Hasta ayer, Amílcar López era el director ejecutivo de Acumar, una entidad estatal tripartita -con representación nacional, de la provincia de Buenos Aires y de Capital Federal- que cuenta con aproximadamente 1000 empleados, cuyo objetivo es el saneamiento del Riachuelo. A partir de la nueva gestión presidencial de Mauricio Macri, el organismo quedó a cargo del Ministerio de Ambiente de la Nación, conducido por Sergio el rabino Bergman.
«Hoy estoy presentando la renuncia (a la dirección ejecutiva) Se necesitan decisiones rápidas», aseguró López al diario La Nación. «Desde 2010 estoy en Acumar y conozco el trabajo (era uno de los representantes de la Ciudad). Sé lo que hay que hacer, pero no puedo seguir adelante si no hay definiciones respecto de las personas y de las políticas», concluyó el ex director, quien respondía políticamente a la diputada nacional de PRO-Cambiemos, Silvia Lopennato, y al presidente de la Cámara Baja, Emilio Monzó.
De acuerdo a versiones periodísticas, el principal conflicto estuvo en la conformación del nuevo equipo de Acumar, dado que las designaciones de Bergman en el Consejo Directivo tensionaron la relación con López. El rabino cubrió la mayoría de los cupos y les dejó pocos lugares a la provincia y a la Ciudad.
A su vez, durante este mes el organismo debía cumplir con una orden judicial de readecuar el plan de sanemiento del Riachuelo. «Ese plan no existe», confirmaron a la prensa fuentes que prefirieron mantenerse anónimas. «No se discutió nada porque no hay nadie designado. Sólo hubo una reunión de Consejo Directivo pero no hubo avances.»
La limpieza del Riachuelo fue ordenada por una sentencia de la Corte Suprema de Justicia en julio de 2008.
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