La Cámara de Diputados de Brasil despojó de su banca a Eduardo Cunha, expresidente de ese órgano legislativo acusado de corrupción y quien dio el primer paso para el proceso que llevó a la destitución de la ex mandataria Dilma Rousseff. En ese sentido el resultado fue contundente: los legisladores se pronunciaron por retirarle el mandato a Cunha por 450 votos a favor, 10 en contra y 9 abstenciones.
Cabe recordar que Cunha renunció en julio pasado a la presidencia de la Cámara baja de Brasil luego de que la Corte Suprema de su país lo suspendiera de sus funciones debido a las acusaciones en su contra. Paradójicamente, en diciembre pasado el propio Cunha fue el que aceptó que iniciara en trámite las denuncias de irregularidades presupuestarias que finalmente le costaron el cargo a Rousseff.
En la actualidad el dirigente conservado tiene tres causas judiciales distintas en cursos. De esta manera, uno de los dirigentes más influyentes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al que pertenece Michel Temer -quien sucedió en la Presidencia a la ahora destituida Rousseff-, se encuentra salpicado por la corrupción que supuestamente denuncian.
El propio Cunha, cuando inició el proceso contra la exmandataria, ya era investigado por su presunta participación en la red de corrupción que operó en la petrolera estatal Petrobras, de la que habría recibido unos 5 millones de dólares en coimas, según señala la agencia EFE.
¿Cómo seguirá el clima político en una de las potencias de sudamérica?