Durante la mañana de este viernes 16 de febrero se confirmó el fallecimiento de la primera víctima chilena por contagio de fiebre amarilla. Felipe Santander, de 35 años, se encontraba de viaje en la ciudad de Río de Janeiro desde el 29 de diciembre pasado.
El joven chileno estaba hospitalizado en estado grave tras el contagio. Desde el jueves 15 de este mes, Santander se mantenía con riesgo vital y no se habría administrado la vacuna preventiva antes de su viaje.
El miércoles pasado, familiares de Felipe habían viajado a Brasil para hacerle compañía. Pero fue su hermana, Daniela Santander, la que confirmó la información respecto a la muerte del afectado, el cual no pudo superar el estado crítico que vivió durante las últimas semanas.
El fallecimiento de Felipe se enmarca en el brote de fiebre amarilla que afecta a Brasil. En este país, decenas de personas han muerto tras el contagio. Daniela Santander declaró en entrevista con Ahora Noticias de MEGA que su hermano «se oponía a vacunarse por un tema ideológico de él». «Mi padre le manda un correo cuando empieza a ver en los medios que esto se estaba haciendo latente y saliendo a flote y él no accedió a la vacuna; de hecho, allá ya no habían dosis. Pero él de todas maneras no lo iba a hacer», aseguró.
Las autoridades chilenas no están ajenas a esta situación. Desde el Ministerio de Salud se autorizó a fraccionar cada dosis de la vacuna ante la alta demanda. De esta manera serían cuatro las personas beneficiadas de una sola dosis o frasco. Esta medida ha sido implementada en Brasil y Argentina. Si bien el efecto de la vacuna se mantiene, este se extendería por menos tiempo, protegiendo a los pacientes solo por un año.
En distintos hospitales y clínicas, la vacuna ha tenido una alta demanda. Eso ha decantado en listas de espera y falta de stock.