Miles de brasileños salieron la tarde de este domingo de forma espontánea a las calles en concentraciones opuestas, bien para pedir la libertad del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) o bien para exigir que permanezca en prisión.
«Estamos aquí para exigir que la decisión sea cumplida; la pregunta es ¿Cómo es que el director de la Policía Federal aún no liberó a Lula? ¿Cómo es posible? ¿La orden que él quiere la cumple y la que no quiere no?», criticaba el líder izquierdista Guilherme Boulos (candidato del Partido Socialismo y Libertad a la presidencia) en un video difundido a través de Twitter.
Boulos, ahijado político del exmandatario Lula, se encuentra en Curitiba, la ciudad donde está preso y donde en las últimas horas crece la movilización de sus simpatizantes para pedir su puesta en libertad.
Este domingo el juez del Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF-4) Rogério Favreto (que estaba de guardia este fin de semana) emitió de forma inesperada una orden para poner en libertad al exmandatario de forma inmediata.
Sin embargo, poco después el también juez del TRF-4 João Pedro Gebran Neto (que fue uno de los tres jueces que condenó a Lula) bloqueó su puesta en libertad.
Minutos después, Favreto insistió en su decisión dando un plazo de una hora para que se cumpliera, pero Lula no fue liberado y su entorno acusa ahora a la Policía Federal de estar actuando fuera de la ley.
Brasil está viviendo una guerra judicial que decidirá el futuro del expresidente y los brasileños lo están siguiendo ampliamente en las redes sociales y en las calles.
En São Bernardo do Campo (la ciudad del estado de São Paulo donde Lula residía y donde se formó como sindicalista metalúrgico) cientos de miembros del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) están concentrados esperando una decisión definitiva.
En las principales capitales del país se viven manifestaciones espontáneas similares; en el centro de Río de Janeiro unos cientos de personas desplegaron una gran pancarta con la frase «Lula libre».
«No para de llegar gente para exigir la libertad inmediata de Lula», escribió en Twitter el senador Lindbergh Farias, del Partido de los Trabajadores (PT).
También se registró una concentración de apoyadores de Lula frente a la sede del Tribunal Supremo Federal, en Brasilia.
Por otro lado, los brasileños que defienden que Lula debe seguir en prisión también salieron a la calle, aunque en menor medida.
La concentración más significativa tiene lugar en la avenida Paulista de São Paulo, tradicional escenario de manifestaciones.
Convocados por el movimiento de corte neoliberal «Vem para rua» («ven a la calle») decenas de manifestantes exigen que el expresidente continúe preso.
Consideran que su eventual puesta en libertad es un «atropello» a las leyes, como dijo a través de las redes sociales una de sus portavoces, Adelaide Oliveira.
Lula está preso por supuestamente haber recibido de manos de la constructora OAS un apartamento de lujo en la costa de Guarujá (estado de São Paulo, sureste), como agradecimiento por los favores prestados dentro de la trama corrupta de Petrobras.
Fue condenado a 12 años y un mes de cárcel, pena que está cumpliendo de forma provisional, a la espera de que se resuelvan recursos en instancias superiores.
Pese a la condena, Lula es el candidato del PT para las elecciones generales que Brasil celebrará en octubre y el favorito en todas las encuestas.
Es poco probable que pueda presentarse, dado que la legislación brasileña prohíbe candidaturas de condenados en segunda instancia, pero su partido y sus abogados aseguran que recurrirán hasta el final.