La destitución de este miércoles de la ex mandataria brasileña, Dilma Rousseff, desató una cadena de reacciones a nivel internacional.
En Chile, la Cancillería expresó, a través de un comunicado, que el Ejecutivo «reafirma» la sólida «amistad entre ambos países y expresa la confianza en que Brasil resolverá sus propios desafíos a través de su institucionalidad democrática». Además, desde la institución, manifestaron su «aprecio y reconocimiento a la Presidenta Dilma Rousseff» y expresaron sus deseos de fortalecer las relaciones bilaterales.
Por otra parte, los países bolivarianos -Venezuela, Bolivia y Ecuador- criticaron duramente el bloqueo a la ex presidenta. Mientras el presidente de Bolivia, Evo Morales, llamó a consulta a su embajador en Brasil, José Kim, y condenó «el golpe contra la democracia brasileña», Ecuador anunció el retiro de su encargado de negocios (el embajador ya había partido en mayo por el inicio del impeachment) y calificó a la destitución como una «apología del abuso y la traición» y de «flagrante subversión del orden democrático». Precisamente, también Venezuela se sumó a retirar su embajador «definitivamente».
Condenamos el golpe parlamentario contra la democracia brasileña. Acompañamos a Dilma, Lula y su pueblo en esta hora difícil. #FuerzaDilma
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) 31 de agosto de 2016
Toda la Solidaridad con @dilmabr y el PueblodeBrasil,condenamos el GolpeOligárquico de la derecha¡Quién Lucha Vence! https://t.co/0MkBrgsTwE
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) 31 de agosto de 2016
El gobierno cubano, de su lado, rechazó «enérgicamente» la destitución de la ex jefa de Estado y la calificó de «golpe de Estado parlamentario-judicial» porque consideró que Rousseff fue apartada del cargo «sin evidencias de delitos de corrupción ni crímenes de responsabilidad» en su contra.
El la misma línea se expresó el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, quien condenó la expulsión y auguró un retroceso democrático y en los avances sociales y económicos logrados por el Partido de los Trabajadores (PT).
En cambio, Argentina expresó que “respeta” el proceso de destitución y bregó por la continuidad de la integración bilateral y regional, en un comunicado de la cancillería.
También el Gobierno de Estados Unidos sostuvo este miércoles que el proceso de destitución se produjo dentro del «marco constitucional» del país y prometió trabajar con el mandatario interino Michel Temer. Junto con eso, el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU, John Kirby manifestó que «esta fue una decisión hecha por el pueblo brasileño, y la respetamos (…). Creemos que las instituciones democráticas de Brasil han actuado dentro de su marco constitucional».
Movilizaciones en el país
Tras el golpe disfrazado de juicio político, miles de simpatizantes de la mandataria se movilizaron en las ciudades más importantes de Brasil en contra de la destitución y contra el gobierno del presidente interino Michel Temer.
La ciudad del Sao Paulo vivió una tercera noche de movilizaciones a favor de Dilma, en un punto de la urbe las manifestaciones pro Rousseff y de quienes apoyan a Michel Temer se encontraron, lanzando gritos que se escuchaban a cuadras de distancia.
Los manifestantes fueron reprimidos nuevamente por las fuerzas policiales con balas de goma y gases lacrimógenos.
En Brasilia, cientos de simpatizantes del PT se movilizaron, como vienen haciendo desde el pasado lunes, en apoyo a la presidenta Rousseff.
Decenas de seguidores y simpatizantes acompañaron a Rousseff en el breve discurso de despedida que pronunció tras el golpe y entonaron el himno nacional frente al palacio de la Alvorada, la residencia presidencial.
En Belo Horizonte, Salvador de Bahia y Florianópolis también se vivió una noche de marcha, con cientos de simpatizantes del PT a las calles reclamando a favor de la ex mandataria.
Temer hacia el G-20
Este mismo miércoles, después de la ceremonia de posesión exprés y una reunión con el equipo ministerial, Temer viajó hacia China para participar en la cumbre del G-20 ya sin la etiqueta de presidente en funciones. El nuevo jefe del ejecutivo, dejará ver en esta ocasión las directrices de su política internacional para promocionar las relaciones bilaterales.
De momento, TeleSUR informó que el mandatario brasileño sostendrá sostendrá un encuentro con el presidente del conservador gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, el presidente de China, Xi Jinping, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Nayef.
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