El Gobierno nacional colocó el pasado martes 16.500 millones de dólares en bonos de deuda en el mercado financiero internacional. De esos 16.500 millones, unos 9.300 millones irán destinados al pago a los fondos buitres, los cuales obtendrán de esta manera una ganancia del 1600% en relación a la compra de bonos defaulteados que realizaron en 2001.
De acuerdo al diario Página/12, los dólares restantes serán utilizados para cubrir gastos corrientes, y no para la realización de obras de infraestructura como había anunciado previamente el Gobierno nacional. “El gasto público equivale a casi el 3 por ciento del PIB, unos 15.000 millones de dólares. Los más de 7000 que restan cubren la mitad”, explicó el funcionario macrista.
“Es la mayor demanda de la historia para un país emergente y es la colocación más grande de la historia argentina”, resaltó el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, en conferencia de prensa. “Sin acceso al crédito hubiésemos tenido que hacer un ajuste fiscal. Ahora tenemos una estrategia gradualista”, afirmó Prat-Gay, quien no hizo mención del ajuste que el gobierno de Macri viene llevando a cabo desde que asumió en diciembre del año pasado.
Los bonos de deuda ofrecidos tuvieron niveles de plazos de tres, cinco, diez y treinta años, y una tasa de interés que promedió el 7,2 por ciento anual.
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