La paz en Colombia recibió una sacudida el pasado miércoles después de que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) atacara una base militar y un oleoducto apenas horas después de que terminara un cese al fuego bilateral con el gobierno, que duró 102 días. En el incidente no se registraron muertos pero deja en evidencia los desafíos que todavía enfrenta el país en torno a hechos de violencia.
Ante eso, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó este jueves el regreso inmediato a esta capital del equipo negociador del gobierno con el ELN y calificó los actos como «ataques terroristas contra la población civil, las fuerzas armadas y la infraestructura». En alocución dirigida a todo el país, Santos condenó la decisión del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
En esa misma línea, añadió que su gobierno estuvo siempre dispuesto a prorrogar el cese el fuego bilateral y negociar uno nuevo. En ese sentido, justificó su decisión y ordenó a las Fuerzas Armadas colombianas a «actuar con contundencia para proteger la vida y honra de los colombianos, como es su deber constitucional», agregando que su compromiso con la paz «ha sido y será indeclinable. Pero a la paz se llega con voluntad y hechos concretos de paz. No solo con palabras».
En un comunicado, el ELN defendió su decisión de retomar los ataques. Allí denunciaron que el propósito del cese al fuego era “mejorar la situación humanitaria de la población” y que no había sido alcanzado “por la actitud del régimen”.“De nuestra parte cumplimos con los objetivos del cese”, señalaron desde el grupo.
El Ciudadano