El Gobierno nacional tomó la decisión de no renovar la moratoria previsional que se vence en septiembre, por lo tanto, aquellos trabajadores que lleguen a la edad jubilatoria pero que no hayan alcanzado a realizar los aportes correspondientes por no haber sido ingresados al sistema por los empleadores, no podrán percibir el haber previsional.
Hasta ahora, y desde 2005, el Estado a través de las moratorias previsionales garantizaba un plan de pago para que, aquellas personas que por distintos motivos y particularmente por haber trabajado en negro no hubiesen podido realizar la totalidad de los aportes, mientras cobraban la jubilación, pudieran al mismo tiempo cumplir con lo faltante en cuotas. De esta manera, el sistema llegó a una cobertura del 97% en 2014, cuando se lanzó una nueva moratoria por la cual quedaron registrados 500 mil trabajadores.
De acuerdo al titular de la ANSÉS, Emilio Basavilbaso, desde el organismo se está trabajando en una nueva ley jubilatoria que permita a los trabajadores sin aportes no tener que depender de una nueva moratoria para cobrar su jubilación, pero admitió que este proyecto podría tardar varios años en ser debatido en el Congreso.
A su vez, Basavilbaso consideró que aquellos que sí cumplían con los 30 años obligatorios de aportes están en una situación de desigualdad con los que ingresaron al sistema por moratoria y que no deberían cobrar lo mismo. Muchos de los que completaron los aportes en tiempo y forma cobran una jubilación mínima, por lo tanto, no queda claro si el futuro ingreso universal quedará por debajo de este rango.
Además, el titular de ANSÉS habló acerca de «incentivos» tanto para el trabajador como para el empleador para que la condición laboral sea en blanco, como si la masa de trabajadores por fuera del sistema prefirieran cobrar en negro y eligieran no estar cubiertos ni poder hacer uso de sus derechos laborales básicos.