Arquitectos indígenas y no indígenas provenientes de Canadá, Bolivia, Chile, Paraguay y Argentina participan desde el 18 de marzo hasta este viernes 22 en el Primer Coloquio Internacional sobre la Nueva Arquitectura Indígena, evento que tiene lugar en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires.
Los expertos participan en el encuentro bajo la premisa de que el hábitat se puede construir con la última tecnología, pero bajo un irrestricto respeto por la cosmovisión que dejaron los antepasados y que se transmite de generación en generación.
Por ese motivo la temática del evento gira en torno a la casa y los edificios públicos que seres humanos, familias y comunidades construyen para vivir e interactuar, desde la perspectiva de los pueblos indígenas.
Desde tippis, hogan o iglús de los originarios del norte de América hasta las tekoá de los decenas de parcialidades guaraníes, el uso del adobe de los pueblos de la selva, las casas de piedra y las rukas mapuches más al sur quedarán bajo la lupa de los especialistas en arquitectura que se dieron cita en la capital argentina.
En el encuentro están presentes el arquitecto canadiense del pueblo Blackfoot (pies negros) Douglas Cardinal, dueño de una vasta y reconocida trayectoria, y su colega aymara Freddy Mamani Sylvestre, destacado constructor en Bolivia. Igualmente participan Eliseo Huencho Morales de Chile y Gerónimo Ayala Benítez de Paraguay.
Leonor Slavsky, coordinadora del encuentro, explicó que cuando se habla de arquitectura indígena se trata más bien de “una forma y no tanto un estilo” en cuanto al abordaje de la vivienda y de la construcción en el espacio público, señaló en entrevista para Infonews.
“No existe un estilo de arquitectura indígena pero lo que sí existe y aparece como un fenómeno en toda América es el poner la identidad en edificios públicos y privados. Esto viene de los años 60 cuando los estados americanos empezaron a dar el reconocimiento étnico y cultural y el proceso se acelera después de 1992 por los 500 años del descubrimiento”, aseguró Slavsky.
Aunque infinidad de pueblos desde Alaska a Tierra del Fuego quedaron “subsumidos en una relación colonial respecto de colonizadores españoles y portugueses en el sur y franceses e ingleses en américa del norte” la identidad en muchos casos pudo permanecer y sostenerse en el tiempo, añadió.
Slavsky destacó que “en EE.UU. y Canadá es muy visible esta tendencia porque existen grupos de arquitectos indígenas en los que sobresale la figura de Douglas Cardinal, quien hizo el Museo Canadiense de la Historia ubicado en Otawa; el Museo del Indio Americano en Washington y mucha obra pública en Canadá no sólo para comunidades indígenas sino edificios administrativos en ciudades importantes.
“Cardinal se define como partidario de la arquitectura orgánica es decir una obra que se ensambla con el medio ambiente, por ejemplo, el Museo de las Civilizaciones de Canadá busca reproducir las colinas circundantes. Él conjugó lo indígena con el uso de tecnologías digitales modernas para el diseño de sus edificios” describió a modo de adelanto la coordinadora del encuentro.
Sin embargo más cerca de la Argentina, en Bolivia está Freddy Mamani Sylvestre, un joven arquitecto aymara -no es el único pero sí el más notorio- que desarrolló todo un estilo de construcción plasmado en los cholets, llamativas viviendas que inició en el próspero El Alto, una ciudad pegada a La Paz, la capital boliviana.
Según contó Slavsky en la concepción aymara “la casa tiene que estar viva y eso significa que tiene que dar plata, rendir económicamente y se construye en base a esa concepción” y describió que los cholets, que son viviendas familiares en la planta baja tienen locales que se alquilan, en el primero y segundo piso hay salones de fiesta también para alquilar y en el último piso la vivienda del dueño de casa con su respectiva parrilla.
“Algunos tienen pileta de natación y canchas de paddle. Es decir que la casa es una unidad productiva, mirando a los cerros como tiene que ser. Hablamos de unos cinco pisos sin ascensor. Esto empezó con mucho desprecio por parte de gente de La Paz pero ahora se van a celebrar sus casamientos a los cholets y pagan mucho por hacerlo” precisó la antropóloga.
En el coloquio se dieron cita, además de arquitectos guaraníes y mapuches que examinaron algunas de las experiencias más notorias en la Argentina como la construcción de un hospital intercultural en Ruca Choroi, Neuquén o las experiencias en Trancas, Tucumán.
Adelantó Slavsky que están interesados en armar “una red con gente que trabaja temas iguales o parecidos de manera dispersa en el continente, que será interdisciplinaria multicultural y participativa. También queremos llamar la atención de las autoridades estatales y finalmente que los jóvenes indígenas puedan acceder a estas disciplinas”.
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