Dos autobuses de la Caravana del precandidato presidencial de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recibieron tres impactos de bala, en la localidad de Quedas do Iguaçu, en el estado de Paraná (sur), según la información brindada por el equipo de prensa del expresidente.
Uno de los dos vehículos baleados transportaba a periodistas brasileños y extranjeros. Lula no se encontraba en ninguno de los ómnibuses que recibieron los impactos de bala.
Los vehículos fueron alcanzados por un total de tres tiros, informó la Policía Civil que inició el peritaje el martes en la noche.
El atentado dejó impactos de bala en la carrocería de uno de los buses y un vidrio lateral del otro fue alcanzado de rasponazo.
Asimismo, en la entrada de Laranjeiras do Sul fueron colocados clavos torcidos (conocidos como “miguelitos”) para intentar perforar los neumáticos de los colectivos y frenar el paso de la caravana.
«Los poderosos pueden matar una, dos o tres rosas, pero jamás podrán detener la llegada de la primavera», dijo Lula Da Silva, parafraseando una de las citas más conocidas del desaparecido poeta chileno Pablo Neruda («Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera«).
«Si piensan que con las piedras y los tiros sacudirán mi disposición de luchar, se equivocan. El día que mi garganta ya no grite, gritaré por la de ustedes», publicó el precandidato en su cuenta Twitter.
Se pensam que com pedras e tiros vão abalar minha disposição de lutar estão errados. No dia em que minha garganta não puder mais gritar, eu gritarei pela garganta de vocês #LulaPeloParaná #LulaPeloSul
El exdiputado del Partido de los Trabajadores (PT), Paulo Frateschi, resultó herido por una pedrada en la cabeza que le causó el desgarramiento de una oreja.
La senadora y presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffman, afirmó que lo ocurrido “no fue una manifestación pacífica, democrática, sino un atentado».
Por su parte la depuesta presidenta constitucional Dilma Roussef calificó de intolerable el atentado.
La agresión “es grave y ocurre en un momento difícil” para el país, dijo Roussef, quien condenó la inaceptable tentativa de intimidar a Lula y su comitiva con disparos de armas de fuego y agresiones.
Dilma ratificó que tales ataques “no van a intimidar a los demócratas y militantes políticos”, y advirtió que “el fascismo es intolerable y será denunciado por todos los que acreditamos en la justicia social y en la política como instrumento de transformación de la realidad”.
Desde el 19 de marzo, Lula da Silva recorre tres estados del sur de Brasil, en la cuarta etapa de su Caravana que culminará este miércoles.