Hoy, Brasil y Venezuela son -ideológicamente- dos gobiernos con un perfil diametralmente opuestos. Y es precisamente esa percepción antípoda de cómo ejercer la política la que mantiene expectante a la comunidad internacional.
Jair Bolsonaro -el nuevo presidente de Brasil- ha dicho públicamente que es defensor de la dictadura militar brasileña que persiguió, desapareció, torturó y asesinó a líderes políticos de izquierda, proceso que dejó miles de víctimas por los delitos de lesa humanidad cometidos por el régimen fascista.
Del mismo modo, ha dicho estar a favor de la pena de muerte, de la tortura como método para fines políticos e incluso de armar a la población civil para que asesinen delincuentes. En varias ocasiones ha sido ofensivo contra las mujeres -misógino-; también ha declarado que la homosexualidad se cura a golpes -homófobo-; y se ha referido a las personas de piel más morena u oscura como flojos, irracionales y brutos -racista-.
Se fotografió con negros, mujeres, homosexuales, evangélicos, empresarios, se colocó distintas camisetas de varios equipos de fútbol de su país, e invirtió una millonaria cantidad de dinero para ejecutar una campaña de guerra sucia en medios y redes sociales contra su adversario, Fernando Haddad, a quien -entre otras cosas- lo acusó de ser defensor y promotor de la homosexualidad en los niños.
Algunos datos de la «alianza estratégica» que Brasil tuvo con Venezuela
Las relaciones entre Brasil y Venezuela pasaron al plano de cooperación durante los gobiernos de los exmandatarios Hugo Chávez y Luiz Inácio Lula da Silva, luego que en febrero de 2005 decidieron elevarlas a «alianza estratégica». Si bien es muy probable que Bolsonaro se desentienda de los tratados firmados, es necesario constatar las aristas que abordan y cómo vinculan a ambas naciones.
Fue entre los días 13 y 14 de febrero de 2005 cuando Chávez y Lula establecieron esta alianza que engloba los ámbitos político, social, económico, cultural, científico, tecnológico y militar.
Se firmaron más de 15 acuerdos en el área energética, hecho que fue considerado por como: “la más valiosa alianza estratégica alcanzada por país alguno en toda la región”, detalla un estudio publicado por Alejandro Mendible titulado «Venezuela-Brasil: una relación geoestratégica privilegiada», publicado en 2006.
En ese acuerdo firmado por ambos dignatarios resalta el reconocimiento de “extensas fronteras comunes» con «enormes recursos energéticos» y con «potenciales humanos que a lo largo de la historia se han expresado en el ámbito científico del pensamiento económico, social y político».
Agrega el texto de Mendible que Brasil y Venezuela además tienen «una rica creación cultural, vastas extensiones territoriales cruzadas por impresionantes masas de agua, condiciones para brindar a la humanidad recursos naturales y alimentos, extensos mares que se abren para las comunicaciones y climas estables; toda la suma de posibilidades para la prosperidad de nuestros pueblos”.
Estas relaciones llegaron a su punto más alto cuando en 2007, los presidentes Chávez y Lula acordaron la realización de encuentros trimestrales para revisar los avances de la cooperación entre ambos países.
Para ese entonces la agenda que predominaba la relación bilateral, se centraba en la cooperación dinámica entre entes de ambos países como: Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (IPEA), Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuária (Embrapa) Agência Brasileira de Desenvolvimento Industrial (ABDI) y la Caixa Económica Federal, Petróleos de Venezuela (Pdvsa) Banco Nacional de Vivienda y Hábitat (Banavih) y el Banco de Venezuela, entre otros.
Otro punto, describe Mendible, era el fomento de la alianza estratégica en pro de la construcción regional a través de espacios como Unasur, Mercosur, Cumbre de Países Árabes y Suramericanos (ASPA), Cumbre de Países del África y Sudamérica (ASA) y la Comunidad Estados de América Latina y el Caribe (Celac) .
Las relaciones mantuvieron buen nivel y cercanía incluso entre los gobiernos de Dilma Rousseff y Nicolás Maduro, ambos herederos de la confianza y estrechamiento que lograron Chávez y Lula para los dos países del norte suramericano.
Pero tras el golpe de Estado parlamentario contra Rousseff y la imposición del régimen de facto de Michel Temer, el fluido bilateralismo entre ambas naciones cayó a uno de sus peores momentos a nivel diplomático.
Golpe de Temer a Rousseff y el deterioro de las relaciones con Venezuela
A finales de diciembre de 2017 Brasil y Venezuela sufrieron su primera ruptura diplomática en al menos 12 años de excelentes relaciones.
Todo comenzó cuando el entonces embajador de Brasil en Caracas, Ruy Pereira, ofreció declaraciones sobre asuntos internos de Venezuela, lo que ocasionó que la Asamblea Nacional Constituyente venezolana tomara la decisión de declarar persona no grata al diplomático brasileño.
Acto seguido, el gobierno de Michel Temer declaró persona no grata al representante diplomático de Venezuela en Brasilia
Las ya tensas relaciones entre Brasil y Venezuela se deterioraron aún más en las horas que siguieron, tras la decisión del gobierno de Michel Temer de declarar persona non grata al máximo representante diplomático venezolano en Brasilia, que en ese momento era el encargado de negocios, Gerardo Antonio Delgado Maldonado, en respuesta a la misma medida tomada por el régimen de Venezonalo contra el embajador brasileño en Caracas el fin de semana.
Para ese momento Venezuela no tenía embajador en Brasilia, pues el gobierno de Maduro lo había retirado desde mediados de 2016, cuando se le solicitó al entonces embajador Alberto Efraim Castelar Padilla que regresara a Caracas en protesta por el golpe perpetrado contra Rousseff.
Una vez asumió el poder en Brasil, Temer endureció la postura contra Venezuela. Se encargó -en agosto de 2017- de suspender a Venezuela del Mercosur con la excusa de la «ruptura del orden democrático».
Desde entonces, Temer se ha dedicado a acompañar la campaña internacional contra Venezuela y a facilitar a Estados Unidos a que ejecute su plan intervencionista contra el país suramericano y el gobierno constitucional de Nicolás Maduro.
De igual forma, el régimen de Temer ha apoyado la división y casi disolución de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y ha realizado una serie de políticas privatizadoras que en jaque la soberanía económica brasileña. Todo esto en compañía y complicidad de los gobiernos de Argentina, Perú, Chile, Colombia, Ecuador y Paraguay.
Los alcances en materia económica por los convenios bilaterales firmados entre Brasil y Venezuela desde 2005 sobrepasa la inversión de al menos 20.000 millones de dólares.
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— MIPPCI (@Mippcivzla) October 29, 2018
Venezuela no descarta el diálogo
Lo más reciente en el conflicto diplomático actual que mantienen Venezuela y Brasil, ha sido la declaración del gobierno venezolano donde se muestra abierto para restablecer las relaciones con el presidente electo, Jair Bolsonaro.
A través de un comunicado emitido por la Cancillería venezolana, el Gobierno Bolivariano felicitó al pueblo brasileño por las elecciones realizadas este domingo.
Así mismo destaca la misiva que el Presidente Maduro «aprovecha la ocasión para exhortar al nuevo presidente electo del Brasil a retomar, como países vecinos, el camino de las relaciones diplomáticas de respeto, armonía, progreso e integración regional, por el bienestar de nuestros pueblos».
Agrega el texto que «en el marco de la Diplomacia Bolivariana de Paz», Venezuela ratifica «su compromiso de continuar trabajando de la mano con el hermano Pueblo brasileño, en la lucha por un mundo más justo, multicéntrico y pluripolar, en el que prevalezca la libre autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos».
Hasta el momento, Bolsonaro no ha manifestado ninguna posición sobre la reciente propuesta del gobierno venezolano. Pero días antes de las elecciones aseguró que no ejecutará una intervención militar contra Venezuela, con el pretexto de que «Nadie quiere hacer guerra con nadie» (sic).
Para el ultraderechista, que cataloga al gobierno de Maduro como un «régimen» a pesar de haber sido electo en comicios libres como el brasileño, la culpa de que aún Maduro esté en el poder es de sus antecesores: Lula y Rousseff.
Desde entonces, no ha vuelto a declarar, pero la tensión diplomática persiste. Queda ver si Bolsonaro apuesta a retomar la fuerte relación bilateral o termina por destruirla como ya lo comenzó el régimen de Temer.
Extrema derecha venezolana pide a Bolsonaro que actúe
El hijo de Jair Bolsonaro, Eduardo Bolsonaro, diputado electo por el estado de Río de Janeiro para el Senado brasileño, se reunió recientemente con miembros del movimiento contrario al gobierno de Maduro, Rumbo Libertad. Después de las elecciones, Bolsonaro hijo planifica junto a Roderick Navarro, Eduardo Bittar y Rafael Valera, los aspectos de la política internacional que hará en su gestión como diputado, según él mismo ha declarado.
Como si se tratara de un cómplice que tiene la solución para cometer el delito, la extrema derecha venezolana felicitó a Bolsonaro por su victoria en Brasil y se atrevió a predecir que el próximo mandatario brasileño ayudar al «cambio de régimen» en Venezuela.
Las posturas más radicales provienen de personajes autoexiliados por ser prófugos de la justicia venezolana como Julio Borges, Antonio Ledezma, y también se suman a la lista la ultraderechista María Machado y Lilian Tintori, esposa del responsable del intento de golpe de Estado en 2014, Leopoldo López.
«Felicitamos al pueblo brasileño, a sus instituciones y a su nuevo presidente, Jair Bolsonaro, a quien desde ya invitamos a trabajar por el rescate de la democracia en Venezuela. Brasil está llamado a ser uno de los líderes de la región en el proceso de liberar a nuestro país», expresó Borges en la plataforma web Twitter.
De igual manera lo hizo Antonio Ledezma, detractor de Maduro: «Ganó la democracia en Brasil y toda América Latina. Con el triunfo de @jairbolsonaro Venezuela tendrá un aliado para enfrentar al régimen que viola derechos humanos y oprime al pueblo venezolano».
Por su parte, Tintori dijo: «Felicitaciones al presidente electo de Brasil @jairbolsonaro. Le deseamos mucho éxito en su gestión. Esperamos que su gobierno contribuya a promover la paz y la libertad en todos los países de la región, y el rescate de la democracia en Venezuela».
Mientras que María Corina Machado acotó: «Desde Venezuela,felicitamos al pueblo d Brasil y a @JairBolsonaro, su nuevo Presidente. Asume el gran desafío en una región q exige política con ética y libertades. Los venezolanos sabemos q hoy, más q nunca, contamos con Brasil en nuestra lucha por la democracia y la Libertad!»
Almagro se suma al llamado a Bolsonaro y el TSJ condena a Maduro
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, también se sumó al llamado injerencista a Bolsonaro para que actúe contra Venezuela.
Ya Almagro tiene un antecedente oscuro que fue rechazado ampliamente por la comunidad internacional, luego que instara al gobierno de Estados Unidos, liderado por Donald Trump, y al de Iván Duque en Colombia, a invadir militarmente a Venezuela para sacar a Maduro.
«Saludamos al pueblo brasileño por jornada electoral de hoy. Felicitamos al Presidente electo Jair Bolsonaro y aplaudimos su mensaje de verdad y paz. Cuenta con compromiso de Secretaría General OEA de trabajar en forma conjunta x democracia, #DDHH, seguridad y desarrollo de región», tuiteó el excanciller uruguayo.
En un siguiente mensaje en Twitter Almagro informó sobre el supuesto accionar de la «justicia de Venezuela», en referencia a un documento creado por un grupo de jueces que se autodenominan como el «verdadero» TSJ y que son prófugos de la justicia venezolana al estar acusados y buscados por usurpar funciones del máximo tribunal venezolano.
«La justicia de Venezuela ya se ha pronunciado sobre la corrupción del dictador. Ahora es responsabilidad de la comunidad Internacional recuperar la democracia para hacer efectiva la sentencia #OEAconVzla», dice Almagro en referencia al documento que dice que el presidente Maduro debe pagar una condena de más de 18 años de prisión por infundados delitos de corrupción.
Toda esta burla institucional contra la democracia venezolana cuenta con la complicidad del congreso chileno, su corte suprema y gobierno de Sebastián Piñera. De igual forma los poderes ejecutivos de Brasil, Argentina, Perú, Paraguay, Colombia, Ecuador, Guyana, Canadá, EEUU, entre otros, alientan el desconocimiento del gobierno venezolano y la instalación de instituciones paralelas al Estado.
El futuro de las relaciones entre Venezuela y Brasil son -actualmente- una incógnita. Las expectativas sobre la próxima asunción de Bolsonaro y el camino que allanará Temer antes de entregar el régimen de facto, marcarán sin duda el porvenir de la región.
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