El lunes pasado, tras casi tres meses de negociación, el Gobierno nacional anunció que se había llegado a un principio de acuerdo con los cuatro fondos buitres más duros.
Daniel Pollack, el interventor del conflicto dispuesto por el juez neoyorquino Thomas Griesa, declaró que el acuerdo prevé que el 14 de abril a las doce del mediodía (hora de Estados Unidos), el Gobierno argentino pague en efectivo la suma de 4653 millones de dólares. Si esto no sucede, «todo vuelve a cero».
Ese monto implica, por un lado, una ganancia extraordinaria para los holdouts y, por el otro, un nuevo endeudamiento para la Argentina ya que será financiado a través de bonos de deuda que el Gobierno nacional emitirá en el mercado financiero internacional.
A su vez, para que el acuerdo se concrete, es necesario que el Congreso nacional apruebe la derogación de la Ley Cerrojo y de la Ley de Pago Soberano. Pollack aseguró que el juez Griesa estará muy atento a este proceso.
Axel Kicillof, ex ministro de Economía durante el kirchnerismo y diputado nacional, publicó una nota de opinión en el diario Página/12 en donde echó luz sobre el asunto.
«El gobierno de Macri ofreció a los fondos buitre mejores condiciones que las que los mismos buitres ofrecieron al gobierno de Cristina«, aseguró. «Incluso se ha conocido que Macri quiere pagarle a algunos fondos, como el caso de Dart, el 100 por ciento de lo que reclamaban a Griesa. ¡Así es fácil llegar a un acuerdo!«, enfatizó.
El ex ministro tildó de «extorsión» no sólo el arreglo sino también el monitoreo que pretende hacer el juez Griesa sobre el Congreso argentino para «pagarle a un puñado de especuladores en mejores condiciones que las que aceptó el 93% de acreedores de buena fe».
En ese sentido, especificó que los fondos buitres pagaron «25 centavos por dólar y ahora piden 4 dólares. El 93%, en cambio, aceptó recibir 30 centavos por cada dólar, lo que terminó siendo un buen negocio porque Argentina creció ininterrumpidamente en la última década y pudo pagar todos los vencimientos acordados como nunca antes en su historia».
Acerca de la emisión de deuda anunciada por Mauricio Macri, de la cual aún no se conocen los detalles, Kicillof dijo: «De manera encubierta, el gobierno de Macri está pidiendo al Congreso la autorización para realizar una de las operaciones de deuda más formidables de toda nuestra historia, sólo comparable con los tristemente célebres megacanje y blindaje».
Esta nueva emisión de bonos de deuda para pagarles a los fondos buitres se suma al préstamo que le realizaron los bancos privados al Banco Central de la República Argentina (BCRA), lo que genera una cifra multimillonaria de resultado: «En poco menos de 3 meses Macri va a endeudar al país en 20.000 o 25.000 millones de dólares, una cifra que supera las reservas internacionales en poder del Banco Central», denunció el legislador.
A su vez, comparó este acuerdo con el arreglo que se hizo con el 93% de los bonistas y precisó: «El 7% de los acreedores se llevarán una suma que equivale al 50% de lo que se les reconoció al 93% de los acreedores». Es decir, el monto que se les pagará a los fondos buitres que representan solo el 7% de los acreedores vale en total la mitad de lo que se les pagó al 93% restante.
Kicillof también habló sobre el riesgo que conlleva este «exitoso acuerdo», ya que deja la puerta abierta tanto para que reclamen otros fondos buitres como así también los acreedores que entraron a la reestructuración de la deuda: «El juez Griesa va a ´suspender´ su orden, lo que no implica dejar sin efecto la sentencia sobre el pari passu ni garantizar que no queden más buitres sin entrar al acuerdo. El riesgo es, entonces, que nuevos fondos buitre repitan el reclamo y nuevamente impidan el cobro de los bonos. (…) En segundo lugar, si a los fondos buitre se les paga 10 veces más que al 93 por ciento de los acreedores, no sería extraño que en el futuro sean estos últimos los que reclamen un trato igualitario«.
Por último, Kicillof asegura que el apuro por «acordar» tiene que ver con que el plan económico del macrismo se basa en el endeudamiento externo, un «nuevo ciclo» que comenzó con «5000 millones de dólares del BCRA y sigue con la emisión de 15 o 20.000 millones de dólares que nunca ingresarán a nuestro país y que irán a alimentar a estos carroñeros internacionales que son los fondos buitre«.
El diputado describe toda esta operación como «un retorno a los mismos errores que en el pasado condujeron a la Argentina a su peor crisis económica, política y social».
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