En el marco de los preparativos para la visita del Papa Francisco, el Fondo Oaxaqueño de la Niñez (Foni) organizó una conferencia de prensa para denunciar la complicidad del Arzobispo José Luis Chávez Botello en los casos de pederastia clerical ocurridos desde 2006 en diferentes municipios del estado. Además, se anunció la entrega de cinco cartas dirigidas al líder de la iglesia católica, las cuales fueron escritas por familiares de víctimas de la Sierra Juárez.
Alejandro de Jesús, integrante del Foni, recordó que entre 2006 y 2013 se registraron más de cien víctimas del padre Gerardo Silvestre, quien fue removido de 13 comunidades distintas para evitar las acusaciones en su contra.
“A sabiendas de lo que hacía, el Arzobispo decidió nombrarlo decano de la región y lo transfirió a Santa María Ozolotepec”, recriminó Alejandro durante su participación.
Por su parte, el activista Pedro Athié pidió justicia para las víctimas y penas máximas para los responsables, ya que la indagatoria 140/2013, en la que se acusa a Gerardo Silvestre por corrupción de menores, continúa sin sentencia.
“Exigimos castigo no sólo para los responsables directos, también para los cómplices. Hay responsabilidad estructural en la Iglesia y los órganos de procuración de justicia por la violación sistemática de los derechos de los niños”, explicó Athié.
Al respecto, el sacerdote Apolonio Merino criticó que la Iglesia minimizara las denuncias de los niños e iniciara una campaña de hostigamiento contra los párrocos que cumplieron su función de proteger a las víctimas: “la finalidad de esta conferencia no es atacar a la Iglesia sino dar a conocer la verdad para que se aplique la justicia”.
Jorge Pérez García, otro de los curas perseguidos, leyó una de las cinco cartas que serán entregadas al Papa Francisco durante su próxima visita a México. En el texto, la madre de un adolescente abusado relata cómo se enteró de que el padre Gerardo emborrachaba a los jóvenes para abusar de ellos.
“Fuimos a la Ciudad de Oaxaca para que nos hicieran justicia, pero no obtuvimos solución, todo fue encubierto. Los sacerdotes defendieron al padre Gerardo y nos amenazaron por lo que decían nuestros hijos (…) Si Jesús murió por nosotros, yo moriría por defender a mi hijo (…) Pido justicia por los niños zapotecos, a nadie se le desea un dolor así”.
Sobre la entrega de las cartas a la nunciatura, Alberto Athié señaló que “el Papa Francisco debe enterarse de que la pederastia clerical sigue vigente en México. Consideramos que estos delitos son crímenes de Estado, porque fueron tolerados por la procuración de justicia y los altos mandos de la Iglesia.
Finalmente, el ex sacerdote cuestionó que la Iglesia, en su afán por defender a los líderes, no atienda el clamor de las víctimas, que son niños indígenas en situación de extrema pobreza: “debemos exigirle al Papa Francisco que termine ya con el mecanismo institucional creado desde la Santa Sede para proteger a los pederastas y descalificar a las víctimas”.