Paulo Velasco, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Estatal de Río de Janeiro, se refiere al significado que tendría para el panorama político de América Latina si el juicio político a Dilma Rousseff terminara de apartarla definitivamente de la presidencia de Brasil.
De momento, Rousseff está suspendida del cargo y lo estará como máximo 180 días.
La opinión de que es un punto de quiebre para la región es algo con lo que coinciden los expertos consultados por BBC Mundo.
«Son casi 20 años de gobiernos progresistas en América del Sur», le dice a BBC Mundo Velasco. El profesor recalca que es un periodo a punto de terminar.
«La tendencia es que (los gobiernos) vuelvan a la derecha y centroderecha, (a ser) gobiernos más liberales. Y hay que ver cómo funciona eso».
Del «progresismo» de inicio de siglo…
El llamado giro «progresista» de América Latina —o «posneoliberal», como le dicen algunos expertos— y una suerte de proyecto de enfoque regional tuvo según los especialistas tres grandes procesos que le dieron forma e impulso: el chavismo en Venezuela, el petismo en Brasil y el kirchnerismo en Argentina.
Fue el triunfo electoral de Hugo Chávez en Venezuela en 1998 lo que dio inicio a un ciclo marcado por el ascenso al poder de organizaciones ligadas a la izquierda.
En enero de 2003, Luiz Inácio Lula da Silva, un exlíder sindical, asumía la presidencia de Brasil y llevaba al poder por primera vez al Partido de los Trabajadores (PT), el mismo al que pertenece Rousseff.
Y ese mismo año, en mayo, el peronista Néstor Kirchner asumió la presidencia de Argentina.
Como resultado de la nueva correlación de fuerzas regional, en la IV Cumbre de las Américas, celebrada el 4 y el 5 de noviembre de 2005 en la ciudad argentina de Mar de Plata, se firmó el acta de defunción del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
El proyecto, una extensión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, había sido promovido por EE.UU. y criticado con vehemencia por Lula, Kirchner y Chávez.
A punto de terminar ese año, el sindicalista cocalero y activista indígena Evo Morales fue elegido presidente de Bolivia.
En 2006, Michelle Bachelet llegó al poder en Chile, poniendo inmediatamente en marcha toda una serie de políticas sociales.
Y el eje se fue fortaleciendo en 2007, cuando Rafael Correa asumió el cargo en Ecuador —después ganaría otras dos elecciones de manera arrolladora—, y al suceder Cristina Fernández a su esposo Néstor Kirchner en la presidencia argentina.
«Pero ahora (ese panorama) se rompe por completo», recalca el profesor Velasco.
… ¿al liberalismo?
Para los expertos, el cambio arrancó en noviembre del año pasado, con la victoria de Mauricio Macri en Argentina y el fin de 12 años de poder del kirchnerismo.
De hecho, fue el gobierno argentino uno de los primeros en reconocer la sucesión presidencial brasileña.
«El Gobierno Argentino manifiesta que respeta el proceso institucional que se está desarrollando y confía en que el desenlace de la situación consolide la solidez de la democracia brasileña», señala un corto comunicado divulgado por la Cancillería argentina.
Mientras, el sucesor de Chávez —quien murió en 2013— en Venezuela, Nicolás Maduro, enfrenta una grave crísis económica y la oposición impulsa un referéndum revocatorio para adelantar el final de su gestión.
Además, este enero la oposición asumió el control del parlamento por primera vez en 17 años de hegemonía chavista.