Varios países de América Latina, incluidos algunos críticos con el Gobierno de Venezuela, rechazaron hoy que la crisis que enfrenta el país caribeño se solucione a la fuerza, luego de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, haya dicho que no descarta una «opción militar» ante esta situación.
El mandatario estadounidense aseguró este viernes que tiene «muchas opciones» para Venezuela, incluida la militar, ya que «no está muy lejos» y «la gente está sufriendo y están muriendo».
El vecino Gobierno de Colombia, que ha sido crítico con su par venezolano tras la agudización de la crisis que ya se salda con más de 120 muertos, criticó esa posibilidad, sin mencionar directamente lo dicho por Trump y en la víspera de una visita al país del vicepresidente de EE.UU., Mike Pence.
«Rechazamos medidas militares y el uso de la fuerza en el sistema internacional. Todas las medidas deben darse sobre el respeto de la soberanía de Venezuela a través de soluciones pacíficas», indicó la Cancillería, que, sin embargo, insistió en «su condena a la ruptura constitucional» en el país vecino.
Perú, cuyo Gobierno también ha chocado con el del presidente venezolano, Nicolás Maduro, al punto de expulsar este viernes al embajador en Lima, se sumó a la voz de rechazo de «todo intento interno o externo para recurrir a la fuerza» en esta situación.
Para la Administración de Pedro Pablo Kuczynski «la única vía aceptable para recobrar la democracia» es el diálogo, sin dejar de reiterar su condena a la ruptura del orden democrático en ese país.
«La crisis en Venezuela no puede resolverse mediante acciones militares, internas o externas», rehusó, por su parte, el Gobierno mexicano, que expresó su rechazo «al uso o amenaza de uso de la fuerza en las relaciones internacionales».
México recordó que el pasado 8 de agosto 12 países adoptaron la Declaración de Lima y en ella, además de condenar la situación que vive Venezuela, «rechazaron de manera enérgica la violencia y el uso de la fuerza».
El bloque integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, denominado Mercosur, también desestimó el uso de la fuerza en el país caribeño y consideró que el único instrumento «aceptable» para la «promoción de la democracia» es «diálogo y diplomacia».
Los países del Mercosur aseguraron que seguirán insistiendo, de forma individual y colectiva, para que Venezuela «cumpla los compromisos que asumió, de forma libre y soberana, con la democracia como única forma de gobierno aceptable en la región».
Estas voces coincidieron a las de los tradicionales aliados de Venezuela, entre ellos Nicaragua, que se solidarizó con el Gobierno de Maduro al asegurar que «nuevamente la voz de los imperios se manifiesta contra nuestra América Latina caribeña».
«Nuestra América, que está hecha de vigor y de gloria, que está hecha para la dignidad, se alza en reclamo urgente de respeto y, sobre todo, en exigencia de reconocer el derecho de nuestros pueblos a la paz, a la seguridad, y a modelos propios para el desarrollo político, económico y social», dijo el Gobierno de Daniel Ortega.
También el presidente de Bolivia, Evo Morales, acusó a la derecha internacional de guardar un «silencio cómplice» ante la «amenaza de intervención» realizada contra Venezuela por Trump y el «afán intervencionista armado» de EE.UU.
Estas declaraciones del mandatario estadounidense son el primer amago de utilizar a las fuerzas armadas como «opción» en Venezuela, contra cuyo Gobierno había liderado una ofensiva diplomática desde que llegó al poder.
El más reciente episodio de choque se protagonizó este viernes, cuando Trump rechazó la propuesta de Maduro de mantener una conversación telefónica hasta que el líder chavista «restablezca la democracia en el país».
Aun así, este sábado el canciller venezolano, Jorge Arreaza, se reunió con el encargado de negocios de Estados Unidos en Caracas, Lee McClenny, en el marco de una convocatoria al cuerpo diplomático que hace presencia en el país.
«Yo le dije: ‘¿qué vía quieren ustedes? ¿La del diálogo? Aquí está nuestra mano. ¿Quieren otra vía? Bueno, estaremos aquí también para defender la patria y para enfrentarlos en cualquier terreno'» contó Arreaza luego de la reunión.
Sin embargo, el jefe de la diplomacia venezolana hizo votos para que el Gobierno de Nicolás Maduro pueda «recomponer las relaciones de respeto» no solo con Estados Unidos, sino con todos los países que en los últimos meses han criticado sus decisiones, especialmente la instalación de una plenipotenciaria Asamblea Constituyente.