A 500 días su injusta y arbitrario encarcelamiento, Lula continúa con una fuerza y lucidez admirables, exhortando a los partidos progresistas, sindicatos y movimientos sociales de Brasil a que creen un proyecto para la defensa de los intereses del pueblo.
El ex presidente Luis Inácio Lula da Silva, actualmente recluido en la Penitenciaria Federal de Curitiba por supuestos delitos de corrupción y lavado de dinero, que no han podido ser comprobado, sigue abogando por la defensa de los intereses y la soberanía del pueblo brasileño.
Desde la cárcel, el líder socialista ha expresado su preocupación por las políticas que ha venido asumiendo el gobierno del actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, desde sus inicios en enero de este año.
El político afirma que Brasil no merece escuchar las palabras de odio del ultraderechista, quien reconoció que sabía con detalle cómo se torturaba y mataba durante la dictadura militar (1964-1985).
A punto de cumplir 500 días de un injusto y arbitrario encarcelamiento, Lula continúa con una fuerza y lucidez admirables, exhortando a los partidos progresistas, sindicatos y movimientos sociales de esa nación sudamericana a que creen un proyecto para la defensa de los intereses de Brasil.
Lula da Silva fue apresado desde el 7 de abril de 2018, con una sentencia de 12 años que cumple en la Penitenciaria de Curitiba, desde donde intenta hacerse escuchar ante lo que considera desaciertos del presidente Jair Bolsonaro en su gerencia.
El pasado 25 de julio, el décimo Tribunal Federal de Brasilia decidió absolver al expresidente de Brasil, en el caso por supuesta organización criminal y lavado de dinero en negocios de la constructora Odebrecht en Angola.
De acuerdo al juez Vallisney de Oliveira, no existen pruebas suficientes que determinen la culpabilidad del expresidente y su sobrino Taiguara Rodrigues dos Santos en el caso de los contratos de Odebrecht en el país africano, reportó Telesur en su sitio web.
Rechazo a las políticas armamentistas de Bolsonaro
Desde su encarcelamiento, Lula afirma que el país está gobernado por “una pandilla de locos” y que está decidido a probar su inocencia.
A mediado de mayo, llamó al actual mandatario «enfermo» y lo cuestionó por sus políticas pro armamento.
En una entrevista divulgada por la cadena inglesa BBC, se refirió a las manifestaciones que rechazan las políticas armamentistas y neoliberales aplicadas por el presidente derechista desde que sumió el poder en Brasil.
Con su acostumbrado verbo encendido, Lula da Silva Lula dijo que espera que Bolsonaro «aprenda, por el bien de Brasil» a guiar al país.
A favor, Lula repasó su gestión y la de su sucesora, Dilma Rousseff: «A veces lamento no haber sido más firme con Dilma para hacer algunas cosas», dijo.
Desenmascarar a Sergio Moros
En una entrevista con ElL PAÍS y el diario Folha de São Paulo desde la cárcel, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) confesó que está obsesionado con probar que es víctima de una farsa y no descarta volver a la política si logra salir en libertad. Sin embargo, todavía tiene pendientes otros procesos judiciales que pueden impedir que salga en libertad.
Él afirma estar obsesionado con desenmascarar a Sérgio Moro, el juez de primera instancia que lo condenó y ahora es ministro de Justicia del presidente Jair Bolsonaro, y sus amigos, y de desenmascarar a aquellos que le condenaron.
“Podré seguir preso 100 años, pero no cambiaré mi dignidad por mi libertad. Quiero probar que todo es una farsa. Tengo una obsesión, pero no siento odio, no guardo rencor porque, a mi edad, cuando uno siente odio se muere antes. Como quiero vivir 120 años, voy a trabajar mucho para demostrar mi inocencia”, sentencia.
En una carta divulgada a principios de abril, el líder socialista también cuestiona la política del actual gobierno de Bolsonaro: “Entregan la soberanía nacional, nuestras riquezas, nuestras empresas y hasta nuestro territorio para satisfacer a intereses extranjeros”.
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