La escuela de comunicación indígena de la macro-Amazonía Ka+ Jana Uai realiza grandes esfuerzos, para crear contenidos audiovisuales en los territorios más apartados de la Amazonía.
Recientemente anunciaron el estreno de su corto animado ‘El origen de la coca’, una producción que muestra la importancia de esta planta en la cosmovisión de los pueblos amazónicos.
Los orígenes de esta escuela se remontan al 2015, cuando Nelly Kuiru, mujer del pueblo Murui-Muina proveniente de La Chorrera, en el departamento colombiano del Amazonas, hizo realidad el sueño de tener una escuela de comunicación que le permitiera a las comunidades visibilizar su historia y tradiciones, contadas por los mismos indígenas y no por forasteros.
“Desde el año 2000 hicimos un análisis sobre la situación en la que viven los pueblos indígenas de la Amazonía y dentro de los espacios de concertación de las organizaciones, vimos que siempre nos faltaba usar las redes sociales, las fotografías y los videos para tener una memoria de nuestros pueblos”, asegura Kuiru.
De esta manera, junto a otros dos compañeros de su comunidad crearon un colectivo que se armó de contactos y los pocos equipos audiovisuales con los que contaba Kuiru para convencer a los líderes indígenas de empezar procesos de formación en herramientas audiovisuales. Así, se unieron productores y expertos en radio a la genial idea de conformar la primera escuela de comunicadores indígenas en 2015.
Kuiru no solo se quedó en La Chorrera y ese es uno de los mayores logros de su misión educativa. “Era un reto pero teníamos que aprender a hacer contenidos para que cada pueblo pueda contar desde su cosmovisión y su lengua”, recuerda esta mujer que llegó con sus colectivos de formación a la ciudad colombiana de Leticia, fronteriza con Brasil, donde también involucraron a los indígenas brasileros tikunas.
Hoy, también hay colectivos de la escuela en Tarapaca, una pequeña población a las orillas del río Putumayo y que limita al oeste con Perú y al este con Brasil. Además, este mes tienen la gran misión de llegar a Pedrera, cerca al vasto afluente del río Apaporis y a la frontera con Brasil.
En 2018, la escuela Ka+ Jana Uai logró que el Canal Trece, de emisión nacional, pusiera sus ojos encima de su proceso de formación y los hicieron parte de la serie llamada ‘El Buen Vivir’, la primera producción en la historia de Colombia conducida por realizadores y directores indígenas.
Al año siguiente, el proceso educativo logró un hito cuando graduó a los primeros 10 comunicadores indígenas con énfasis en medios radiofónicos y audiovisuales, certificados por el Ministerio de Cultura y por la Comisión Nacional de Comunicación de los Pueblos Indígenas de Colombia (CONCIP).
“Esto no solo incluyó la parte técnica para hacer los contenidos, sino también el aprendizaje junto a los líderes de las comunidades en conocimiento tradicional. Aunque la mayoría veníamos de la selva, queríamos orientar aún más el proceso para contar lo que estaba pasando en las comunidades”, asegura Kuiru.
Otro de los puntos más importantes de la formación fue que se sumaron líderes políticos de la región para enseñarle a los jóvenes a hablar con propiedad sobre la gobernanza indígena.
Incluso, uno de los graduados que más llamó la atención fue Antonio Bolívar, recordado por interpretar el papel de Karamakate en la película ‘El abrazo de la serpiente’ de Ciro Guerra y sobre quien la escuela de comunicación también hizo un corto documental. Bolívar fue uno de los cientos de indígenas que murieron a causa del COVID-19 en la Amazonía.
Nuevos géneros
Precisamente la pandemia cambió la forma como la escuela y sus colectivos estaban trabajando y en 2020, se enfocaron en realizar contenidos sobre el autocuidado y la prevención, de la mano con Unicef Colombia.
Sin embargo, 2021 llegó cargado de nuevas ideas. Junto a la Fundación Indígena Nimaira preparan un documental sobre la historia del territorio de los huitotos, boras y ocainas, y han llamado la atención de nuevos públicos con el grupo de rap Somos Selva, conformado por jóvenes que viven entre dos culturas: la de la selva y la ciudad. Kuiru asegura que esto no es destrucción de su cultura sino supervivencia porque cuentan historias a través de la música.
En la última semana, el corto animado ‘El origen de la coca’ se suma a los géneros que han trabajado en la escuela. En una etapa de producción de casi nueve meses, las ilustraciones fueron hechas después de largas horas de diálogos con el sabedor del pueblo Murui-M+n+ka, Leopoldo Silva, quien les relató la cosmogonía de esta planta, y fue la artista Francy Silva la encargada de plasmarlo al papel.
“Con los pocos recursos que tenemos llevamos a algunos profesores a las zonas, pero también usamos tutoriales de YouTube para aprender a darle movimiento a los dibujos”, afirmó Kuiru.
Si se está preguntando cómo hacen los indígenas producciones audiovisuales sin luz ni buen internet, ese es justamente el mayor reto. Muchas veces dependen de plantas de luz que funcionan pocas veces al día y de un internet obsoleto que, según la director de la escuela, “no permite el progreso de los territorios”.
El Ministerio de Cultura, Naciones Unidas, el Ministerio de Tecnologías de la Comunicación (MinTic) y Canal 13 han sido los principales patrocinadores de la escuela Ka+ Jana Uai que traduce ‘La voz de nuestra imagen’.
Kuiru y su escuela no solo han ayudado a tejer memoria en los pueblos de la Amazonía; también han trabajado con mujeres de pueblos como los wayuu, kankuama y nasa para lograr una política pública de comunicación, así como un Plan Nacional de Televisión que incluyera un capítulo específico para pueblos indígenas, que se hizo realidad en 2017.
“Después de varios años, hemos llegado a los rincones más lejanos de la selva no solo con contenidos sino con la idea de fortalecer las organizaciones locales”, concluye la comunicadora indígena, quien acabó de participar en un equipo de producción para Amazon Prime.