Destrucción del amazonía se acelera durante el gobierno de Bolsonaro

En los últimos 12 meses la deforestación del amazonía aumentó 40% respecto al período de 12 meses antes.

La deforestación en la Amazonia brasileña está cobrando mucho más terreno que el año pasado, exhibiendo una tendencia alarmante si se considera la negligencia del actual presidente de la nación sudamericana, Jair Bolsonaro, quien no toma cartas en el asunto y además objeta las cifras oficiales.

De acuerdo con el sistema de detección en tiempo real (Deter) del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), las áreas deforestadas en la Amazonia brasileña cubren un espacio de 2.254 km2 en julio de este año, un 278% más que en el mismo mes de 2018 (596,6 km2).

Según el ente, en los últimos 12 meses el aumento de la deforestación amazónica fue del 40% respecto al período de 12 meses previos.

El Deter, por su parte, registra alertas de deforestación en tiempo real y señaló en junio un incremento de 88% respecto al mismo mes del año pasado.

Ante esta supuesta difamación, el Gobierno del presidente brasileño decidió  destituir al responsable del INPE, Ricardo Galvao, quien dio “falsos datos” sobre la deforestación de la Amazonía.

El ex funcionario fue descalificado por Bolsonaro al informar con la intención de «perjudicar la imagen» tanto de Brasil como su Gobierno.

«Parece que divulgaron esos datos de mala fe para perjudicar el Gobierno y desgastar la imagen de Brasil», aseguró el líder ultraderechista, tras la divulgación de la información en junio.

Como responsable interino del organismo fue designado Darcton Policarpo Damião, un oficial de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), con una maestría sobre detección remota por el INPE y un doctorado en desarrollo sostenible por la Universidad de Brasilia.

Tras este revuelo, los datos están a disposición de cualquier usuario a través del Sistema de Detección de Deforestación de la Amazonía Legal en Tiempo Real del INPE.

Controversia ambientalista

Desde mediados de 2018, Bolsonaro prometía que su gobierno se opondría a retirar tierras a los indígenas y se mostraba favorable a una mayor flexibilización de las políticas ambientales brasileñas, pero su accionar y controvertidos posicionamientos han causado polémica en la comunidad internacional.

En las últimas semanas, el ultraderechista ha reforzado su intención de liberar la minería artesanal en las tierras indígenas de los estados amazónicos, con la finalidad de impulsar la economía en la región, una medida criticada por organizaciones no gubernamentales, reseñó la emisora internacional de Alemania Deutsche Welle.

El mes pasado, Bolsonaro dijo que pretende legalizar la minería en la Amazonía y puso en duda el asesinato de un cacique de la etnia waiapi, ocurrido en esa vasta región.

Sobre el asesinato, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció el hecho y lo caracterizó como parte de un problema mayor de “invasión de tierras indígenas”.

El gobernante ultraderechista afirmó además que las reservas indígenas “están impidiendo” el desarrollo de los negocios del país, pues Brasil, en su opinión, vive de “materias primas”, reseñó Versión Final.

“Mi intención es regularizar la minería, legalizarla, incluso para el indígena, que tiene que tener derecho de explotar minerales en su propiedad. Tierra indígena es como si fuera su propiedad. Lógico, ONG de otros países no quieren, quieren que el indígena continúe preso en un zoológico animal, como si fuera un ser humano prehistórico”, manifestó.

Sin embargo, Bachelet pidió al gobierno de Brasil que detuviera la incursión de la minería en los territorios indígenas, lo que podría “anunciar una nueva ola de violencia dirigida a asustando a la gente de sus tierras ancestrales”.

Cerco silencioso

Medios internacionales señalan que desde que Bolsonaro asumió el cargo en enero 2019 ha estado presionando para cumplir las promesas de campaña de restaurar la economía del país mediante la exploración del potencial económico de la Amazonía.

Según Amazon Watch, una organización de defensa sin fines de lucro que trabaja para proteger los derechos de la selva y los pueblos indígenas, se han presentado al menos 14 casos de avances ilegales en territorios indígenas por parte de acaparadores de tierras, madereros y mineros salvajes en todo Brasil en los primeros tres meses del año.

En opinión de los expertos, las políticas agresivas de Bolsonaro en relación al bosque tropical más grande del planeta amenazan con obstaculizar en algunos países de Europa, como en Francia, la ratificación del acuerdo de libre comercio alcanzado entre el Mercosur (Argentina, Brasil Uruguay y Paraguay) y la Unión Europea.

El ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, anunció recientemente que Brasil adoptará en breve un nuevo sistema para obtener los datos de deforestación.

Según él, los datos oficiales que el Inpe elabora a través del sistema de Detección de Deforestación en Tiempo Real (Deter) no pueden usarse para medir la deforestación porque éste tiene lapsos temporales (talas de árboles que sólo se contabilizan meses después) y sobreposiciones (casos que eran computados más de una vez).

“El salto de 88 por ciento (de la deforestación en junio de 2019) no es verdad”, zanjó el ministro.

El presidente Bolsonaro, por su parte, admitió la semana pasada que la deforestación ha aumentado durante los primeros meses de su mandato: “En mi opinión, parece que está aumentando, pero no de la forma en que se ha divulgado”, dijo.

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