El estado brasileño de Amazonas (norte) se quedó sin cilindros de oxígeno para los pacientes de COVID-19 ingresados en los hospitales, por lo que ahora muchos enfermos empezarán a ser derivados a otros estados brasileños, según explicó el gobernador, Wilson Lima, en rueda de prensa.
Según informó la autoridad regional, los enfermos que aún dependan de oxígeno en su tratamiento serán trasladados en avión a los estados de «Piauí, Maranhão, Paraíba y Río Grande do Norte [todos en la región noreste] y a Goiás y a la capital, Brasilia [en el centro-oeste del país]».
Este mismo 14 de enero, 30 pacientes que estaban internados en un hospital de Manaos (la capital de Amazonas) fueron trasladados a Teresina (la capital de Piauí), a más de 1.900 kilómetros de distancia.
Según las autoridades del estado de Amazonas, en el hospital universitario Getúlio Vargas de Manaos hay camas disponibles para pacientes de COVID-19, pero no se activaron porque no hay oxígeno disponible.
Las autoridades regionales solicitaron ayuda al Ministerio de Salud y a las Fuerzas Armadas, que están organizando una operación logística para entregar oxígeno procedente de otros estados brasileños.
La situación en el estado de Amazonas es crítica desde hace días; según recuentos de la prensa local, el número de contagios de COVID-19 aumentó un 183 % en una semana, y la elevada cifra de muertes está incluso colapsando los cementerios.
Autorización de vacunas
A su vez, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), el órgano regulador en Brasil, informó que entre la documentación relativa a las vacunas de Sinovac y AstraZeneca contra el COVID-19 todavía faltan datos «esenciales», lo que impide evaluar la posibilidad de autorizar su uso de emergencia.
En un comunicado, la agencia remarcó que «los datos complementarios solicitados y aún no presentados son esenciales y condicionantes al análisis y a la decisión técnica sobre las vacunas».
La semana pasada, el Instituto Butantan de Sao Paulo (en nombre del laboratorio chino Sinovac) y la Fundación Oswaldo Cruz de Río de Janeiro (representando la vacuna de AstraZeneca) pidieron a la Anvisa que autorizase el uso de estas vacunas con carácter de urgencia.
La Anvisa tiene previsto celebrar una reunión técnica el 17 de enero para decidir si autoriza el uso de estas vacunas, pero ahora subraya que esto podría retrasarse si los laboratorios no envían rápidamente la documentación que falta.
Brasil es uno de los países del mundo más afectados por la pandemia, pero aún no tiene fecha para empezar a vacunar, lo que dependerá de cuándo la Anvisa dé su visto bueno.
El Gobierno espera que si todo sigue tal como está previsto y la Anvisa autoriza el próximo 17 de enero las dos vacunas, la vacunación pueda empezar el 20 de enero.
Por el momento, para enero el Gobierno de Brasil cuenta con ocho millones de dosis: seis de la vacuna de Sinovac que ya están en suelo brasileño y dos millones de AstraZeneca que llegarán en los próximos días procedentes de la India.
Fuente: agencia Sputnik.