La ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, defendió la norma argumentando que la técnica no se usará con fines comerciales
El Ministerio de Minas y Energía de Colombia promulgó el decreto No. 328 de 2020, en el cual se reglamenta la realización de proyectos pilotos de exploración de yacimientos de hidrocarburos no convencionales para ser explotados a través de la técnica de fracking.
La titular de ese despacho, María Fernanda Suárez, recalcó que se trata de proyectos piloto y que en ningún caso se autorizará la explotación comercial, aunque el objetivo de las exploraciones es evaluar el impacto medioambiental, social y comunitario de la utilización de la metodología de estimulación hidráulica.
«No vamos a hacer explotación comercial, se ha expedido un decreto de proyectos pilotos de investigación. Aquí hay oportunidad para conocer y tener líneas bases sobre el subsuelo, sobre la biodiversidad, sobre los acuíferos, sobre los temas sociales, los temas de salud», dijo la funcionaria.
Colombia ve con preocupación la reducción de los niveles de sus yacimientos convencionales que, según cálculos, son explotables por seis años en el caso del petróleo y por nueve en el caso de gas natural.
Por esta razón, se estudia la posibilidad de explotar los yacimientos no convencionales en el subsuelo colombiano que, de acuerdo con las estimaciones, acumula entre 3.000 y 9.000 millones de barriles de crudo.
La técnica de fracking es cuestionada por sus efectos medioambientales porque puede ocasionar la contaminación de mantos acuíferos subterráneos y otras afectaciones derivadas de su aplicación.
La organización Colombia Libre de Fracking ya se pronunció contra el decreto 328 y manifestó su oposición a la utilización de la estimulación hidráulica, incluso experimentalmente.
También, señaló que la realización de los estudios no puede ser objetiva, al llevarse a cabo por empresas y no por las instituciones científicas.
A nivel global, se identifican varias alternativas al empleo del fracking, tales como el uso de fuentes renovables de energía, la técnica Octopus de perforación, y el uso de CO2 en sustitución del agua, siendo Rusia uno de los países líderes en el empleo de estas metodologías.
En todos los casos, el punto en contra que argumentan las empresas y autoridades energéticas para no emplear técnicas alternativas es el incremento de los costos.
Fuente: Telesur.