El Ejército del Estado Plurinacional de Bolivia, encargado de proteger la nación de amenazas internas y externas y de garantizar la independencia, efectuó este lunes ejercicios militares para demostrar la potencia y la precisión de misiles de fabricación propia, identificados como B1-M1.
La operación, denominada «Paucarpata III«, fue supervisada por el presidente boliviano, Evo Morales, acompañado por el ministro de Defensa, Javier Zabaleta, autoridades militares y locales, además de la población de Rosa Pata.
La estatal Agencia Boliviana de Información (ABI), encargada de cubrir la noticia, detalló que se trata de proyectiles tierra-tierra desarrollados desde hace tres años y producidos por la Fábrica Nacional de Municiones, con apoyo de la Fábrica Nacional de Explosivos, la Escuela Militar de Ingeniería y la Escuela de Sargentos.
En este ejercicio militar, que se realizó en el municipio de Corocoro, unos 150 kilómetros al suroeste de La Paz, participaron más de 8.000 soldados, grupos de carros de asalto, tanques y helicópteros.
El presidente Morales visitó 12 carpas instaladas en ese sector para recibir una explicación en detalle sobre las maniobras a realizarse por parte de las autoridades castrenses.
La maniobra tiene la finalidad de apoyar las tareas de lucha contra el contrabando y demostrar la eficiencia combativa del Ejército en caso de que el territorio nacional fuese amenazado.
Esta es una «demostración anual de eficiencia combativa» del Ejército con sus B1-M1 (nomenclatura de Bolivia 1-Modelo 1), que “consiste en un sistema de lanzamiento múltiple de cohetes balísticos tierra-tierra, compuestos por una plataforma tecnológica y automatizada que está acoplada a un vehículo táctico que permite el disparo”, resaltan autoridades militares que estuvieron presentes en la actividad.
La producción de estos misiles “enaltece el orgullo institucional por haber sido fabricados con mano de obra calificada y materiales con sello de hecho en Bolivia”.
Una de sus características principales y más importantes es su alcance, que es de 20 kilómetros de distancia y una capacidad destructiva en un radio de 60 metros, debido a la onda expansiva y la fragmentación que produce.
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