Los docentes de toda Argentina comienzan hoy un paro en reclamo de salarios e inversión educativa. En la mayoría de las provincias, el inicio de las clases quedará postergado así por 48 horas en las escuelas públicas, que recién el miércoles funcionarán normalmente.
Tras la eliminación de la paritaria nacional, con el techo del 15 por ciento a la recomposición de los salarios del sector y el cierre de escuelas, este era un conflicto cantado, como ya lo había sido el del año pasado en la gestión de Mauricio Macri.
Pero, esta vez, el Gobierno viene preparándose de otra manera para sostener los recortes del gasto público. El ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, juega todas sus fichas a debilitar la medida de fuerza a través de la amenaza de descuentos y viene moviéndose, además, para dividir el frente gremial docente, destaca el diario trasandino Página 12.
“Tengo la impresión que nos vamos a llevar una gran sorpresa con la mayoría de las escuelas abiertas y la mayoría de los docentes educando”, desafió horas antes de la huelga, al remarcar que hay tres sindicatos (UDA, AMET y CEA) que no adhirieron. Cabe destacar, sin embargo, que la medida de fuerza fue convocada por la Ctera, la confederación que agremia al 70 por ciento de los docentes del país.
El paro tiene cuatro ejes de reclamo: por la paritaria nacional docente, salarios dignos, más presupuesto educativo y en defensa del régimen jubilatorio docente, que está en la mira de la coalición gobernante Cambiemos, liderada por Mauricio Macri.
Este es el segundo año que el Gobierno no realiza la paritaria nacional docente: en 2017 fue suspendida, y este enero el presidente Mauricio Macri directamente la eliminó por decreto.
Con la supresión de la paritaria nacional, al Gobierno le quedó el camino allanado para achicar esos fondos, actualizándolos según su único criterio. El plan de la Casa Rosada es dejar de pagar el Fonid en 2019. El criterio de Cambiemos es el de que cada provincia pague lo que pueda pagar, según sus recursos.
La receta no es nueva, ya que fue la utilizada en la década del ‘90 por el menemismo, y está generando las mismas desigualdades internas en Argentina.
Las ofertas salariales a los docentes, por debajo de la expectativa de inflación del Gobierno –un 20 por ciento para 2018–, afectarán sueldos que vienen perdiendo sensiblemente su poder de compra desde el 2016.
Por su perte, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, sostuvo que el Gobierno no ve “motivo” para un paro nacional docente porque, segùn consideró “no hay docentes nacionales” ya que cada provincia lleva su “negociación” y consideró que detrás de la medida de fuerza hay una “motivación política”, destaca El Destape.
“No vemos motivos para un paro nacional porque no hay docentes nacionales. En cada provincia se lleva una negociación distinta.