Desde Corrientes, Esteban Bullrich jugó la primera carta fuerte en la puja que el macrismo mantiene con los gremios docentes por la paritaria nacional: el ministro de Educación de Mauricio Macri sostuvo que la discusión con los sindicatos del sector debe apuntar a lograr «acuerdos que tengan en consideración» una inflación» de entre el 20 y el 25%, es decir, que se ajuste a los cálculos difundidos por su colega de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat-Gay.
En concreto, con este anuncio, Bullrich hizo exactamente las dos cosas que los maestros venían rechazando de forma preventiva: por un lado, le puso un «techo», un límite, al desarrollo de la paritaria, y por el otro, lo fijó en un rango que está muy por debajo de las aspiraciones que venían adelantando Ctera, CEA, UDA, Sadop y AMET, los cinco gremios que intervienen en la negociación nacional. Los representantes de los trabajadores ya dejaron en claro que el aumento no puede ser inferior al 30%, para muchos podría rondar el 35% y hay quienes lo llevan hasta el 40%, un número que puede sonar fuerte pero que, en rigor, empardaría el impacto que tuvo la devaluación del peso aplicada por Cambiemos.
Bullrich no deberá espera mucho para conocer, de primera mano, el rechazo al mensaje que lanzó desde Corrientes: mañana mismo, al mediodía, el funcionario y los nueve delegados paritarios tendrán una nueva oportunidad de verse las caras y discutir, por primera vez, con porcentajes sobre la mesa.
Según pudo saber este diario, los docentes no solo van a oponerse a la oferta de Cambiemos, si es que el macrismo insiste con no ir más allá del tope del 25%, sino que van a contraproponerle una cifra consensuada que por ahora se guardan pero que de ninguna manera va a estar por debajo del 30 por ciento. Como anunciaron por estos días, también estarán abiertos a dividir la paritaria en dos: instrumentar un primer tramo, con un monto a definir de suba salarial, válido por seis meses, para luego, en junio, volver a discutir y establecer otro porcentaje, ya con un panorama económico más claro. En este caso, la propuesta de los maestros se hace eco de los propios vaticinios del gobierno nacional que, siguiendo las proyecciones del FMI, espera una desaceleración de la inflación para la segunda mitad del año.
«Antes hubo dos reuniones pero no se tiraron cifras y esto que ahora dice Bullrich nunca lo había planteado. Obviamente, para nosotros es sumamente insuficiente», señaló a Tiempo Sonia Alesso, secretaria General de Ctera y de la Asociación de Magisterio de Santa Fe (Amsafe). «Esta cifra es insuficiente y no da cuenta de lo que está pasando. El año pasado, sin este contexto de devaluación y de inflación que tenemos, cerramos en un 28%, en la mayoría de las provincias arriba, en 30 por ciento. Lo que el gobierno está intentando es resolver los problemas vía ajuste del salario de los trabajadores y eso es inadmisible», se quejó Alesso. La titular de Ctera espera que Bullrich atienda a estos argumentos en la reunión de mañana. «Este es un año complejo, no tengo dudas de que el ministro lo debe saber y entender. Además, empezó con medidas económicas regresivas. Hasta ahora, de los anuncios hechos por el gobierno, no ha habido uno solo (favorable) a los trabajadores», consideró Alesso desde Jujuy, donde ayer, como parte de la CTA, participó del reclamo por la libertad de Milagro Sala.
Previo a la charla que mantuvo con el gobernador correntino, Ricardo Colombi, Bullrich había asegurado que “el salario de los docentes es un motivo de preocupación permanente” y hasta se mostró optimista ante el frente de batalla que tiene en el horizonte inmediato: “Obviamente, hay paritarias ahora, creo que hay buena voluntad de los gremios para dialogar y con diálogo estoy seguro de que vamos a llegar a un buen acuerdo”. El funcionario agregó que antes de que termine la semana Hacienda va a transferir los 460 pesos por docente que hacen falta para consolidar un sueldo inicial de 6.060 pesos, lo que permitirá alcanzar lo fijado según el mínimo vital y móvil. La visita de Bullrich contó con una escala previa en Posadas y luego siguió por Chaco, y fue parte de la gira que viene realizando por distintas provincias del litoral, para interiorizarse del estado de situación y establecer planes de acción conjunta, como en el caso de la construcción de jardines para garantizar el ingreso a la escolaridad a los tres años.
Eduardo López, secretario General de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), representa a los los docentes porteños y es otro de los delegados que se sentarán a la mesa de Bullrich. “Es inaceptable, porque los datos inflacionarios productor de las medidas del gobierno, según nuestros propios cálculos, están por arriba del 30 % y subiendo. Las consultoras de ellos mismos están planteando un panorama para el 2016 del 40 %”, sostuvo López,. “La devaluación del 40 %, la suba de tarifas, la baja del subsidio al transporte, el aumento de los alimentos, la suba de la nafta, sin dudas generan un panorama inflacionario superior al 30 % y creciendo en la medida en que sigan tomando estas decisiones”, detalló López en diálogo con Tiempo.
Días atrás, Roberto Baradel, titular de Suteba, había descripto el mismo escenario para lanzar una advertencia a la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal: “No vamos a permitir que le pongan un techo a la paritaria”, aseguró el dirigente, y remarcó que no habrá acuerdo por “menos del 30%”.
La cita anterior con Bullrich fue el 7 de enero, y si bien no se había hablado de números, los gremios que acudieron en representación de los docentes de todo el país pusieron como principal objetivo “defender el poder adquisitivo del salario”. Ahora, esa negociación dejó de ser declarativa para cristalizarse en cifras.
Para el gobierno de Macri no se trata de un conflicto más: la negociación salarial de los maestros es la más importante que maneja el Estado nacional y, por ser la primera, termina convirtiéndose en una referencia para muchos otros sectores, tanto públicos como privados. Pero, por otra parte, cualquier choque con el sector tiene un impacto inmediato en la vida cotidiana y en el humor social. Tanto es así que Macri usó el tema durante la campaña presidencial para criticar a Daniel Scioli, al que fustigó porque no había podido cumplir con los 180 días de clase en suelo bonaerense. Y ya con el partido amarillo en el poder, fue Bullrich el encargado de comprometerse a garantizar el comienzo del ciclo lectivo y el cumplimiento del calendario.
“El miércoles empiezan las discusiones más serias con respecto al tema salarial y seguramente habrá varias reuniones más”, consideró Alesso, conocedora de la realidad de una paritaria siempre compleja.