A casi dos meses de mandato, el próximo sábado el presidente Macri tendrá su primera transmisión por cadena nacional en un marco poco convencional: una procesión pagana a los pies del cerro de los Siete Colores en Jujuy, celebración típica de la zona norteña argentina en la época de carnaval.
Como si eso fuera poco, estará acompañado por tres dirigentes de diferentes tintes partidarios: Gerardo Morales, gobernador de Jujuy, cuestionado por organismos de derechos humanos nacionales e internacionales por la privación de la libertad de la legisladora del Parlasur Milagro Sala, alineado con Cambiemos y perteneciente a la Unión Cívica Radical; Sergio Massa, dirigente de su propio partido, el Frente Renovador, quien cobró protagonismo luego del ballotage al acompañar al presidente Macri al Foro de Davos, y encabezar la disputa por la conducción del Partido Justicialsta al Frente para la Victoria; por último, el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, quien estuvo aliado al kirchnerismo durante sus dos mandatos anteriores.
Ayer se conoció la noticia de que un puñado de legisladores nacionales del FPV se fueron del bloque oficial y armaron uno propio, encabezado por Diego Bossio, ex titular de la ANSÉS y ferviente kirchnerista durante los gobiernos de Néstor y Cristina. Entre los 13 diputados tildados de «traidores» por la militancia kirchnerista y hasta por algunos dirigentes, hay tres representantes del ejecutivo provincial de Salta. Esta fractura pone al frente Cambiemos como segunda minoría en el recinto, con acceso a la presidencia y mayoría en todas las comisiones.
La agenda presidencial tiene pautado que Macri y su esposa, Juliana Awada, arriben a Jujuy el viernes por la noche y luego se alojen en un hotel donde el mandatario recibirá a Morales, por un lado, y a Urtubey, por el otro. Massa arribaría a la mañana siguiente, antes de la cadena nacional.
El anuncio estará vinculado a obras públicas sobre la Ruta Nº 34 y el desarrollo de la Energía Solar en la Puna jujeña.