Las estadísticas oficiales sobre la situación socio-económica de las familias argentinas encierran extraños acertijos. Pese a que el país está sometido a un plan de ajustes, de tarifazos en los servicios públicos y de recortes a la inversión social, los números oficiales son casi invariables.
Según las cifras que ofrece hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina (Indec), una familia necesita 18.833,55 pesos (679 dólares) para no estar en la pobreza. Mientras tanto, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que establece el nivel de indigencia, quedó registrada en 7.473,63 pesos ( 279 dólares).
Respecto al registro de abril, la Canasta Básica Total (CBT) aumentó un 3,2%, mientras que el crecimiento interanual, desde mayo de 2017, fue del 28,4%. La CBA creció 4,8% en comparación a abril pasado y el incremento interanual fue del 24,9%. Hasta allí se trata de la traducción oficial de las cifras de inflación.
Obviamente, los salarios marchan mucho mas atrás que la inflación. En el caso de los asalariados, los que están bajo convenio, han pactado en su mayoría incrementos salariales del 15% para todo el año, en muchos casos sin posibilidad de revisión por una mayor inflación, mientras se esperan aclaraciones sobre la intención del gobierno de homologar un 5% adicional sólo para el sector privado.
Pero hay otro dato, que en ese contexto de inflación, llama la atención. Según el Indec, el 25,7% de los argentinos se encuentran en situación de pobreza, mientras que el 4.7% están en condición de indigencia.
¿Cómo puede bajar la pobreza?
Las cifras que presenta el Indec sobre la pobreza son perturbadoras. Pese a la crisis y la inflación, la pobreza descendió. Un milagro dirían algunos. El 25,7% que citan como dato oficial es inferior al 32,2% que informaron en septiembre de 2016. En marzo pasado, Macri lo consideró una evidencia del «éxito» de su modelo económico.
Hay muchas incongruencias para evitar creerle. Por ejemplo, luego de esa medición se anunció un aumento de entre 28% y 40% en el costo del gas que consumen los hogares, mientras los servicios de energía y transporte tampoco pararon de aumentar. La devaluación se agudizó. ¿Como explicar que baje la pobreza en un país donde el gobierno está arrasando con todos los subsidios y donde además no hay crecimiento económico, sino mas bien despidos masivos?
Las otras cifras
En marzo de 2017, la Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer alarmantes cifras sobre pobreza y desigualdad, y ambas se ubican en los niveles más altos de los últimos años. Según el informe, desde fines de 2015 se sumaron 1,5 millones de nuevos pobres, para un total de 13 millones. Esto es el 32,9% de la población.
Los preocupantes datos se desprenden del Observatorio de la Deuda Social Argentina, que depende de la UCA. Así, el estudio señala que la pobreza se incrementó de 32,6% que había registrado en abril de 2016 a 32,9% en el último trimestre. A fines de 2015, el promedio era de 29%.
En tanto, la indigencia pasó del 5,3% al 6,9% y alcanzó a 2,7 millones de argentinos. Para estar por encima de ese nivel una familia debe percibir más de $ 2.200 al mes. Según los propios cálculos de Indec, ahora la cifra de ingresos para evitar estar en la indigencia es de 7.473,63 pesos. ¿Si no hubo incremento significativo de los salarios, qué malabares hizo el Indec para disfrazar el crecimiento de la miseria?
La brecha promedio de hogares pobres aumentó de 32,4% en 2015 a 34,9% en 2016; mientras que la de hogares indigentes lo hizo de 23,7% a 34,7%. Es decir, esta última se profundizó aún más.
Para la UCA, la pobreza creció aceleradamente en los primeros meses de 2016 y sostiene que los nuevos pobres se «atribuyen al shock inflacionario y recesivo del primer semestre, más que al segundo».