Cientos de trabajadores, maestros, estudiantes secundarios y universitarios y representantes de diversos sectores sociales realizaron marchas en varias ciudades de Ecuador, en rechazo a la política económica del Gobierno de Lenín Moreno y la reciente firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«El gobierno mintió que esta es la marcha de la violencia. Los recaderos del gobierno dijeron que este era el día de la violencia. Nosotros somos honestos, no tenemos rabos de paja. Que el gobierno respete el derecho al trabajo, a la vida», dijo a periodistas Mesías Tatamuez, presidente del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la mayor organización sindical del país, que encabezaba la marcha en Quito.
Las mayores concentraciones de la jornada de protesta se dieron en Quito, la capital del país, y en Guayaquil (oeste).
Gritando consignas contra el Gobierno y el FMI, portando carteles y banderas rojas y blancas, en Quito, los manifestantes se concentraron al finalizar la tarde en el Tradicional Parque de El Ejido, en el centro, y se dirigieron al casco colonial, a la Plaza de Santo Domingo, en medio de calles fuertemente custodiadas por efectivos policiales y otras cerradas por los efectivos del orden.
«Luchando, creando, poder popular; abajo el gobierno de hambre, abajo la Ley Humanitaria, abajo el despido de trabajadores, abajo el ministro de Trabajo; si preguntan por el pueblo: ¿el pueblo dónde está?, el pueblo está en la calle, forjando la unidad; no le temo a la represión, le temo al silencio del pueblo», coreaban los manifestantes mientras caminaban hacia el centro histórico, con mascarillas y tratando de guardar el distanciamiento social para evitar la propagación del COVID-19.
Cerca de la Plaza del Teatro se registraron incidentes entre un grupo de manifestantes que intentaba derribar las vallas colocadas para cortar el acceso al Palacio de Gobierno.
En la Plaza de Santo Domingo se produjeron otros incidentes con algunos manifestantes que rompieron ladrillos de la acera de la histórica Plaza, por lo que la Policía utilizó gases lacrimógenos para dispersarlos.
Diversos operativos de control se realizaron en los accesos a Quito para verificar que quienes llegaban a la capital no portaran armas.
Las principales instituciones públicas de Quito estuvieron resguardadas con mallas metálicas y fuertes contingentes policiales, al igual que el casco colonial.
En Guayaquil, las marchas se realizaron desde el tradicional Parque Centenario hacia el centro de la ciudad, en la que se desplegaron unos 800 policías para evitar desmanes.
Dirigentes sindicales dijeron a periodistas que las protestas contra el Gobierno continuarán.
«Ninguna vía cerrada en la jornada. Han terminado ya todas las marchas y plantones, excepto en la capital. Incidentes aislados en Quito; la Policía desaloja a los violentos», dijo la ministra de Gobierno, María Paula Romo, en su cuenta de twitter.
En prevención a posibles actos violentos o vandálicos, las autoridades montaron un operativo especial con más de 47.000 agentes de policía para resguardar el orden público en todo Ecuador.
Cortesía de Sputnik
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