El concierto “Venezuela Aid Live”, organizado por el empresario británico Richard Branson en la fronteriza ciudad de Cúcuta, Colombia, a lo fines de promover el ingreso de una “ayuda humanitaria” a Venezuela, que pretende realizar por la fuerza el gobierno de los Estados Unidos junto con el del país neo-granadino y operadores de la oposición venezolana, se realizará sobre una “tarima de cadáveres” de 15.000 colombianos, líderes sociales asesinados, niños wayúu fallecidos y falsos positivos montados por autoridades colombianas en los últimos años.
Esta conclusión se desprende de un artículo titulado “Sobre bufones y tumbas”, escrito por la periodista y docente universitaria venezolana, Asalia Venegas, publicado en el diario del país caribeño Últimas Noticias, este 21 de febrero, en el que se señala demoledoramente que “diez mil jóvenes colombianos no podrán asistir al concierto que darán en Cúcuta sus paisanos (Carlos) Vives y Juanes. Fueron asesinados por las fuerzas del orden sin que los cantantes levantaran su voz, como tampoco los otros artistas que un magnate británico contrató para envolver en un canto humanitario la ‘opción militar’ con que EEUU amenaza a Venezuela”.
Agregó que 10.000 es la cifra macabra de falsos positivos que registra la Organización de las Naciones Unidas (ONU), medios independientes y publicaciones académicas en Colombia. “Jóvenes estudiantes, campesinos, obreros, desempleados y discapacitados reclutados para ser asesinados, disfrazados de guerrilleros y cobrados como muertos en combate”, aseveró la periodista.
Señaló que “sobre esa tarima de cadáveres, Vives, Juanes y otros montarán su concierto por la paz de los sepulcros”, pero, agregó, “el escenario no está completo. A los 10.000 falsos positivos, se le suman los más de 400 líderes sociales asesinados y los casi 5.000 niños wayúu muertos por desnutrición en la Guajira colombiana, sin una voz, sin un clamor de sus paisanos cantores ni de sus colegas en el tétrico espectáculo de música, muertes y luces”.
Advirtió que “el show no es original. Ya lo montaron en el mismo lugar, cuando el gobierno de Colombia violó la soberanía de Ecuador y bombardeó su territorio. Ante la protesta de Venezuela, se armó un ‘concierto por la paz’ en la frontera, por donde entran al país y reciben acogida los desplazados del narcotráfico, el paramilitarismo, las guerrillas y las fuerzas regulares de la nación que nos agrede”.
Recordó que el Norte de Santander es una de las regiones colombianas más azotadas por la pobreza y la violencia. Altamente dependiente de la economía de Venezuela, “desde allí el imperio prepara, contra la patria de Bolívar, lo que (Donald) Trump (el presidente de los Estados Unidos) llama la ‘opción militar’. Opción envuelta en el celofán musical de Carlos Vives, Juanes -así paga el diablo- y otras ‘glorias’ foráneas del canto prebélico”.
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