El gobierno estadounidense dio a conocer mayores restricciones para los norteamericanos interesados en hacer negocios con Cuba y en viajar a la isla caribeña, en cumplimiento del memorando presidencial que revierte importantes aspectos del acercamiento entre ambos países.
El Departamento de Estado dijo que los cambios comenzarán a regir desde este jueves cuando las normas se publiquen en el Registro Federal, según informó el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Los departamentos de Estado, Comercio y Tesoro dieron a conocer la adopción de “acciones coordinadas” para implementar el documento firmado por el presidente Donald Trump el 16 de junio pasado en Miami, Florida.
Los principales elementos de los cambios de las normas modificadas contemplan:Transacciones financieras, comercio, viajes pueblo a pueblo, viajes educativos, viajes llamados “de apoyo al pueblo cubano”, y otras restricciones que incluyen a funcionarios cubanos.
Estas medidas incluyen vetar a los estadounidenses de hacer transacciones con más de 180 entidades de la nación caribeña mencionadas en una larga lista, y obliga a que todos los viajes educativos no académicos ‘pueblo a pueblo’ se lleven a cabo bajo los auspicios de una organización que esté sujeta a la jurisdicción de Estados Unidos.
“Las personas sujetas a la jurisdicción de Estados Unidos ahora tendrán prohibido realizar ciertas transacciones financieras directas” con tales instituciones, entre ellas más de un centenar de hoteles, marinas y tiendas.
En términos de viajes, ya no serán autorizados las visitas educativas individuales no académicas, y quienes vayan la isla bajo el auspicio de una organización deberán estar acompañados por un representante de la misma, entre otras restricciones.
Las medidas, que llegan justo una semana después de que 191 de los 193 países de la ONU condenaran el bloqueo impuesto por Washington a la isla hace más de medio siglo, también enmienda la definición de “funcionarios prohibidos del Gobierno de Cuba para incluir ciertos individuos adicionales”.
El anuncio de las restricciones ocurre, además, en momentos en los que numerosos sectores económicos, académicos y comerciales de Estados Unidos están interesados en ampliar los vínculos con la nación antillana, y cuando encuestas muestran que la mayoría de los norteamericanos favorecen el fin del cerco.