Bolivia es el país que más ha crecido en América del Sur durante la última década con un promedio anual de 5 %. Además, tiene el mejor desempeño entre los países latinoamericanos en el mercado laboral. Estos logros han sido alcanzados bajo el liderazgo del presidente Evo Morales Ayma.
El desempeño boliviano, con un crecimiento superior al de Estados Unidos -que apenas creció 1,5% durante los últimos 10 años- sobrepasa al de Latinoamérica que registra una contracción de 0,9 %.
Además, Bolivia se ubica como el tercer país latinoamericano con menos desempleo, con un indicador de 3,3 %; sólo superada por Guatemala (2,2%) y México (3,2).
El Sistema de Indicadores de Mercado Laboral y Seguridad Social (SIMS) del Banco de Interamericano de Desarrollo (BID) muestra una realidad tajante que demuestra cómo el modelo boliviano presenta mejores cifras que países con gobiernos de corte neoliberal y capitalistas como Chile, Costa Rica, Argentina, Colombia y Brasil.
Por ejemplo, la tasa de desempleo en Chile se encuentra -según el SIMS- en la posición número 13 de los países latinoamericanos con 7,7 %; luego aparece Costa Rica con 8 %; Uruguay con 8,1 %; Argentina 8,2 %; Colombia con 9,4 % y Brasil con 9,8 %.
Los logros de Bolivia obedecen en gran parte a la diversificación de sus exportaciones, pues no sólo cuentan con los recursos de petróleo, gas y otros derivados de hidrocarburos, sino también la venta de soya, estaño y textiles.
Destaca también la implementación de políticas inclusivas que han permitido reformar el viejo modelo neoliberal que había en el país, cambios que han sido aplicados de manera eficiente desde la llegada de Evo Morales y su equipo a la Presidencia boliviana, en 2005.
Es así como Bolivia se posiciona como una de las economías más estables de la región y el mundo. Su prosperidad ha permitido mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, quienes ahora cuentan con mejores y mayores posibilidades de emanciparse al registrarse una importante reducción de la pobreza.
Una Bolivia pujante con políticas soberanas
Las políticas soberanas que ejecuta el Estado Plurinacional de Bolivia consolidan a esta nación de los andes suramericanos como uno de los países más pujantes del continente al presentar cifras vigorosas con respecto a su crecimiento.
Indicadores del propio Fondo Monetario Internacional (FMI), instancia que aplica recetas neoliberales que difieren y se alejan totalmente del modelo boliviano, ratifican el buen desarrollo de Bolivia durante los últimos años
Distintos medios de comunicación con impacto global destacan que la economía boliviana ha visto su mejor desenvolvimiento durante la Revolución Democrática Cultural que lidera desde el 2005 Evo Morales, en compañía de organizaciones sindicales y centrales agrarias, indígenas y campesinas.
El modelo boliviano ha logrado este impacto positivo en su economía porque ha sabido aprovechar los excedentes que generó el desarrollo de materias primas y la nacionalización de los hidrocarburos en 2006, hecho que le permitió ahorrar al Estado unos 19.300 millones de dólares y pasar de unas reservas internacionales de 700 millones de dólares a más de 20.000 millones.
Por ejemplo, los indicadores más recientes de este crecimiento se evidencian en el incremento anual de del PIB, que por ejemplo desde 2014 llegó a 5,5 %; luego en 2015 volvió a crecer 4,9 %, en 2016 subió 4,3 %; y según estimaciones del FMI este promedio anual se mantendrá cercano a los cinco puntos se mantendrá, como mínimo, durante este 2019.
Esta realidad boliviana, que sostiene un programa político económico socialista, demuestra que cuando un país no es bloqueado ni perseguido puede ser una nación vigorosa y pujante; hecho que contrasta con la Revolución Bolivariana en Venezuela, país que sufre un sabotaje multiforme contra su economía y un bloqueo total impuesto por el gobierno de Estados Unidos.
Al respecto, el presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Pablo Ramos, advirtió que cambiar el modelo económico en su país sería “muy peligroso” para el futuro de los bolivianos, pues traería consecuencias nefastas, más aún, si ese cambio significa volver al pasado neoliberal de privatizaciones.
Ramos explicó, en noviembre de 2018, que volver al pasado causaría un efecto “nefasto” en la economía boliviana, pues el modelo económico implementado en el país impulsa la creación de empresas estatales, mantiene la estabilidad cambiaria y prioriza la recuperación de los recursos naturales.
Menos dependencia del dólar y menos pobreza
Un análisis de Nicole Laframboise, publicado en el blog del FMI “Diálogo a Fondo”, explica que otro factor importante en la pujante economía boliviana ha sido la caída de la dolarización del país, es decir, la no utilización de dólares en vez de la moneda local, proceso que se viene ejecutando desde hace más de una década.
“Esto ha ayudado a mejorar la efectividad de la política monetaria, ha contribuido a la estabilidad del sector financiero y ha permitido que más bolivianos tengan acceso al crédito y a los servicios financieros”, acota el informe de Laframboise.
La estabilidad política y social también es un aliciente que ha contribuido al crecimiento económico boliviano.
Por ejemplo, entre 2001 y 2005 el pueblo boliviano fue víctima de un clima político muy inestable, fundamentado por la profunda injerencia del Gobierno de Estados Unidos, que contribuyó a una alta polarización de la sociedad y un nivel de conflictividad muy alto, que además quedó marcado por el paso de cinco mandatarios que entraron y salieron en ese breve periodo.
Según datos del FMI, desde que el clima político se estabilizó en Bolivia, el país presentó desde 2004 hasta 2015, por ejemplo, una baja importante en los indicadores de pobreza, al pasar de 63 % a 39 %. Ademá,s mejoró la distribución del ingreso per cápita y dejó de ser el país más desigual de Suramérica.
Otros datos importantes a destacar del fenómeno de prosperidad en Bolivia son que el país ha incrementado su inversión pública en 6.863 millones de dólares, al pasar de 629 millones de dólares invertidos en 2005 a 7.492 millones de dólares en 2018, año en que la economía creció a un ritmo de 4,61%.
Además, Bolivia ostenta las reservas internacionales más altas de Suramérica con un total de 9.174 millones de dólares, y parte de este logro también se refleja en el ascenso de su turismo en 143 %, gracias a políticas de promoción y desarrollo.
En abril de 2019, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ratificó la proyección de crecimiento de la economía de Bolivia de 4,3% para este 2019, cifra que sitúa al país -una vez más- como líder de expansión en Suramérica y su crecimiento será superior al de México, Brasil y Chile, países que tendrán una expansión de 1,7 %, 1,8 % y 3,3 %, respectivamente.
El crecimiento económico de Bolivia le ha dado argumentos suficientes a Evo para instar a los bolivianos que se encuentran en el extranjero a que retornen a su patria, donde les espera participar en el progreso que muestra la nación y prometió entregar tierras a sus compatriotas para que la trabajen.
Clima electoral en Bolivia es favorable para Evo y García Linera
Las elecciones generales en Bolivia se realizarán en octubre de 2019. En esos comicios se elegirán al Presidente, vicepresidente, diputados y senadores.
El actual vicepresidente de la nación, Álvaro García Linera, confirmó meses atrás que su dupla con Evo Morales buscará la continuidad en el Poder y seguir sirviendo a los bolivianos en el proceso que vienen adelantando desde más de 10 años.
García Linera sostiene que el Gobierno actual es un Gobierno de humildes, que trabaja para los pobres, de y por los trabajadores.
A finales de 2018 el ministro de Economía, Mario Guillén, cuando presentó el libro “12 años Estabilidad Económica – Bolivia”. En él, destacó que las políticas acertadas en materia económica han permitido que el país crezca de manera continua y sólida, para en la actualidad haber podido disminuir las desigualdades, la pobreza y aumentar la calidad de vida de los bolivianos.
El ministro también recordó que el PIB de Bolivia era de apenas 9.574 millones de dólares en 2005, cifra que se ha logrado cuadruplicar en la primera década de Gobierno de Morales.
Por ejemplo, el PIB boliviano en 2017 se ubicó en 37.782 millones de dólares y para 2025 se calcula que aumente hasta 50.000 millones de dólares, acotó Guillén.
Además, el Gobierno boliviano liderado por Evo se ha mantenido firme en la defensa del respeto de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, al liderar la defensa de la unidad y solidaridad latinoamericana.
Un acontecimiento importante para el futuro de Boliva y sus relaciones internacionales se observó en julio pasado, cuando Evo Morales sostuvo un encuentro con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en Moscú, donde ambos mandatarios afianzaron la cooperación bilateral en áreas fundamentales para el desarrollo como salud, energía, seguridad, ciencia, comercio y otros rubros.