El nuevo gobierno de Argentina está trabajando «sin pausa» para resolver la crisis de la deuda heredada por la administración de Mauricio Macri. Así lo indicó este viernes el ministro de Economía del país suramericano, Martín Guzmán, un mes después de que el presidente progresista , Alberto Fernández, asumiera el cargo.
«Estamos trabajando sin pausa para resolver la crisis de deuda pública externa, consecuencia del fracaso de un modelo irresponsable que no funcionó en ningún país del mundo y que nos dejó rehenes de los mercados financieros internacionales», dijo Guzmán en su cuenta de Twitter.
«Hoy se cumple un mes del inicio de una nueva etapa para nuestra Nación, donde las prioridades cambiaron. La tarea que me encomendó el Presidente Fernández es trabajar para resolver la profunda crisis económica y social en la que se ha sumergido a nuestro país», subrayó.
Dijo que el deterioro en los últimos años ha sido «dramático». Y señaló: «La deuda pública externa creció de forma brutal mientras que la actividad económica entró en caída libre. La tasa de desempleo superó los dos dígitos y crecieron fuertemente la pobreza y la indigencia».
Según el ministro, cada decisión tomada durante este último mes ha sido en pos de «tranquilizar a la economía y poner a la Argentina de pie». A lo que añadió: «Nuestro compromiso es con todas y todos, empezando por los sectores más vulnerables para llegar al conjunto de la sociedad».
Asimismo, Guzmán dijo que el primer «gran paso» para tranquilizar la economía fue la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, discutida y aprobada en el Congreso. «Esta ley nos brinda herramientas necesarias para frenar la caída, al mismo tiempo que protegemos a quienes peor lo están pasando», aseguró.
«Estamos trabajando sin pausa para resolver la crisis de deuda pública externa, consecuencia del fracaso de un modelo irresponsable que no funcionó en ningún país del mundo y que nos dejó rehenes de los mercados financieros internacionales», afirmó.
El gobierno de Fernández, que asumió el 10 de diciembre, tiene planeado entablar conversaciones con los acreedores para reestructurar alrededor de 100.000 millones de dólares en deudas para evitar una cesación de pagos y hacer frente a la profunda crisis económica ocasionada por las medidas neoliberales aplicadas por Macri.
Guzmán, un joven economista, ha sido designado por el mandatario peronista para dirigir las conversaciones de reestructuración con tenedores de bonos privados y otros acreedores, incluido el Fondo Monetario Internacional (FMI), que acordó un paquete de financiamiento de 57.000 millones de dólares con Argentina en 2018.
Las negociaciones de deuda de Argentina enfrentarán su primera gran prueba este mes, con un pago de 277 millones de dólares correspondientes a un bono provincial de Buenos Aires, visto como un indicador de cómo la nación suramericana manejará sus compromisos con los acreedores.
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