Recientemente, el gobierno de Cuba ha expresado su rechazo a las amenazas de deportación contra los migrantes cubanos en Estados Unidos, un tema que ha generado gran controversia en las últimas semanas. En un comunicado oficial, las autoridades cubanas calificaron de «cinismo» las amenazas de deportación dirigidas a los migrantes que llegaron a territorio estadounidense en los últimos años, especialmente aquellos que se beneficiaron de un estatus legal temporal que les permitió vivir en el país.
Véase también: Trump revoca estatus legal a más de 500 mil cubanos, haitianos y venezolanos
La postura cubana se basa en el argumento de que muchos de estos migrantes fueron obligados a abandonar su país debido a las condiciones difíciles generadas por el embargo económico impuesto por Estados Unidos a lo largo de los años. Además, se recordó que el mismo gobierno estadounidense fue responsable de permitir su ingreso al país bajo una política que les otorgaba un estatus de protección temporal, incitándolos a ingresar de manera regular al país. Según las autoridades cubanas, las dificultades económicas y sociales en la isla fueron factores determinantes que empujaron a muchos a emigrar, lo que debería ser considerado al evaluar su situación actual.
La situación se agrava después de que la administración estadounidense, encabezada por el presidente Donald Trump, anunciara que revocará el estatus legal temporal de más de 350,000 migrantes originarios de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití. Esta medida, que entrará en vigor a partir del 24 de abril de 2025, pondrá en riesgo a miles de personas que llegaron a Estados Unidos de manera legal bajo el mandato de Joe Biden. Esta revocación forma parte de una serie de acciones del gobierno estadounidense dirigidas a frenar la migración irregular y endurecer las políticas migratorias.
Este cambio en la política migratoria ha provocado la reacción de varios políticos estadounidenses, quienes han expresado su apoyo a la medida, a menudo utilizando un lenguaje duro y amenazante hacia los migrantes. La medida ha generado un clima de incertidumbre para miles de personas que ahora se encuentran en una situación precaria, ya que podrían enfrentarse a la deportación en un futuro cercano.
En este contexto, resulta evidente que las políticas migratorias de Estados Unidos, al centrarse en la deportación de cubanos, ignoran una realidad fundamental: un porcentaje significativo de la población en estados como Florida proviene de origen cubano. Estos ciudadanos, que contribuyen activamente a la vida económica, social y cultural del país, ven en estas medidas un acto de indiferencia hacia su identidad y su historia. La decisión de poner en peligro su estatus legal no solo es una medida que afecta a miles de personas, sino que también refleja una contradicción en un país que se construyó sobre la base de ser un refugio para aquellos que buscan una vida mejor. En lugar de mostrar empatía y buscar soluciones inclusivas, estas políticas parecen enfocarse en la exclusión, lo que solo incrementa la división y la desconfianza entre los migrantes y el gobierno estadounidense.
Foto: El Ciudadano
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