tiempos turbulentos porque se ha dado una divergencia de élites, hasta antes del progresismo las élites convergían en un solo objetivo, hasta la socialdemocracia, libre mercado, globalización, privatizaciones, las élites de izquierda y de derecha convergían en un solo objetivo, eran los tiempos gloriosos del neoliberalismo, hoy ya no, América Latina diverge y en el mundo comienza a haber élites que comienzan a ver otra opción y si la izquierda no sabe capturar eso la derecha lo va a capturar bajo la forma de reacción contra la igualdad, de racismo, de fascismo, entonces el mundo y Bolivia, el continente, va a estar atravesado en la siguiente década en una trama muy convulsa, muy complicada y la izquierda revolucionaria tiene que aferrarse a la democracia, pero entendiendo que la democracia lo lleva, lo obliga a prepararse para la defensa de la democracia también en las calles.
Entonces, la clave del éxito de nosotros es esta dualidad de nuestro proyecto en la sociedad y en el Estado, dualidad de liderazgos en la sociedad y en el Estado, y dualidad de la ofensiva democratizadora igualitaria desde el Estado y desde la sociedad. Entonces es esa clave de Estado y sociedad la fuerza de nuestro proyecto político, y las personalidades de Luis y Choquehuanca con la personalidad de Evo se requieren mutuamente, una sin la otra no ha de poner tener la fuerza y la eficacia y la profundización del proceso que la historia reclama.