«Lo que vemos en este primer mes, son iniciativas muy preocupantes que atentan contra los trabajadores, las instituciones y derechos básicos para cualquier democracia», afirma rotundo Adolfo Pérez Esquivel en su artículo titulado «El pueblo argentino y sus banderas. A un mes de Cambiemos».
El Premio Nóbel de la Paz critica fuertemente las medidas tomadas por la alianza encabezada por Mauricio Macri, de las cuales sostiene que, en franca contradicción con el slogan de «Pobreza cero» repetido hasta el hartazgo durante la campaña, fortalecen las desigualdades sociales: «Se devaluaron los salarios un 45%, se consintieron aumentos en bienes primarios, se suspendieron paritarias y la publicación de estadísticas, bajaron los impuestos a los que más tienen y despidieron masivamente a miles y miles de trabajadores públicos -que puede ser imitado por el sector privado- para imponer miedo. Y mientras reprimen a los que protestan, el Ministro de Economía se pronuncia extorsivamente diciéndole a los trabajadores y sindicatos que deben evaluar si prefieren pedir aumentos o mantener fuentes de trabajo».
También cuestionó la modificación por Decreto de Necesidad y Urgencia que se realizó a la Ley de Medios y a sus organismos de aplicación, y contrastó el discurso presidencial previo al triunfo del ballotage con el rumbo que tomó el Gobierno una vez asumido: «La coalición electa también habló mucho de dejar de perseguir al otro por pensar de forma diferente, y lo primero que ha hecho es desguazar la Ley de Medios, con la intención de priorizar la libertad de empresa por encima de la libertad de prensa». Y agregó: «La Ley de Medios no es una Ley K, es de todos los argentinos porque fue amplia y largamente debatida por nuestra sociedad, y porque reemplazó la ley de facto de la última dictadura».
En relación a la metodología macrista de gobernar por decreto sin llamar a sesiones extraordinarias, Pérez Esquivel opinó: «Durante la campaña, la coalición electa “Cambiemos” puso mucho énfasis en respetar las instituciones y la república. Sin embargo, en menos de una semana pisoteó su propio relato republicanista con un aluvión de Decretos de Necesidad y Urgencia, que no tienen nada de necesarios ni de urgentes, con el fin de sortear el debate de nuestros representantes en el Congreso, sabiendo que se puede convocar a sesiones extraordinarias».
El activista arremetió también contra los ex gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner por no haber sabido, querido o podido desmontar la herencia neoliberal y «avanzar en un proceso de emancipación nacional y social como sí sucedió en otros países de la región». También apuntó contra la falta de autocrítica de los gobiernos K y advirtió que no reconocer los errores durante 12 años podría haber sido una de las razones por las cuales una alianza de derecha les ganó por el voto popular.
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