El Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex) de Cuba, entregó este 31 de enero, una nota diplomática a Lawrence Gumbiner, Encargado de Negocios de EE.UU. en La Habana.
Allí se expresa su enérgica protesta por la pretensión del gobierno de su país de violar de modo flagrante la soberanía cubana, en lo que respecta a la competencia nacional para regular los flujos de información y el uso de los medios de difusión masiva, informa Radio Habana.
En el texto también se rechaza el intento de la Casa Blanca de manipular Internet para llevar a cabo programas ilegales con fines políticos y de subversión, como parte de sus acciones destinadas a alterar o cambiar el orden constitucional de la República de Cuba.
La misma nota fue remitida por la Embajada de Cuba en Washington al Departamento de Estado.
Refiere la información del sitio oficial de la Cancillería cubana que la protesta se debe al anuncio del Departamento de Estado, el pasado 23 de enero, de la decisión de convocar a una “Fuerza de Tarea de Internet”, integrada por funcionarios del Gobierno de EE.UU. y representantes de organizaciones no gubernamentales, con el objetivo declarado de promover en Cuba el “flujo libre y no regulado de la información”.
Según el anuncio, esta Fuerza de Tarea “examinará los retos tecnológicos y las oportunidades para expandir el acceso a Internet y los medios de difusión independientes” en Cuba.
La nota del Minrex demanda nuevamente al Gobierno estadounidense que cese sus acciones subversivas, injerencistas e ilegales contra Cuba, que atentan contra la estabilidad y el orden constitucional cubano, y lo insta a respetar la soberanía cubana, el Derecho Internacional y los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.
En su mensaje, la Cancillería cubana reitera la determinación del Gobierno de Cuba a no tolerar ningún tipo de actividad subversiva ni de intromisión en sus asuntos internos y, como país soberano, a continuar defendiéndose y denunciando la naturaleza injerencista de este tipo de acciones.
Así, Cuba continuará regulando el flujo de información, una práctica que de distintas maneras se repite en todos los países, incluidos los Estados Unidos.