El presidente de Brasil, Michel Temer, entregó ayer más poder a las Fuerzas Armadas, al nombrar por primera vez desde la dictadura al frente del ministerio de Defensa a un general.
Lo hizo en el marco de los cambios en el gabinete para crear el ministerio de Seguridad Pública luego de la intervención militar decretada para que el Ejército comande la lucha contra el delito común en Río de Janeiro. El anuncio lo hizo en el Palacio del Planalto el portavoz de Temer, Alexandre Parola, quien destacó que en las próximas horas asumirán los nuevos ministros.
El ministerio de Defensa fue creado en 1999 y siempre fue ocupado por civiles, ya que desde el fin de la dictadura en 1985 cada fuerza funcionaba como una cartera autónoma, sin control político directo.
Ahora, 19 años después, Temer decide mover el tablero y, tras la intervención militar en la seguridad pública de Río de Janeiro, ofreció el ministerio de Defensa al número 2 de la cartera, general de reserva Joaquim Silva e Luna, ex jefe del Estado mayor del Ejército, informa el diario argentino Página 12.
El cargo de Defensa era ocupado hasta ahora por Raúl Jungmann, un diputado aliado de Temer que pasará a ocupar la nueva cartera de Seguridad Pública, el ministerio número 29 del gabinete.
El portavoz Parola anunció que será editado un decreto para estas designaciones que deben ser ratificados en 60 días por el Congreso. La creación de este nuevo ministerio reduce el accionar de la cartera de Justicia, ya que Seguridad Pública tendrá la conducción de la Policía Federal, institución que lleva adelante la Operación Lava Jato pero cuya conducción fue cambiada por hombres del propio Temer a fines del año pasado, reseña el medio trasandino.
La acumulación de funciones y poder del Ejército con la intervención en Río fue una “jugada maestra” en palabras del propio Temer, para enfrentar el delito, más allá de que la capital carioca sea la décima del país en violencia.
En octubre, Temer promulgó una ley que evita que los militares que cometan delitos o maten a personas sean juzgados por la justicia ordinaria y ordena que sus casos se remitan a los tribunales castrenses, algo que generó repudio a nivel internacional, como destacamos en El Ciudadano.
El avance del poder castrense se da en un año electoral en el cual la mano dura es la principal propuesta del sorprendente número 2 en las encuestas, el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, y alimenta el sueño de varios oficialistas en postular a Temer. Sin embargo, el presidente no electo negó ser candidato.