En medio de la lluvia, las cámaras de televisión y con un fuerte operativo de seguridad, el empresario Lázaro Báez y su contador, Daniel Pérez Gadín, fueron trasladados desde la Superintendencia de Investigaciones Federales, en el barrio porteño de Villa Lugano donde pasaron la noche detenidos, hacia los tribunales de Comodoro Py para prestar declaración indagatoria ante el juez Sebastián Casanello.
El empresario y su contador fueron detenidos ayer por orden del juez Casanello en el marco de la causa que investiga el lavado de 5 millones de dólares producto de la evasión impositiva, a través de la cueva financiera de Federico Elaskar, SGI.
Báez quedó detenido cuando aterrizaba en su avión personal en el aeropuerto de San Fernando, Buenos Aires, a donde arribó para prestar declaración en una causa que investiga al ex titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, y para ser indagado en el marco de la causa de lavado de dinero por el juez Casanello el próximo jueves. Sin embargo, dadas las circunstancias, el magistrado adelantó la declaración indagatoria para hoy, miércoles, al igual que la de Martín Báez, que estaba prevista para el viernes.
Casanello justificó la sorpresiva orden de detención del empresario por el «peligro de fuga» que implicaban las supuestas irregularidades en su plan de vuelo. A su vez, Pérez Gadín fue llevado a la comisaría desde su domicilio personal en Chacabuco.