La cadena productiva del cacao en Brasil se encuentra en manos de ocho mil niños del país, que se encargan de sacar las semillas, para la fabricación del rubro en los principales municipios de la nación suramericana, reseñó Prensa Latina.
Así lo denunció el investigador Marques Casara, al portal brasileño de Fato, quien expresó: «todo chocolate a la venta en Brasil está contaminado por trabajo infantil«.
El especialista aseguró que no existe supervisión de origen del cacao y que el que no ha sido producido por mano de obra infantil es «indistinguible».
Destacó que las familias que intervienen en la cadena productiva de cacao se hallan abandonadas por parte del Estado brasileño y agregó que estas son víctimas de un proceso inhumano de explotación por parte de las industrias para obtener ganancias elevadas.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue el organismo que auspicio la investigación, para determinar los impactos sociales y ambientales en las cadenas productivas del cacao. Además, para establecer responsabilidades por violaciones de derechos en los eslabones superiores de esas cadenas, que muchas veces no están en el lugar donde ocurre la transgresión.
Trabajo infantil
Las conclusiones del estudio liderado por Marques Casara evidenciaron que la práctica del trabajo infantil es recurrente en la base de la cadena productiva del cacao y que favorece directamente a las grandes procesadoras del rubro con sede en Brasil y que están vinculadas a las empresas multinacionales, así como a las principales industrias.
«Ellas consiguen un producto más barato cuando las familias usan a sus hijos en las etapas de cosecha y de la primera transformación del cacao, que se hace en la propia tierra, en la propiedad, que es la fermentación», explicó.
También señaló que el precio que pagan los molinos, a través de los intermediarios, no permite que el agricultor pueda contratar el servicio de una persona adulta para ayudar en la cosecha, por ende los campesinos colocan a sus hijos en la actividad. Para que los intermediarios vendan a grandes empresas y multinacionales, sin facturas y sin obligaciones fiscales.
Mafias del cacao
Otros de los hallazgos en la investigación, ha sido la identificación de fraudes en los procesos de intermediación y que consiste en que la mitad de la producción de una propiedad queda con el agricultor y la otrora con el dueño de la tierra. Este mecanismo esconde prácticas de violaciones de derechos, inclusive trabajo esclavo.
Un tercer punto y que no es menos importante, es la gran red de intermediarios que utilizan fraudes fiscales, evasión de impuestos y compran ese cacao de los agricultores para entregarlo a las grandes procesadoras de cacao y a los grandes molinos.
Aunque la industria del chocolate ha sido muy lucrativa, los municipios productores presentan bajos índices de desarrollo humano por la falta de recaudación y operaciones fraudulentas que benefician a las multinacionales.
Brasil se ubica en el séptimo lugar de mayor productor de cacao en el mundo y ha sido calificado como el segundo de América Latina. La semilla se cultiva en ocho estados, y Pará, en la región norte, es responsable por un 49,3 por ciento del volumen total.
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