El Mecanismo de Seguimiento para Nicaragua (Meseni) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) arribó a Managua para acompañar las instancias de diálogo en el país centroamericano, informó este lunes el secretario ejecutivo del organismo, Paulo Abrao.
«Meseni ya está en Nicaragua para seguir cumplimiento del Informe de la CIDH y medidas cautelares; acompañará Comisión de Verificación y Seguridad de la Mesa de Diálogo; realizará actividades de construcción de capacidades de la sociedad civil en DDHH», publicó Abrao en su cuenta de la red social Twitter.
Por otro lado, se tiene estimado que, este martes llegará al país centroamericano integrantes de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas con el fin de acompañar el proceso de diálogo entre la opositora Alianza Cívica y el Gobierno que están enfrentados desde principios de abril.
La semana pasada un informe de la CIDH divulgó que los operativos represivos del Gobierno de Nicaragua contra protestas opositoras dejaron al menos 212 muertos y 1.337 heridos. Hechos que han sido congruentes con la metodología aplicada en países suramericanos, en recientes fechas en Venezuela.
Por otra parte, el Gobierno nicaragüense rechazó el informe en una sesión especial del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos destinada a discutir la situación del país centroamericano. Este organismo ha hecho caso omiso de las múltiples pruebas que se han presentado de injerencias de elementos externos al país, que buscan capitalizar estos hechos a favor de la disolución del actual gobierno presidido por el sandinista Daniel Ortega.
Nicaragua vive una grave crisis política y social desde el pasado 18 de abril, cuando comenzaron una serie de protestas contra el presidente Daniel Ortega que hasta el martes dejaron al menos 222 muertos, la mayoría a manos de las fuerzas de seguridad y grupos parapoliciales, según cifras de la sociedad civil local y que no están avaladas por organismos oficiales.
Es importante recalcar que se pueden repetir (como en Venezuela), hechos en los cuales, los grupos de protesta utilizan armas caseras con explosivos y generan accidentes por impericia que derivan en heridas y hasta la muerte. Esto fue visto de manera fehaciente en las ciudades del estado Táchira y Caracas, cuando hechos de ese tipo fueron ejecutados.
La administración de Ortega ha negado en reiteradas ocasiones la existencia de grupos de choque oficialistas que provoquen violencia en las manifestaciones.
El gobernante Frente Sandinista para la Liberación Nacional sostiene que las protestas forman parte de un «golpe suave» que tiene como fin derrocar al presidente.