Una señora entrecierra los ojos, usa una mano de visera y con la otra sostiene un celular de armazón animal print. Intenta tomar una fotografía de la manifestación que se extiende desperdigada por Avenida Rivadavia hasta concentrarse en un cúmulo de personas y banderas delante del Congreso Nacional y enfrentados a un escenario cuyo fondo reza: “La Ley de Medios no se Toca”.
No es la única. Una veinteañera con vestido floreado se agacha y apunta con su cámara profesional a dos chicas que se sacan una selfie, tratando de capturar de fondo el grupo de militantes que agitan la tarde con bombos y cantos de consignas políticas.
“Si no difundimos nosotros, no difunde nadie” dice la joven haciendo referencia a la invisibilización que los grupos mediáticos concentrados hacen de estos acontecimientos. “Vi una combi de C5N, nada más”, concluye y focaliza en la importancia del boca en boca en las redes sociales para mostrar lo que los grandes medios callan o muestran a medias.
Es la segunda marcha que se realiza durante la primera semana de gestión del presidente electo por el frente Cambiemos, Mauricio Macri. En una primera instancia, el objetivo de la manifestación fue la defensa de la Ley de Medios, pero luego se extendió a pronunciarse en contra de otras medidas macristas, como la designación por decreto de dos jueces de la Corte Suprema, o la eliminación de las políticas restrictivas a la compra y venta de dólares que subió el valor de la moneda extranjera alrededor de los $14 y devaluó el peso argentino en más de un 30%.
La marcha a la plaza de los Dos Congresos fue convocada por organizaciones sociales, políticas y sindicales, por el bloque de diputados del Frente para la Victoria, por militantes autoconvocados y por la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), cuyo titular, Martín Sabbatella, a pesar de tener continuidad en su mandato hasta 2017, pretende ser removido de su cargo por el gobierno macrista.
El AFSCA es un organismo creado a partir de la sanción en 2009 de la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual; una ley que reemplazó al Decreto 22.285 sancionado durante la última dictadura militar; que fue debatida en foros a lo largo y ancho del país; que se enmarcó en los 21 puntos elaborados por la Coalición por una Radiodifusión Democrática, una iniciativa de numerosas organizaciones sociales que venían discutiendo una nueva regulación de los medios audiovisuales que tuviera en cuenta la pluralidad de voces, la libertad de expresión, la democratización de la palabra y estableciera un límite a la concentración mediática empresarial.
Una ley que fue aprobada por ambas cámaras en el Congreso y que luego debió resistir numerosos embates de parte de la Justicia, propagados particularmente por el Grupo Clarín, quien veía afectados sus intereses, hasta finalmente en 2013 ser declarada constitucional por la Corte Suprema de Justicia.
Mauricio Macri, a través de uno de sus 29 Decretos presidenciales de Necesidad y Urgencia, estableció que el AFSCA debía pasar de la órbita de la Presidencia de la Nación al flamante ministerio de Comunicaciones al mando del radical Oscar Aguad.
“Estoy acá para defender la Ley de Medios, para que haya libertad de expresión”, comenta Emanuel, un trabajador de Aerolíneas Argentinas, de 30 años, que fue solo, porque creyó que era importante salir a la calle. “Es genial la cantidad de gente que hay”, continúa mientras observa la manifestación desde la periferia de la plaza. “Nadie sabe de esto que pasa, la gente se junta sola, se autoconvoca. Yo me enteré hace un rato por un posteo de Facebook” continúa y bebe una cerveza helada que los vendedores ambulantes ofrecen con los porta latas en alto, como si estuviesen en un recital.
“Yo, como tantos miles que nos hemos acercado, nos hemos acercado en función de la necesidad de una respuesta política a las formas en que se viene manejando el actual gobierno, a un avance que constituye un ajuste mucho más rápido y mucho más drástico de lo que esperábamos” argumenta un joven militante del Movimiento Evita. “Creo que lo central hoy es la devaluación, de cómo se está desvalorizando la plata que ganamos todos los días, y eso naturalmente está vinculado con otro tipo de avances, como la designación de los jueces vía decreto” agrega, y no duda en resaltar “la fuerza simbólica y la fuerza política” de la gente movilizada en las calles.
Son más de las 18:00 de la tarde y arriba del escenario ya tomaron la palabra la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, el jefe del bloque de Diputados del Frente para la Victoria, Héctor Recalde, y los sindicalistas Andrés Rodríguez de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y Hugo Yasky de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA). Ahora es el turno de Martín Sabbatella.
Debajo, se alzan las banderas del Movimiento Evita; del Sindicato Argentino De Televisión Telecomunicaciones, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos; de Peronismo Militante; de la Tupac Amaru; de La Cámpora; de Nuevo Encuentro y del grupo originado en Facebook, Resistiendo con Aguante, entre otras.
A cada pausa de oradores, como un efecto dominó, se transmite entre la multitud el canto que versea: “Oh, a volver, a volver, a volver, vamos a volver”.
“Siento una profunda alegría porque en distintos rincones del país hay pibes y pibas que no quieren volver al pasado”, comienza su discurso Sabbatella, e inmediatamente después advierte sobre las expresiones públicas del macrismo: “Dijeron que esta ley no tenía que subsistir y que no había concentración mediática. Eso es una clara toma de posición a favor de los medios concentrados”.
“La ley la tenemos que respetar todos. Y si no te gusta, andá al Parlamento”, continúa y los cientos de miles de personas que atienden hacia el escenario aplauden. Sabbatella sigue explicando que, si quieren destruir la ley, es porque necesitan el blindaje mediático para ir en contra de los derechos del pueblo, esos derechos obtenidos y esas conquistas realizadas durante los últimos 12 años de gobierno kirchnerista.
Explica, también, que la eliminación de las retenciones a los sectores agropecuarios, que la devaluación del salario de los trabajadores, que la liberación de las importaciones no son más que una profunda transferencia de recursos a los grupos concentrados y a los grandes exportadores.
“La voracidad de los grupos que representan, pesan para más para ellos que la calidad institucional y la calidad democrática” sostiene con énfasis desde el micrófono. Y cierra el acto con una frase característica del proceso liderado primero por Néstor y luego por Cristina Kirchner: “La patria para nosotros, siempre es el otro”.