Los servicios funerarios de Cochabamba se encunetran al borde del colapso y los cadáveres se acumulan para ser cremados o enterrados por el rápido ascenso de los contagios del nuevo coronavirus en una de las ciudades más castigadas por la pandemia en Bolivia, reportó una nota de la AFP.
“Antes de la pandemia la policía recogía cuatro o cinco cadáveres de la calle por accidentes, atracos o suicidios, ahora son 16 diarios y la mayoría por sospechas de covid-19. El depósito de la policía ya no abastece”, dijo este jueves 2-J la vocera de la policía anticrimen de esa ciudad, la capitana Rocío Olivera.
En una entrevista con el diario Opinión agregó que “sabemos que hay más personas que mueren en sus casas pero no se reportan”.
Mientras tantp, en el Hospital del Norte, el principal que atiende a los pacientes con la enfermedad en la ciudad de El Alto —vecina a La Paz— médicos y personal de salud protestaron y dijeron que se declararon en emergencia porque el lugar está a tope.
“Si siguen llegando más pacientes no van a poder ser internados porque no tenemos dónde”, dijo el doctor Antonio Virruez, jefe de la unidad de terapia intensiva.
En tanto, Carla Poma, representante de los trabajadores de la salud, explicó que incluso “el personal se está infectando”, y no se les está haciendo pruebas.
En Cochabamba, el cuerpo de Cristóbal Huanca Mendoza, un comerciante que falleció el domingo solo en su casa con síntomas compatibles con el coronavirus, fue velado la noche del miércoles en la calle y el jueves su féretro esperaba para ser enterrado.
El obsoleto crematorio del cementerio municipal -con capacidad para incinerar cuatro cuerpos al día-, está desbordado. La lista está copada hasta el domingo y hay varios cadáveres pendientes, dijo un funcionario que pidió el anonimato porque no estaba autorizado hacer declaraciones a la prensa. El jueves un tractor cavaba zanjas en un rincón del cementerio de Cochabamba para aumentar la cantidad de tumbas.
Los procedimientos para enterrar o incinerar a fallecidos por la pandemia complican la situación. “Un cadáver hallado en la calle debe ser sometido a una autopsia para determinar la causa de la muerte, pero el Instituto Forense está congestionado con muertos”, dijo Olivera.
Las casas funerarias de la ciudad -de casi un millón de habitantes- se han declarado en emergencia porque reciben cadáveres sin autopsia y no saben qué procedimientos de bioseguridad utilizar, dijo la oficial.
Bolivia reportó la víspera 1.008 nuevos contagios sumando 34.227 casos y 1.201 fallecidos. “La pandemia está en pleno ascenso”, declaró el director de Epidemiología del Ministerio Salud, Virgilio Prieto.
En medio de la escalada, el Ministerio de Salud informó que el ministro de la Presidencia del Gobierno de facto, Yerko Nuñez se contagió con el virus, por lo que fue asilado.
“Me encuentro estable, aislado tal como establecen los protocolos de seguridad sanitaria y cumpliendo con la medicación”, dijo el ministro en un mensaje.
En paralelo, al centro de La Paz se registró una masiva marcha de maestros de colegios acompañados con padres de familia en rechazo a la educación virtual por la falta de acceso de los estudiantes al servicio de internet.
De las nueve regiones del país, Santa Cruz, Cochabamba y Beni concentran el 79% de los casos y los servicios médicos y laboratorios de diagnóstico están desbordados. La prensa local ha registrado casos de fallecidos en los vestíbulos de los hospitales por falta de espacio.
En gran parte del país la cuarentena fue levantada el 1 de junio por presiones de sectores informales que representan el 70% de la economía. Colegios, escuelas y universidades siguen cerrados y los espectáculos y viajes entre regiones están suspendidos.
Pero los mercados callejeros, donde se venden alimentos a bajos precios, se han convertido en focos de contagio debido a las aglomeraciones y la falta de distanciamiento, según las autoridades.