La estrecha relación entre el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y su ministro de Justicia, Sergio Moro, parece no estar pasando por su mejor momento, y la manzana de la discordia es el “paquete anticrimen” de leyes de seguridad pública que promulgó recientemente el mandatario ultraderechista.
Bolsonaro incluyó un artículo que determina la creación del cargo de una especie de juez de garantías, a expensas de las críticas y oposición del ex juez.
Moro no escondió su disgusto y se desahogó en su cuenta en Twitter afirmando que éste «no es el proyecto de los sueños», ya que tiene varias diferencias con el «paquete» de leyes de su autoría que fue enviado en febrero pasado al Legislativo.
Sin embargo, para tratar de suavizar su postura, indicó que a pesar de todo, el proyecto contiene «avances». «Siempre me puse en contra de algunos agregados hechos por la Cámara al texto original, como el juez de garantías. A pesar de eso, vamos para adelante».
Señaló además que es «un texto excelente y nada inconsistente con el texto original del proyecto anti crimen. Como dije a pesar del juez de garantías, hay avances».
Bolsonaro vs. Moro
La prensa brasileña no pasó por alto estos mensajes y advirtió de un nuevo roce Bolsonaro y uno de sus ministros más claves para poder implementar sus políticas conservadoras, sobre todo aquellas relacionadas con el tema de seguridad y judicial.
«Tenemos una nueva divergencia sumada a la lista de roces habidos» a lo largo del año entre el presidente y su ministro, destacó el periodista Gerson Camarotti del canal Globo News y radio CBN.
Incluso, se refirió a los «rumores» sobre el recelo de Bolsonaro, cuya popularidad se encuentra por el piso según las encuestas, ante la notoriedad mediática que está tomando la figura de Moro.
Moro, quien fue el juez del caso Lava Jato y quien encarceló- sin pruebas- al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, hoy en libertad, fue escogido como una las 50 personalidades mundiales de la década por el diario Financial Times, que sirve a los intereses de la derecha mundial.
Según la prensa brasileña, Bolsonaro- ávido de notoriedad en los círculos internacionales- no tomó bien el reconocimiento de su ministro por parte de la publicación inglesa.
«En plena Navidad, Bolsonaro le obsequia» a Moro un presente «poco afectuoso», escribió este jueves el sitio de noticias UOL para referirse al paquete anticrimen.
Lo cierto es que según los medios, durante el primer año de su gobierno, Bolsonaro ha tenido varias diferencias con Moro, cuya renuncia al cargo llegó a ser motivo de especulaciones en más de una vez.
“Paquete anticrimen”
El paquete anticrimen que endurece el código penal en Brasil es una de las principales promesas de Jair Bolsonaro en materia de seguridad pública, por lo que el Mandatario sancionó el pasado martes por la noche la norma con vetos a 25 disposiciones
El texto inicial fue presentado por el ministro de Justicia, Moro, en el Parlamento en febrero, y fue aprobado con varias modificaciones en el Senado el 11 de diciembre.
Los legisladores reprobaron varias de las medidas defendidas por Moro y Bolsonaro, como la que eximía de castigo a los policías que causasen bajas en situaciones de “miedo justificado, sorpresa o violenta emoción”, o la prisión tras una condena ratificada en segunda instancia y aún cuando al reo le quedan recursos pendientes en instancias superiores.
Los vetos de Bolsonaro
Por tal motivo, el texto sancionado por el Mandatario contiene parte de las medidas presentadas por su ministro de Justicia, parte de las modificaciones realizadas por el Parlamento y por una comisión de juristas coordinada por el juez de la Corte Suprema, Alexandre de Moraes.
De acuerdo con la Secretaría de Presidencia, los vetos de Bolsonaro obedecen a “razones de interés público e inconstitucionalidad”, y fueron establecidos tras el reclamo de la Casa Civil, el Fiscal General Federal y el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública.
Entre los artículos vetados se encuentra la triplicación de la pena cuando el delito se comete o divulga en redes sociales, y la recolección de ADN solo en casos de delitos intencionales cometidos contra la vida, libertad sexual y delitos sexuales contra personas vulnerables.
Según el Mandatario ultraderechista, la extracción obligatoria de material genético solo para algunos delitos “contraría el interés público”, al excluir “algunos crímenes considerados de alto potencial ofensivo”. Así, el banco genético, que almacenará este material, se extenderá además a acusados de cometer delitos como comercio ilegal de armas, tráfico internacional de armas y organización criminal.
También vetó el dispositivo que aumentaba la pena del crimen de homicidio cometido con armas de fuego de uso restringido o prohibido, al considerar que la propuesta podría generar “inseguridad jurídica” para los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, ya que podrían ser “severamente condenados penalmente por usar sus armas restringidas”, reseña el portal La Tercera.
Por otra parte, restauró la posibilidad de capturar la escucha ambiental en el hogar de un investigado y vetó la limitación de la prueba de captación ambiental solo para la defensa.
“La evidencia no se considerará legal o ilegal únicamente en razón de la parte a la que se va a beneficiar”, justificó el presidente brasileño.
El juez de la discordia
El Mandatario decidió mantener en la ley la creación de un juez de garantías, figura que fue incluida por los parlamentarios y que será responsable de “verificar la legalidad de las investigaciones penales y salvaguardar los derechos individuales”, algo que molestó a Moro.
Esta figura fue presentada en el Legislativo por el diputado federal Marcelo Freixo, perteneciente al izquierdista Partido Socialismo y Libertad, y según los medios la idea es que este juez tenga la potestad de velar por la legalidad de las acciones de los investigadores, así como en la prisión preventiva, la interceptación de llamadas telefónicas, el levantamiento del secreto bancario y las órdenes de búsqueda y detención, entre otros.
El Ministro de Justicia declaró que él había defendido el veto del presidente Bolsonaro a la propuesta del Congreso que crea a este juez de garantías.
“El MJSP (Ministerio de Justicia y Seguridad Pública) tomó una posición vetando al juez de garantías, principalmente porque no estaba claro cómo funcionará el instituto en las regiones con solo un juez (40 % del total), y también se aplicaría a casos pendientes y a tribunales superiores, así como a otros problemas”, afirmó en un comunicado.
En las redes sociales los simpatizantes de Moro catalogaron como «traidor» a Bolsonaro por la promulgación del paquete de leyes «anticrimen».
Incluso, el ministro de Educación, Abraham Weintraub, escribió en su cuenta en Twitter que Bolsonaro fue un «traidor», aunque luego se arrepintió ya que borró el tuit y dijo que lo había posteado «por error».
De todas maneras, pese a la polémica entre el mandatario y su ministro, el paquete anticrimen deberá volver al Congreso donde los parlamentarios tendrán la oportunidad de dejar sin efecto los vetos de Bolsonaro y retomar la confección del contenido final del proyecto de Ley.