En el año y medio que lleva de gestión, el gobierno de Macri en Argentina ha acumulado varias denuncias en su contra y hay que sumar una nueva: presunta comisión de delitos en el marco de una posible compra por más de u$s 2.000 millones de armamento de uso bélico a EEUU, la cual debería ser avalada por el Congreso. Además, se sospecha que el destino del material es el de combatir al narcotráfico, al terrorismo y al crimen organizado, algo que está prohibido por la ley de seguridad interior.
La denuncia penal fue presentada por un grupo de diputados kirchneristas y peronistas encabezados por su titular Héctor Recalde. Allí, se señala que la acusación es contra el presidente Mauricio Macri; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro de Defensa, Julio Martínez; el embajador argentino en los Estados Unidos, Martín Lousteau; y los diputados nacionales, Eduardo Amadeo y Luciano Laspina, tal como informa el diario Ámbito financiero.
Además, se sospecha que el destino del material es el de combatir al narcotráfico, al terrorismo y al crimen organizado, algo que está prohibido por la ley de seguridad interior.
Según trascendió a los medios de comunicación, diputados se preguntan por qué «el Gobierno está realizando la mayor compra de armas de la historia». La denuncia es consecuencia de un informe que trasmitió el canal de noticias C5N el pasado domingo 26 marzo, en la que reveló con datos fidedignos los planes secretos del gobierno nacional y la compra del armamaento.
«La revelación de la carta que el embajador Lousteau enviara al congresista norteamericano, Pete Visclosky, es la clave que pone al descubierto una fenomenal compra de armamentos bélicos cuyo listado figura en el anexo que el diplomático adjunto a la misiva. Es preciso aclarar que Visclosky integra con un cargo jerárquico la Comisión de Defensa del Congreso de los Estados Unidos y sería quien maneja el Foreign Military Sales – FMS, programa de venta de armas a Fuerzas Armadas extranjeras de los Estados Unidos», indica la presentación del bloque del FPV.
Los denunciantes remarcan que «según indica el embajador Lousteau en la nota enviada y que luego confirmó, la compra de material bélico sería para el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas en la cooperación frente a las amenazas globales como el terrorismo internacional. Sin embargo, al advertirse el listado de armas surge que el argumento es falso, ya que el material bélico que estaría en proceso de compra por parte de nuestro país, nada tiene que ver y no resulta para nada idóneo para ese fin«.
La compra por más de U$2.000 millones sorprende no solo por su utilización, sino que contradice el discurso oficial de «austeridad» y «ajuste» que tiene el gobierno de Macri. Por ejemplo, los docentes de la escuela pública llevan meses reclamando un aumento salarial cercano al 30% y solo se les ofrece 19%.
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Como consigna el portal El Destape, uno de los primeros en dar la información, en el pedido se detalla que el ejército argentino solicita, entre otras cosas, 12 helicópteros de ataque Cobra AH1, utilizados por el ejército estadounidense durante la Guerra de Vietnam, la del Golfo y la del Líbano, unos 10 helicópteros modelo Chinook, utilizados en la guerra de Malvinas, otros 16 Black Hawk UH60, otro tipo de aeronave de transporte táctico, conocido mundialmente por su rol en la Guerra de Irak, y por último unos 26 helicópteros Bell 412, lo que representaría un total de más de mil millones de dólares.
Además de los poderosos helicópteros, el Ejército nacional también solicitó unas 182 tanquetas de guerra tipo StryKer, modelos M1128, M1130, M1132, M1134 y M1139, que son utilizadas por las fuerzas armadas de Estados Unidos e Israel. Las mismas están equipadas con ametralladoras calibre 50, lanzadoras de granadas y cañones de 105 milímetros. Otro de los llamativos pedidos realizados a norrteamerica son los lanzamisiles Javelin (se pidieron 80), un modelo portátil desarrollado por el gobierno estadounidense para derribar tanques y avionetas.